martes, marzo 17, 2009

La crisis repercute cada vez más en los países en desarrollo




Noticias del Banco Mundial

13 de marzo de 2009— Witaya Rakswong, un cocinero en Bangkok de 37 años, gana menos de la mitad de lo que ganaba hace dos años como subjefe de cocina en un hotel de lujo.

"Si lo gastas con inteligencia, te alcanza", dijo, refiriéndose a su salario de 10.000 baht (US$294) por mes. Su sueldo reducido lo obligó a enviar 20% menos de dinero a su madre.

Al igual que Rakswong, las personas de los países en desarrollo se arreglan con menos a medida que la economía mundial se contrae este año por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

Millones de personas perdieron su trabajo cuando disminuyó la construcción y se cerraron minas y fábricas en países que antes crecían rápidamente, en medio de lo que posiblemente sea el mayor descenso del comercio mundial en 80 años.

Un nuevo documento del Banco Mundial preparado para el encuentro de ministros de economía del Grupo de los 20 (G-20) este fin de semana en Horsham, Reino Unido, advierte que la crisis económica podría tener consecuencias a largo plazo para países en desarrollo.

Muchos de estos países enfrentan condiciones económicas en deterioro que amenazan con reducir los servicios para los pobres, tales como la salud y la educación. El Banco calcula que la brecha económica para 98 países sería de entre US$ 270.000 millones y US$700.000 millones.

Sólo una cuarta parte de los países vulnerables tendrá recursos económicos para amortiguar las repercusiones de la recesión financiera, utilizando una red de seguridad social o programas de creación de empleo, según el Banco.

La crisis podría arrastrar a 65 millones más de personas a la pobreza en 2009, si se usa una definición de pobreza de menos de US$2 de ingreso diario, y también podría provocar que la gente venda los activos de los que depende su subsistencia, que retire a sus hijos de la escuela y que padezca desnutrición, según la investigación del Banco.

Síntesis regional

Asia oriental y el Pacífico i

Si bien los países de Asia oriental ingresaron en la crisis actual considerablemente mejor preparados que en la crisis económica de Asia de 1997, también fueron ellos los que experimentaron las más fuertes pérdidas comerciales, representadas por la reducción de las exportaciones, la caída de los precios y la depreciación de la moneda, según el documento de antecedentes para el G-20 (PDF). i

Las exportaciones de China bajaron un 25% con respecto al año anterior, informó el gobierno el 11 de marzo. El Ministerio de Trabajo estima que unas 20 millones de personas en China no tienen empleo.

Según la información actualizada del Banco Mundial sobre Asia oriental y el Pacífico i, China comenzó a poner en funcionamiento un plan de estímulo por US$586.000 millones. Varios otros países de la región (notablemente Corea, Malasia y Tailandia), propusieron grandes paquetes de estímulo fiscal para 2009 a fin de compensar la baja en las exportaciones.

Europa y Asia central i

Europa oriental y Asia central fueron golpeadas con particular intensidad por la rápida caída de las exportaciones, de las inversiones extranjeras, de los envíos de dinero y el ajuste del crédito, según el documento del Banco para el G-20.

El Grupo del Banco Mundial unió fuerzas con el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Europeo de Reconstrucción y Fomento para aportar hasta €24.500 millones para apoyar a los sectores bancarios de la región y para financiar préstamos para negocios afectados por la crisis económica mundial.

Los países de la región podrían ser afectados también si decaen los envíos de dinero, tal como es de esperar, según la investigación del Banco Mundial. Varios países dependen fuertemente del dinero de los que trabajan en el extranjero y dos de ellos están a la cabeza de los receptores mundiales de remesas, según el porcentaje del PIB: Tayikistán (45%) y Moldavia (38%).

África i

Algunos países de ingreso bajo de África al sur del Sahara, protegidos al principio de la crisis financiera, comenzaron a sufrir la presión fiscal que genera la disminución del precio de los productos básicos (commodities), una fuente muy importante de ingresos del gobierno, según el documento de antecedentes para el G-20.

La brusca caída del precio del petróleo afectó a países como el Congo, Guinea ecuatorial, Gabón y Nigeria, donde este producto genera más de la mitad de los ingresos. La caída de los otros productos básicos afectó a Cote d’Ivoire, Guinea y varios otros países, según el documento.

El escrito afirma que los países de bajos ingresos de la región dependen fuertemente de la ayuda, pero que aún antes del comienzo de la crisis, los países desarrollados no estaban cumpliendo con las cantidades prometidas, recortadas en casi US$39.000 millones por año.

Oriente Medio y Norte de África (OMNA) i

El sector bancario de OMNA, al igual que África al sur del Sahara, estuvo menos expuesto a la crisis financiera porque estaba menos integrado en la economía mundial, señala el documento de antecedentes para el G-20.

Sin embargo, la mayor preocupación radica en las repercusiones sobre la economía real y las personas. La mayoría de los países de OMNA ya está experimentando una marcada disminución del crecimiento de exportaciones i como resultado de la recesión económica mundial y la disminución de los precios del petróleo. Se espera que algunos países exportadores de este producto básico, que tienen poblaciones grandes pero cuentan con limitadas reservas extranjeras, experimenten una reducción de más del 20% del PIB en sus balances de cuenta corriente y un margen fiscal muy reducido para atender las necesidades sociales. Los países que crecieron y dependen de los empleos, del envío de dinero e Inversión Extranjera Directa (IED) de los países del Golfo, ya están experimentando señales de tensión. Los países diversificados no exportadores de petróleo que tienen un fuerte vínculo con Europa en comercio y turismo probablemente sientan las mayores repercusiones debido a la menor demanda europea de importaciones, los gastos en turismo y una contracción en la IED de Europa. Estas debilidades aumentan la necesidad de programas de estímulo fiscal bien financiados y diseñados en muchos países de OMNA.

Asia meridional

Cuando la crisis financiera se desató, Asia meridional apenas estaba saliendo de la crisis mundial de precios de los alimentos y del combustible del año pasado, durante la cual su déficit fiscal y en cuenta corriente empeoró fuertemente y la inflación creció a niveles sin precedentes, según el análisis del Banco Mundial i.

La región presenta ahora mayor vulnerabilidad a la disminución de los envíos de dinero de los trabajadores emigrados a países del Golfo, señala el documento de antecedentes para el G-20.

El informe destaca que la India registró su primera disminución de un año a otro en exportaciones de la historia (un 15%) después de un crecimiento del 35% en los cinco meses anteriores.

América Latina y el Caribe

Después de cinco años de crecimiento sostenido (un promedio del 5,3% por año), América Latina siente las repercusiones de la crisis mundial especialmente en la economía real. El lento crecimiento mundial, los costos financieros internacionales más elevados, los precios más bajos de los productos básicos (commodities) y los menguantes envíos de dinero afectan a la región i en medio de la recesión mundial.

La producción industrial disminuye y el crecimiento del PIB se hace más lento, según la Oficina del Economista Jefe de la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial.

Brasil informó en diciembre su primer déficit comercial en ocho años, cuando sus exportaciones cayeron un 29%, según el documento de antecedentes para el G-20.

Nuevas realidades económicas para los países en desarrollo

  • Sin considerar la energía, los productos básicos -que son la fuente principal de ingresos de muchos países-, cayeron un 38% en el segundo semestre de 2008 cuando disminuyó la demanda. El precio del petróleo cayó un 69% entre julio y diciembre.
  • El comercio mundial se derrumba porque los países ricos importan menos, tanto entre sí como de los países en desarrollo. Estos últimos dependen fuertemente de las exportaciones a los países desarrollados.
  • Los flujos de capital privado a los mercados emergentes y a los países en desarrollo están desapareciendo. El Instituto de Financiamiento Internacional estima que tales flujos descendieron a US$467.000 millones en 2008, la mitad de su nivel en 2007, y anticipa otra brusca caída a US$165.000 millones en 2009.
  • Se pronostica que los trabajadores emigrantes enviarán menos dinero este año a sus hogares, lo que profundizará la pobreza y la desigualdad en muchos países en que los envíos de dinero constituyen un gran porcentaje del PIB.
  • La asistencia oficial para el desarrollo (AOD), de la que dependen muchos países de ingreso bajo, es incierta debido a que algunos donantes muestran la necesidad de reducir sus presupuestos de la AOD.

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