Las ranas venenosas multicolores del Amazonas deben su gran diversidad a ancestros provenientes de los Andes que se dispersaron por la región en varias ocasiones durante los últimos 10 millones de años, según biólogos de la Universidad de Texas (EEUU).
El estudio, publicado en la última edición de PLoS Biology, es el primero que muestra a los Andes como una fuente primordial de biodiversidad en la cuenca del Amazonas y contradice la creencia de que ésta es consecuencia de la evolución propia de la selva tropical.
"Básicamente, la cuenca del Amazonas es un crisol para las ranas suramericanas", afirma el estudiante de posgrado Juan Santos, autor principal del estudio junto con el profesor de biología David Cannatella.
Según Santos, las ranas venenosas del Amazonas vinieron de muchos sitios, sobre todo de las montañas de los Andes, durante varios millones de años.
"Hemos demostrado que no se puede entender la biodiversidad del Amazonas centrándonos sólo en la cuenca. Las regiones aledañas han desempeñado un papel importante", explicó.
Se cree que gran parte de la evolución de la biodiversidad en la cuenca del Amazonas se remonta a entre uno y dos millones de años atrás.
Para conocer la historia evolutiva de las ranas, Santos y Cannatella se remontaron a un pasado más remoto, hace 45 millones de años, mediante nuevas técnicas biogeográficas que permiten recrear la historia de las ranas venenosas en el espacio y el tiempo.
Debido a la falta de restos fósiles en la selva tropical, utilizaron secuencias de ADN para su trabajo.
Los científicos crearon un árbol evolutivo o filogenia de 223 de las 353 especies de ranas venenosas (dendrobátidos) existentes en la zona del Neotrópico, que incluye a Centroamérica y el norte de Suramérica.
Y al analizar las relaciones evolutivas entre las ranas descubrieron que la diversidad en el Amazonas es el resultado de al menos 14 dispersiones de ranas ancestrales que comenzaron hace unos 23 millones de años.
Todas las ranas venenosas del Amazonas evolucionaron a partir de estos antecesores, la mayoría de los cuales (11 dispersiones) procedía de la cordillera de los Andes.
"Ofrecemos una perspectiva más amplia en el tiempo de la diversidad del Amazonas, antes incluso de que éste se formara", dijo a Efe Santos.
Durante este largo periodo la cuenca del Amazonas experimentó cambios radicales, como la retirada de las aguas marinas de la zona -el río de formó hace nueve millones de años-, y los Andes surgieron hace 15 millones de años.
Según los autores, la mayor dispersión desde los Andes se remonta a entre un millón y siete millones de años atrás, cuando se estaba formando la moderna selva tropical.
Estas ranas han evolucionado para formar las aproximadamente 70 especies conocidas hoy en la cuenca del Amazonas.
Según los científicos, estos batracios también emigraron desde el Amazonas a zonas aledañas, y desde y hacia otras regiones en el Neotrópico.
La evolución de las ranas venenosas continúa, sobre todo en la selva del Amazonas, el Chocó, que bordea la costa noroccidental del Pacífico en Suramérica, y en la vecina Centroamérica.
En opinión de Cannatella, muchos otros animales y plantas tropicales del Amazonas pueden compartir esta compleja historia con las ranas.
"Podemos predecir que otros organismos confinados a estos bosques húmedos tropicales podrían seguir una pauta similar de dispersión, evolución y diversificación", afirma.
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