El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció el miércoles la decisión de su gobierno de prohibir "el libre cultivo de la coca" en el país andino, al abrir el miércoles el 52 Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas (NNUU) en la capital de Austria.
El gobernante sudamericano que demandó al foro multilateral el retiro de la hoja de coca -en su estado puro- de la lista mundial de estupefacientes, también comunicó la decisión de su administración de no eliminar toda la coca legal que se cultiva en Bolivia.
El mandatario, que mostró varias veces a su auditorio copado por un centenar de líderes mundiales, un trébol de hojas de coca, deploró que una parte de la producción de la hoja se desvíe hacia el narcotráfico.
"Por eso hemos decidido con los movimientos sociales (de Bolivia) eliminar el libre cultivo de la planta, pero tampoco podrá haber cero de producción de coca", reafirmó el mandatario que levantó varias veces a sus auditores para tributarle un aplauso.
Líder de los cultivadores de coca del Chapare, en el centro de Bolivia, Morales pidió retirar la hoja de la lista mundial de venenos.
"Yo vengo a pedirles que se corrija un error histórico de la Convención Unica de Estupefacientes de las Naciones Unidas del año 1961 sobre la hoja de coca", proclamó el mandatario sudamericano que enarboló, a manera de emblema, el trébol de hojas.
Morales, primer indígena en gobernar una nación de Latinoamérica, explicó que el "error histórico" se encuentra en el inciso 2-E del artículo 49 de la Convención, que establece que la masticación de la hoja de coca quedará prohibida en 25 años.
"Esto no es cocaína", sostuvo, seguido de una salva de aplausos.
"Yo soy productor de esta hoja de coca y no por productor soy narcotraficante", señaló al tiempo de llevarse a la boca unas hojas que masticó en plena testera.
"Soy consumidor de la coca que en Perú se llama ‘chapcheo’; en Bolivia ‘pijcheo’; en el norte argentino ‘coqueo’ y en algunas regiones de Colombia ‘mambeo’ y masticación en la legislación internacional", ilustró sobre la ancestral cultura de consumo de coca en su estado natural en América de Sur.
El auditorio volvió a prorrumpir en aplausos.
Siempre levantando en su mano las hojas, Morales sostuvo que la coca representa la cultura de los pueblos indígenas, principalmente andinos, sin embargo, su consumo no sólo es indígena, sino de transportistas, mineros, estudiantes, profesionales, mestizos.
La coca es la materia prima para la elaboración de la mundialmente afamada industria de bebidas gaseosas Coca Cola.
El Presidente boliviano dijo que la coca no sólo simboliza la identidad de las culturas de pueblos indígenas, sino, en su estado natural, es medicinal, tiene una serie de atributos nutricionales y no causa ningún daño a la salud humana. Tampoco adicción.
Morales insistió que el documento de 1961 contiene errores y argumentos pifiados porque, señala incluso, que el masticado de la coca conlleva un círculo vicioso que genera desnutrición.
"Yo consumí intensamente (coca) como 10 años cuando era agricultor y no me siento desnutrido y ya llevo casi 50 años de vida", expuso.
Hizo notar que el documento de marras también incurre en el error que la coca induce al individuo a cambios indeseables de carácter intelectual y moral.
"Yo no me siento incapaz. Si fuera incapaz no fuera Presidente de la República de Bolivia y no trabajara 18 y más horas todos los días", afirmó en medio de la reacción exultante de los asistentes.
Morales consideró la descripción contenida en la Convención de 1961 atenta contra la cultura de los pueblos indígenas, cuyos derechos fueron consagrados en la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas y el Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales, como así en la Convención 169 de la Organización Internacional de Trabajo, la Declaración de la UNESCO a favor del pueblo Kallawaya como Patrimonio Intangible de la Humanidad, entre otras cartas internacionales.
El Jefe de Estado boliviano enfatizó que la recientemente aprobada Constitución Política de su país consagra la protección a la hoja de coca y calificó como patrimonio cultural a la planta andina, porque en su estado natural no es estupefaciente.
Afirmó que los incisos cuestionados fueron aprobados hace más de 25 años y no son aplicables bajo ningún punto de vista, tomando en cuenta, además, que la coca se mastica sin daños colaterales hace más de 5.000 años en la región de los Andes sudamericanos.
"Si se quiere mantener este error, seríamos criminales a los ojos del derecho internacional, tendrían que erradicar a los consumidores de la hoja de coca", dijo Morales al ratificar el compromiso de su administración de continuar con la reducción de los cultivos excedentarios que terminan en las factorías de droga.
"Yo pido a ustedes incluyan en la lista (mundial de estupefacientes) el clorhidrato de cocaína, pasta base de cocaína, sulfato de cocaína que no están en la lista", afirmó al reiterar su pedido para que se retire a la coca de la nómina de venenos.
El gobernante sudamericano que demandó al foro multilateral el retiro de la hoja de coca -en su estado puro- de la lista mundial de estupefacientes, también comunicó la decisión de su administración de no eliminar toda la coca legal que se cultiva en Bolivia.
El mandatario, que mostró varias veces a su auditorio copado por un centenar de líderes mundiales, un trébol de hojas de coca, deploró que una parte de la producción de la hoja se desvíe hacia el narcotráfico.
"Por eso hemos decidido con los movimientos sociales (de Bolivia) eliminar el libre cultivo de la planta, pero tampoco podrá haber cero de producción de coca", reafirmó el mandatario que levantó varias veces a sus auditores para tributarle un aplauso.
Líder de los cultivadores de coca del Chapare, en el centro de Bolivia, Morales pidió retirar la hoja de la lista mundial de venenos.
"Yo vengo a pedirles que se corrija un error histórico de la Convención Unica de Estupefacientes de las Naciones Unidas del año 1961 sobre la hoja de coca", proclamó el mandatario sudamericano que enarboló, a manera de emblema, el trébol de hojas.
Morales, primer indígena en gobernar una nación de Latinoamérica, explicó que el "error histórico" se encuentra en el inciso 2-E del artículo 49 de la Convención, que establece que la masticación de la hoja de coca quedará prohibida en 25 años.
"Esto no es cocaína", sostuvo, seguido de una salva de aplausos.
"Yo soy productor de esta hoja de coca y no por productor soy narcotraficante", señaló al tiempo de llevarse a la boca unas hojas que masticó en plena testera.
"Soy consumidor de la coca que en Perú se llama ‘chapcheo’; en Bolivia ‘pijcheo’; en el norte argentino ‘coqueo’ y en algunas regiones de Colombia ‘mambeo’ y masticación en la legislación internacional", ilustró sobre la ancestral cultura de consumo de coca en su estado natural en América de Sur.
El auditorio volvió a prorrumpir en aplausos.
Siempre levantando en su mano las hojas, Morales sostuvo que la coca representa la cultura de los pueblos indígenas, principalmente andinos, sin embargo, su consumo no sólo es indígena, sino de transportistas, mineros, estudiantes, profesionales, mestizos.
La coca es la materia prima para la elaboración de la mundialmente afamada industria de bebidas gaseosas Coca Cola.
El Presidente boliviano dijo que la coca no sólo simboliza la identidad de las culturas de pueblos indígenas, sino, en su estado natural, es medicinal, tiene una serie de atributos nutricionales y no causa ningún daño a la salud humana. Tampoco adicción.
Morales insistió que el documento de 1961 contiene errores y argumentos pifiados porque, señala incluso, que el masticado de la coca conlleva un círculo vicioso que genera desnutrición.
"Yo consumí intensamente (coca) como 10 años cuando era agricultor y no me siento desnutrido y ya llevo casi 50 años de vida", expuso.
Hizo notar que el documento de marras también incurre en el error que la coca induce al individuo a cambios indeseables de carácter intelectual y moral.
"Yo no me siento incapaz. Si fuera incapaz no fuera Presidente de la República de Bolivia y no trabajara 18 y más horas todos los días", afirmó en medio de la reacción exultante de los asistentes.
Morales consideró la descripción contenida en la Convención de 1961 atenta contra la cultura de los pueblos indígenas, cuyos derechos fueron consagrados en la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas y el Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales, como así en la Convención 169 de la Organización Internacional de Trabajo, la Declaración de la UNESCO a favor del pueblo Kallawaya como Patrimonio Intangible de la Humanidad, entre otras cartas internacionales.
El Jefe de Estado boliviano enfatizó que la recientemente aprobada Constitución Política de su país consagra la protección a la hoja de coca y calificó como patrimonio cultural a la planta andina, porque en su estado natural no es estupefaciente.
Afirmó que los incisos cuestionados fueron aprobados hace más de 25 años y no son aplicables bajo ningún punto de vista, tomando en cuenta, además, que la coca se mastica sin daños colaterales hace más de 5.000 años en la región de los Andes sudamericanos.
"Si se quiere mantener este error, seríamos criminales a los ojos del derecho internacional, tendrían que erradicar a los consumidores de la hoja de coca", dijo Morales al ratificar el compromiso de su administración de continuar con la reducción de los cultivos excedentarios que terminan en las factorías de droga.
"Yo pido a ustedes incluyan en la lista (mundial de estupefacientes) el clorhidrato de cocaína, pasta base de cocaína, sulfato de cocaína que no están en la lista", afirmó al reiterar su pedido para que se retire a la coca de la nómina de venenos.
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