miércoles, marzo 31, 2010

Acuerdan borrador de Protocolo sobre Biodiversidad

web Murcia 31/03/2010 Fuente: ONU Radio

Los participantes en la reunión de la ONU sobre diversidad biológica acordaron un borrador del protocolo de acceso a los recursos genéticos y de repartición justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización.
Reunidos en Cali, Colombia, más de 500 representantes de gobiernos, comunidades indígenas, instituciones científicas, empresas, y miembros de la sociedad civil, elaboraron el texto para su adopción en la Cumbre de la Diversidad Biológica que se celebrará en Nagoya, Japón, en octubre de este año.
Los asistentes al encuentro abordaron cuestiones complejas relacionadas con la utilización de los recursos genéticos para fines tanto comerciales como no comerciales.

lunes, marzo 29, 2010

Líderes indígenas latinoamericanos alistan propuestas para Cumbre de Cochabamba

Los tiempos, Bolivia

Costa Rica: Líderes indígenas latinoamericanos alistan propuestas para Cumbre de Cochabamba

Por Abi - Agencia - 28/03/2010

SAN JOSÉ, Costa Rica

Líderes indígenas latinoamericanos se reunirán del 29 a 31 de marzo en la ciudad de San José, capital de Costa Rica, para alistar las propuestas para la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que se realizará en la ciudad boliviana de Cochabamba, del 19 al 22 de Abril.

Según un comunicado del Centro para el Desarrollo Indígena (CEDIN), las organizaciones indígenas desarrollarán en consenso "una agenda común en defensa de la Madre Tierra y en específico de los impactos sobre cambio climático", en el marco del Foro Indígena Latinoamericano sobre el Cambio Climático

Ese encuentro tiene como objetivo principal "realizar un análisis de la visión indígena sobre los documentos y planteamientos ante la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, a realizarse en Cochabamba".

A ese evento asistirán los representantes del Consejo Indígena de Centroamérica, Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, Enlace Continental de Mujeres Indígenas, Consejo Indígena de Mesoamérica, Red de Mujeres Indígenas sobre Biodiversidad, Alianza Mundial de los Pueblos Indígenas y Tribales de los Bosques Tropicales.

También se la participación del Consejo Internacional de Tratados Indios, Cátedra Indígena de la Universidad Indígena Intercultural y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe.

sábado, marzo 27, 2010

Agave para combatir la osteoporosis

BBC Ciencia, jueves, 25 de marzo de 2010 - 21:22 GMT

El agave contiene una sustancia que podría proteger contra la pérdida de masa ósea.

El agave, la planta con la cual se elabora el tequila, contiene un compuesto que podría ayudar a combatir la osteoporosis, afirman científicos en México.

Los investigadores afirman que la sustancia, llamada fructano, ayuda a que el organismo absorba más calcio de los alimentos lo que contribuye a una mejora del tejido óseo.

Los científicos creen que el hallazgo podría conducir al desarrollo de nuevos alimentos ricos en fructanos que podrían tener varios beneficios a la salud.

Los detalles de la investigación, llevada a cabo por científicos del Instituto Politécnico Nacional de Guanajuato, México, fueron presentados durante la conferencia anual de la Sociedad Química Estadounidense.

Según los investigadores, ya se sabía que los fructanos -que son carbohidratos que no se digieren y que consisten en moléculas de fructosa- pueden tener un impacto beneficioso en los procesos del organismo.

"Esto resulta en una mejora para la salud y en la reducción del riesgo de muchas enfermedades" dice la doctora Mercedes López, quien dirigió el estuduio.

"Estudios experimentales revelan que los fructanos podrían tener beneficios contra la diabetes y la obesidad, para mejorar el sistema inmune, reducir los niveles de bacteria que causan enfermedades en el intestino, aliviar el estreñimiento y reducir el riesgo de cáncer de colon", agrega.

Además del agave, otras fuentes ricas en fructanos son las alcachofas, ajo, cebollas y achicoria.

En el nuevo estudio los científicos querían probar los efectos de los fructanos del agave en la salud y crecimiento del tejido óseo.

Para comprobarlo alimentaron a ratones con una dieta estándar y con una dieta suplementada con 10% de fructanos de agave.

Descubrieron que los animales alimentados con fructanos lograron absorber más calcio de los alimentos y desechar menos mineral en sus heces y también mostraron un aumento de 50% en los niveles de osteocalcina, una proteína asociada a la formación de nuevo tejido óseo.

"Los resultados muestran que la complementación de una dieta estándar con fructanos de agave puede prevenir la pérdida de masa ósea y mejorar la formación de hueso" afirma la doctora López.

"Esto indica la importancia de estos compuestos para el mantenimiento de la salud ósea".

Según los científicos, los fructanos pueden ser utilizados como suplementos nutritivos en muchos productos e incluso podrían usarse como sustituto del azúcar.

En países como Estados Unidos ya se utilizan fructanos de achicoria para la producción de cereales, helado, productos horneados y bebidas.

Y se cree que los fructanos de agave también podrían tener muchas aplicaciones, con la ventaja de que el agave crece en países, como México, cuyo clima no favorece el cultivo de achicoria.

Los científicos subrayan, sin embargo, que el tequila -aunque proviene de la misma planta- no es fuente de fructanos.

Esto se debe a que la composición de estas sustancias cambia y se convierten en alcohol cuando el agave se utiliza para la elaboración de tequila.

viernes, marzo 26, 2010

La deforestación disminuye en el mundo, pero continúa a ritmo alarmante en muchos países

25-03-2010

La FAO publica las conclusiones de la evaluación de recursos forestales mundiales

25 de marzo de 2010, Roma - La deforestación en el mundo, fundamentalmente la conversión de bosques tropicales en tierras agrícolas, ha disminuido en los últimos diez años pero continúa a un ritmo alarmante en muchos países, según advirtió hoy la FAO.

A nivel mundial, se han convertido a otros usos o se han perdido por causas naturales 13 millones de hectáreas de bosques anuales entre 2000 y 2010, en comparación con 16 millones de hectáreas anuales durante la década de 1990, según las conclusiones principales del estudio forestal más completo realizado por la FAO hasta la fecha: la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010. El estudio cubre 233 países y territorios.

Brasil e Indonesia, que registraron las mayores pérdidas de bosques en los 90, han reducido considerablemente sus tasas de deforestación. Además, los ambiciosos programas de plantaciones forestales en países como China, India, Estados Unidos y Viet Nam - combinados con la expansión natural de los bosques en algunas regiones - han añadido más de siete millones de hectáreas de nuevos bosques, cada año. Como consecuencia, la pérdida neta de superficie forestal se ha reducido de los 8,3 millones de hectáreas al año de la década de 1990 a 5,2 millones de hectáreas anuales entre 2000 y 2010.

La superficie forestal total mundial asciende a algo más de 4 000 millones de hectáreas, el 31 por ciento de la superficie terrestre total. La pérdida neta anual de bosques (es decir la suma de las perdidas menos la suma de los incrementos en superficie forestal) en el periodo 2000-2010 equivale a una superficie similar a la de Costa Rica.

Las mayores pérdidas en Sudamérica y África

Sudamérica y África experimentaron las mayores pérdidas netas anuales de bosques en el periodo 2000-2010, con 4 y 3,4 millones de hectáreas respectivamente. Oceanía también registró una pérdida neta, debida en parte a la grave sequía en Australia desde el año 2000.

Por otro lado, Asia registró una ganancia neta de unos 2,2 millones de hectáreas al año en la última década, fundamentalmente debido a los programas de forestación a gran escala en China, India y Viet Nam, que han aumentado su superficie forestal en casi cuatro millones de hectáreas anuales en los últimos cinco años. Sin embargo, la conversión de las superficies boscosas a otros usos siguió registrando tasas elevadas en muchos países.

En Norteamérica y Centroamérica, la superficie forestal permaneció bastante estable, mientras que en Europa siguió creciendo, si bien a una tasa menor que antes.

"Por primera vez, somos capaces de demostrar que la tasa de deforestación ha disminuido a nivel mundial como resultado de una serie de esfuerzos coordinados a nivel local e internacional", afirmó Eduardo Rojas, Director General Adjunto del Departamento Forestal de la FAO.

"Los países no sólo han mejorado sus políticas y legislación forestales, también han asignado bosques para uso de comunidades locales y pueblos indígenas, y para la conservación de la diversidad biológica y otras funciones medioambientales. Es un mensaje bienvenido en 2010, el Año Internacional de la Biodiversidad", explicó Rojas.

"Sin embargo -añadió-, la tasa de deforestación continúa siendo muy alta en muchos países y las zonas de bosque primario - bosques no alterados por la actividad humana - siguen disminuyendo, por lo que los países deben intensificar sus esfuerzos para mejorar su gestión y conservación".

Bosques y cambio climático


Los bosques desempeñan un papel importante en la mitigación del cambio climático. Almacenan una gran cantidad de carbono. Cuando se tala un bosque y se convierte a otro uso, el carbono regresa a la atmósfera.

"Una menor tasa de deforestación y la creación de nuevos bosques han ayudado a reducir las elevadas emisiones de carbono de los bosques provocadas por la deforestación y la degradación forestal", afirmó Mette Løyche Wilkie, Coordinadora de la Evaluación.

"Pero necesitamos mirar hacia delante porque los grandes programas de plantación de árboles en China, India y Viet Nam, responsables en su mayor parte de los recientes aumentos de la superficie forestal, finalizarán en el 2020", añadió. "Esto significa que tenemos un período corto para poner en marcha medidas efectivas y permanentes para reducir significativamente las tasas actuales de deforestación y degradación de los bosques. Sin estas intervenciones nos arriesgamos a volver de pronto a altas tasas de pérdida neta forestal y de emisiones de carbono de los bosques, como ya tuvimos en la década de 1990", apuntó.

Las Evaluaciones de la FAO de los recursos forestales mundiales se publican cada cinco años. Más de 900 especialistas de 178 países han participado en la Evaluación de los recursos forestales mundiales de 2010. El informe completo de esta evaluación se hará público en octubre de 2010.

Conclusiones principales


Otros hallazgos clave de este informe fueron:

  • Brasil perdió una media de 2,6 millones de hectáreas de bosque anuales en los últimos diez años frente a los 2,9 millones de hectáreas en los 90. Las cifras de Indonesia ascendieron a 0,5 y 1,9 millones de hectáreas al año respectivamente.
  • Los bosques primarios constituyen un 36 por ciento de la superficie forestal total pero han disminuido en más de 40 millones de ha desde el año 2000. En gran medida esto se debe a la reclasificación de los bosques primarios como "otros bosques regenerados de forma natural" debido a la tala selectiva y otras intervenciones humanas.
  • La superficie de bosques en parques nacionales, áreas naturales silvestres y otras zonas legalmente protegidas ha aumentado en más de 94 millones de hectáreas desde 1990 y actualmente equivale a un 13 por ciento de la superficie forestal total.
  • Los bosques representan uno de los principales sumideros mundiales de carbono. Almacenan unas 289 gigatoneladas (Gton) de carbono en árboles y otra vegetación. El carbono almacenado en la biomasa forestal, la madera muerta, la hojarasca y el suelo es mayor - en conjunto - que todo el carbono presente en la atmósfera. A nivel mundial, se estima que las reservas de carbono en la biomasa forestal descendieron en 0,5 Gton al año en el período 2000-2010, principalmente debido a la reducción de la superficie forestal total.
  • Los incendios, las plagas y las enfermedades están causando daños cada vez mayores a los bosques de algunos países. En promedio, cerca del uno por ciento de la superficie forestal mundial se ve significativamente afectado cada año por los incendios forestales. Las plagas de insectos dañan unos 35 millones de hectáreas de bosque cada año. Los fenómenos climáticos extremos como las tormentas y ventiscas, y los terremotos, también provocaron graves daños durante la última década.
  • Desde el año 2000, setenta y seis países han desarrollado o actualizado sus políticas forestales y desde 2005, sesenta y nueve países - fundamentalmente en Europa y África - han promulgado o enmendado sus leyes forestales.
  • La recolección de datos para la Evaluación de los recursos forestales mundiales se está haciendo más exhaustiva y precisa. Los nuevos datos y la información adicional sobre la forestación y la expansión natural de los bosques en los últimos 20 años han permitido estimar de forma más precisa las tasas de deforestación y pérdidas por causas naturales. La nueva estimación mundial para el periodo 1990-2000 (próxima a los 16 millones de ha al año) es mayor que la anterior, debido a que ahora también incluye la deforestación en países que han experimentado un aumento neto de su superficie forestal.
  • Un estudio de teledetección de bosques, liderado por la FAO, con el muestreo de unos 13 500 puntos, cada uno observado en un periodo de 15 años, proporcionará para finales de 2011 datos aún más exactos sobre las tasas mundiales y regionales de deforestación.


jueves, marzo 25, 2010

WWF Mines The Green Gold Rush To The Amazon: Making $60 billion From Fear

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Click:

http://www.climatechangefraud.com/the-money-trail/6628-wwf-hopes-to-find-60-billion-growing-on-trees


WRITTEN BY CHRISTOPHER BOOKER, TELEGRAPH | 20 MARCH 2010

The carbon credits scheme would make WWF – formerly the World Wildlife Fund – and its partners much richer, but with no lowering of overall CO2 emissions.

If the world’s largest, richest environmental campaigning group, the WWF – formerly the World Wildlife Fund – announced that it was playing a leading role in a scheme to preserve an area of the Amazon rainforest twice the size of Switzerland, many people might applaud, thinking this was just the kind of cause the WWF was set up to promote.

Amazonia has long been near the top of the list of the world’s environmental cconcerns, not just because it includes easily the largest and most bio-diverse area of rainforest on the planet, but because its billions of trees contain the world’s largest land-based store of CO2 – so any serious threat to the forest can be portrayed as a major contributor to global warming.

If it then emerged, however, that a hidden agenda of the scheme to preserve this chunk of the forest was to allow the WWF and its partners to share the selling of carbon credits worth $60 billion, to enable firms in the industrial world to carry on emitting CO2 just as before, more than a few eyebrows might be raised. The idea is that credits representing the CO2 locked into this particular area of jungle – so remote that it is not under any threat – should be sold on the international market, allowing thousands of companies in the developed world to buy their way out of having to restrict their carbon emissions. The net effect would simply be to make the WWF and its partners much richer while making no contribution to lowering overall CO2 emissions.

WWF, which already earns £400 million yearly, much of it contributed by governments and taxpayers, has long been at the centre of efforts to talk up the threat to the Amazon rainforest – as shown recently by the furore over a much-publicised passage in the 2007 report of the UN’s Intergovernmental Panel on Climate Change. The IPCC’s claim that 40 per cent of the forest is threatened by global warming, it turned out, was not based on any scientific evidence, but simply on WWF propaganda, which had wholly distorted the findings of an earlier study on the threat posed to the forest, not by climate change but by logging.

This curious saga goes back to 1997, when the UN’s Kyoto treaty set up what is known as the Clean Development Mechanism (CDM). This allowed businesses in the developing world that could claim to have reduced their greenhouse gas emissions to make billions of pounds by selling their resulting carbon credits to those firms in the developed world which, under the treaty, would be obliged to cut their emissions. In 2001 the parties to Kyoto agreed in principle that trees in the southern hemisphere could be counted as “carbon sinks” for the benefit of CO2 emitting firms in the northern hemisphere. In 2002, after lengthy negotiations with WWF and other NGOs, the Brazilian government set up its Amazon Region Protected Areas (Arpa) project, supported by nearly $80 million of funding. Of this, $18 million was given to the WWF by the US’s Gordon & Betty Moore Foundation, $18 million to its Brazilian NGO partner by the Brazilian government, plus $30 million from the World Bank.

The aim was that the NGOs, led by the WWF, should administer chunks of the Brazilian rainforest to ensure either that they were left alone or managed “sustainably”. Added to them, as the largest area of all, was 31,000 square miles on Brazil’s all but inaccessible northern frontier; half designated as the Tumucumaque National Park, the world’s largest nature reserve, the other half to be left largely untouched but allowing for sustainable development. This is remote from any part of the Amazonian forest likely to be damaged by loggers, mining or agriculture.

So far all this might have seemed admirably idealistic. Despite the international agreement that forests could be counted as carbon sinks, there was as yet no system in place whereby the CO2 thus “saved” could be turned into a saleable commodity. In 2007, however, the WWF and its allies in the World Bank launched the Global Forest Alliance, with start-up funding of $250 million from the Bank, to work for what they called “avoided deforestation”. A conference in Bali, under the auspices of the UN Framework Convention on Climate Change (UNFCCC), which administers the CDM, agreed to a scheme called REDD (reducing emissions for deforestation in developing countries). Hailed as “the big new idea to save the planet from runaway climate change”, this set up a global fund to save vast areas of rainforest from the deforestation which accounts for nearly a fifth of all man-made CO2 emissions.

But still there was no mechanism for turning all this “saved” CO2 into a money-making commodity. The WWF now, however, found a key ally in the Woods Hole Research Center, based in Massachusetts. Not to be confused with the nearby Woods Hole Oceanographic Institute, a bona fide scientific body, this is in fact a global warming advocacy group, headed by a board which includes fund managers responsible for billions of dollars of private investments.

In 2008, funded by $7 million from the Moore Foundation and working in partnership with the WWF on the Tumucumaque project, Woods Hole came up with the formula required: a way of valuing all that carbon stored in Brazil’s protected rainforests, so that it could be traded under the CDM. The CO2 to be “saved” by the Arpa programme, it calculated, amounted to 5.1 billion tons. Based on the UNFCCC’s valuation of CO2 at $12.50 per ton, this valued the trees in Brazil’s protected areas at over $60 billion. Endorsed by the World Bank, this projection was presented to the UNFCCC.

But two more obstacles had still to be overcome. The first was that the scheme needed to be adopted as part of REDD by the UNFCCC’s 2009 Copenhagen conference, which was supposed to agree a new global treaty to follow Kyoto. This would allow all that “saved” Brazilian CO2 to be turned into hard cash under the CDM scheme.

The other was that the US should adopt a “cap and trade” scheme, imposing severe curbs on the CO2 emitted by US industry. This would boost the international carbon market, sending the price soaring as US firms flocked to buy the credits that would allow them to continue emitting the CO2 they needed to survive.

As we know, the story hasn’t turned out as planned. Amid the shambles at Copenhagen in December, all that could be saved of the REDD proposals was an agreement in principle, with the hope of reaching detailed agreement in Mexico later this year. Also lost in the scramble to save something from the wreckage was the small print that guaranteed the rights of indigenous peoples in rainforests, whose way of life – to the concern of groups such as Survival International and the Forest Peoples Programme – has already been severely damaged by REDD-inspired schemes elsewhere, such as in Kenya and Papua New Guinea.

Just as alarming to the WWF and its allies, who were hoping to make billions from Brazilian forests, has been the failure of the US Senate to approve the cap and trade bill championed by President Obama. Since the EU has excluded the rainforests from its own cap and trade scheme, bringing the US into the net is vital for the WWF’s hopes of finding “money growing on trees”. The price of carbon on the Chicago Climate Exchange has just plummeted to its lowest-ever level, 10 cents a ton.

The WWF’s dream has been thwarted – but the revelation that it could even be party to such a scheme may have considerable influence on the way this richest of all environmental campaigning groups is viewed by the world at large.

lunes, marzo 22, 2010

Declaración de Yucatán: la gestión de las Áreas Protegidas debe pasar por el reconocimiento a la libre determinación de nuestros pueblos

Tercer Congreso de Pueblos Indígenas, Comunidades Locales y Afrodescendientes de Mesoamerica: Sobre Áreas Protegidas y Derechos Territoriales. "Declaración de Yucatán"
10 de marzo de 2010 - CCAD
Area: Medio Ambiente


Con el permiso del creador y formador, de la madre tierra y de nuestros ancestros, los Pueblos Indígenas, Comunidades locales y Afrodescendientes de los Países de México, Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, reunidos en la Ciudad de Mérida, Yucatán, los días 6, 7 y 8 de marzo 2010, de cara al III Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas, queremos reafirmar que hemos existido desde tiempos inmemoriales en éste territorio y antes de la conformación de los actuales Estados Nación.

Durante las últimas cuatro décadas nuestros territorios ricos en diversidad cultural, biodiversidad, conocimientos tradicionales, endemismos, centros y lugares sagrados, han sido objeto de reiterados sistemas colonialistas de despojo, expropiación, biopiratería, bioprospección, enajenación, declaración de áreas protegidas y megaproyectos. Y si bien se ha avanzado en algunos instrumentos internacionales que reconocen los derechos específicos de nuestros pueblos, tales como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, entre otros, éstos no han sido implementados ni respetados por los Estados.

Considerando que los Estados de Mesoamerica han suscrito diversos compromisos internacionales, entre ellos, la meta clave número 8 del Plan de Acción del V Congreso Mundial de Parques, celebrado en Johannesburgo, Sudáfrica 2002 que dice “todas las áreas protegidas existentes y futuras serán manejadas y establecidas en plena conformidad con los derechos de los pueblos indígenas, pueblos móviles y comunidades locales”, al igual que la meta clave número 10 y que cita “se establecerán y aplicarán, para 2010, mecanismos participativos para la restitución de las tierras y territorios tradicionales de pueblos indígenas que fueron incorporados en áreas protegidas sin su consentimiento libre y conocimiento de causa”.

Así también atender los compromisos del Congreso Mundial de la Naturaleza celebrado en Barcelona, 2008, donde se reconoce el ejercicio de gobernanza y la adopción del espíritu de la declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas en lo referente a Áreas Protegidas.

En nuestra concepción ancestral el territorio va más allá del espacio físico pues en él nacemos, crecemos y se reproduce nuestra cultura, y es allí en donde hemos de continuar la vida después de la vida, asimismo representa la seguridad y continuidad de las futuras generaciones.

La territorialidad es donde desarrollamos nuestra condición de sujetos de derechos políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales en la autogestión del Buen Vivir y la continuidad histórica de nuestra cosmovisión.
Por lo anterior:

DECLARAMOS:

1) Que la gestión de las Áreas Protegidas entre las partes interesadas (Estados, Investigadores, ONG’s, etc.) y los Sujetos de Derecho (Pueblos Indígenas), debe pasar primero y como prerrequisito fundamental por el reconocimiento a la libre determinación de nuestros Pueblos, derecho reconocido en la Declaración de la Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

2) Debe asegurarse un marco jurídico a nivel de cada uno de los Estados de Mesoamerica en donde se garantice la plena y efectiva participación de los Pueblos Indígenas, comunidades locales y afrodescendientes en el manejo, conservación, protección y administración de las áreas protegidas establecidas dentro de sus territorios.

3) Que los pueblos indígenas, comunidades locales y afrodescendientes nos reservamos el derecho de establecimiento de áreas de gestión/conservación bajo nuestros propios sistemas normativos e instituciones.

4) Los Estados no declararán áreas protegidas o de conservación de cualquier tipo, en las tierras y territorios que los pueblos indígenas, comunidades locales y afrodescendientes histórica o tradicionalmente han usado, poseído u ocupado sin el consentimiento libre, previo e informado.

5) Asegurar que los ingresos como resultado del uso y usufructo de las áreas protegidas, debe ser distribuido e invertido para el Buen Vivir de las comunidades que habitan en esos territorios, y el fortalecimiento de sus instituciones y sistemas propios.

6) Exigimos a las Organizaciones no Gubernamentales a respetar las formas de organización y sistemas propios que los pueblos indígenas, comunidades locales y afrodescendientes tienen con sus tierras, territorios y recursos así como a adoptar e implementar el contenido de los diversos instrumentos internacionales en materia de derechos.

7) Exigimos a la cooperación internacional y nacional a establecer y mantener mecanismos articuladores y de relación directa con los pueblos indígenas, comunidades locales y afrodescendientes reconociendo la institucionalidad y los sistemas propios en la gestión de las tierras, territorios y recursos.

8) Invitamos a la sociedad civil organizada a respaldar, acompañar y respetar las propuestas de los pueblos indígenas, comunidades locales y afrodescendientes.

9) Iniciar procesos de restitución de tierras y territorios que fueron declaradas áreas protegidas sin el consentimiento libre, previo e informado. De igual forma exigimos que los fondos destinados para la conservación de la naturaleza le sean entregados bajo el principio compensatorio. Además exigimos el replanteamiento de las políticas de las áreas protegidas dado su fracaso en materia de conservación y uso sostenible.

10) Manifestamos nuestra preocupación por la actitud asumida por los gobiernos/Estados nacionales mesoamericanos en impulsar programas y proyectos de forma irresponsable, que afectan las formas de vida de nuestros pueblos, tales como Corredor Biológico Mesoamericano CBM, Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y Degradación REDD, Plan Mérida, Estrategia Mesoamericana de Sostenibilidad Ambiental EMSA, entre otros en los que requerimos se incluye nuestra participación plena y efectiva por la tanto exigimos a que se establezcan los mecanismos adecuados y correspondientes.

Finalmente reiteramos nuestra disposición al dialogo constructivo para llegar a acuerdos y mecanismos de seguimiento reflejados en un plan de acción.


Declaración de Yucatán

Nat’l Intelligence Council report on Caribbean geopolitics & climate change (review)

De: climate09-int-owner@lists.riseup.net [mailto:climate09-int-owner@lists.riseup.net] En nombre de Nicholas Roberts
Enviado el: martes, 16 de marzo de 2010 08:56 a.m.


by Rick Munroe

The National Intelligence Council has released a report on the expected effects of climate change to the Caribbean region. This 21 page report is entitled Mexico, The Caribbean and Central America: The Impact of Climate Change to 2030: Geopolitical Implications (NIC Conference Report, Jan. 2010). The report is authored by a team of private researchers under the Global Climate Change Research Program contract with the CIA’s Office of the Chief Scientist.

The prognosis of these analysts is bleak.

They see considerable potential for “civil unrest and internal conflicts leading to increased migration” (p. 3).

The source of these tensions is both predictable and (apparently) intractable: growing population and energy consumption, rising sea levels, fresh-water scarcity and land degradation.

One obvious conclusion is declining food production and the attendant potential for domestic unrest.

With the (temporary) exception of Mexico, these countries are overwhelmingly dependent on oil imports and therefore “remain highly vulnerable to variable petroleum base supply and cost as experienced in the past few years” (p. 14).

The issue of water supply may be even more pressing.

The plight of Mexico City is particularly concerning: it is already “experiencing severe water scarcity and aquifer depletion…. With a population of more than 20 million, the city must pump water from great distances and has had to ration water at least three times in 2009” (p. 12).

Almost all countries in the region have inadequate health services and limited emergency response capability.

The authors are commended for their honest and direct assessment.

At the top and bottom of every page is the disclaimer, “This paper does not represent US Government views,” which is entirely understandable.

Mexico, The Caribbean and Central America: The Impact of Climate Change to 2030: Geopolitical Implications

Llamado a rechazar el acuerdo de Copenhagen sobre cambio climático

CARTA DE OTROS MUNDOS AC – AMIGOS DE LA TIERRA MÉXICO A LA SEMARNAT

Fecha: 19 de marzo de 2010

Para: Juan Rafael Elvira Quesada, Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)

Asunto: Llamado a rechazar el Acuerdo de Copenhague

Otros Mundos AC – Amigos de la Tierra México está extremadamente preocupado por la situación actual de las negociaciones internacionales sobre clima. En lugar de ayudar al mundo a avanzar en la dirección necesaria, la organización caótica en Copenhague y la situación confusa luego de la COP han debilitado el progreso alcanzado y han empañado las perspectivas de un acuerdo mundial sobre clima justo y efectivo.

Ya que las negociaciones sobre clima se retomarán del 9 al 11 de abril de 2010 en Bonn, escribimos esta carta para expresar nuestra inquietud.

Nos preocupa que el Acuerdo de Copenhague, que no fue redactado de manera democrática ni transparente, y que no coloca al mundo en la dirección necesaria para evitar el catastrófico cambio climático, esté eclipsando años de esfuerzos diligentes para asegurar buenos resultados en Copenhague por parte de los grupos de trabajo bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kioto (PK).

Como seguramente sabe, el Acuerdo de Copenhague no fue adoptado por la Conferencia de las Partes en Copenhague, sino que simplemente se “tomó nota” del mismo.

Permitir que el Acuerdo de Copenhague sirva como base para las negociaciones futuras representa una nueva amenaza al logro de resultados efectivos y equitativos en la CMNUCC. Por lo tanto, solicitamos que se rechace el Acuerdo por su contenido, ya que en caso de que fuera aceptado se debilitarían los esfuerzos para garantizar una cooperación internacional justa y efectiva en torno al cambio climático.

* Varios institutos de investigación concluyen que las promesas de reducción de emisiones que se encuentran en el Acuerdo son tan bajas que ponen al mundo en riesgo de aumentar la temperatura mundial en 4 grados Celsius, lo que causaría una catástrofe para la supervivencia de los seres humanos y el medio ambiente.

* El acuerdo destruye implícitamente el Protocolo de Kioto (PK), y le resta su carácter vinculante a nivel internacional a las acciones de mitigación de los países desarrollados. El Acuerdo reemplaza el modelo del PK para la mitigación (es decir metas nacionales vinculantes, agregadas e individuales) por un sistema de promesas voluntarias y unilaterales por parte de cada país desarrollado, sin tener en cuenta si los objetivos son apropiados o cuáles son las implicancias de su nivel agregado.

* El Acuerdo contradice muchos de los principios (equidad y responsabilidad común pero diferenciada, entre otros) y disposiciones de la CMNUCC (artículos sobre financiamiento y tecnología, el artículo 4.7, entre otras). El mismo cambiaría radicalmente el equilibrio de derechos y obligaciones entre los países desarrollados y en desarrollo en la CMNUCC, atentando contra el mismo.

* El Acuerdo también impone obligaciones de mitigación más fuertes a los países en desarrollo, en comparación con las del Plan de Acción de Bali o la Convención, sin garantizar transferencias de financiamiento y tecnología (lo cual es una obligación legal para los países desarrollados).

* El Acuerdo también es contrario a muchas de las posiciones y demandas de los países en desarrollo en las negociaciones multilaterales. En especial, el Acuerdo socava la posición de los países en desarrollo en relación al financiamiento, como la demanda de que se establezca un Fondo Climático Multilateral que sea gestionado por la Conferencia de las Partes y cuyo financiamiento consista en cientos de miles de millones de dólares por año, que sean adicionales, no generen deudas y que provengan principalmente de fondos públicos. Si se acepta el Acuerdo, se impondrían límites a, e incluso se socavarían, las posiciones de los países en desarrollo en la CMNUCC.

También nos inquietan los intentos de algunas Partes de destruir el sistema multilateral y de reemplazarlo por un sistema para nada transparente, en el que solo unos pocos tienen acceso a la información, contribuyen con ideas o toman decisiones. Deploramos en especial la práctica ilegítima y no democrática de que un pequeño grupo de Partes se reúna para redactar un texto por fuera del proceso formal de negociación, dejando afuera a un gran número de países, y a la mayoría de las personas cuyas vidas y medios de subsistencia están siendo afectados por el cambio climático, que además son quienes están en peores condiciones para defender a sus comunidades de las consecuencias.

La CMNUCC, junto con los buenos aspectos del Protocolo de Kioto y el Plan de Acción de Bali (2007), constituye un régimen multilateral que actualmente es la mejor posibilidad que tenemos para lograr la clase de acciones mundiales necesarias para afrontar la crisis climática. Apoyamos firmemente los principios fundacionales de equidad, responsabilidad común pero diferenciada y reconocimiento de la responsabilidad histórica, afirmados por la CMNUCC. Estos principios deben ponerse en práctica para pagar la deuda climática que se le debe a los países en desarrollo, alcanzar la justicia climática, evitar el crecimiento desastroso de las emisiones, y adaptarse a los impactos del cambio climático ya irreversible. Además, los derechos de los Pueblos Indígenas, comunidades locales y trabajadores/as deben estar en el centro de la lucha en contra del cambio climático.

Han habido avances en las negociaciones de la CMNUCC, aunque se debe hacer mucho más; pero para ello las mismas deben ser apoyadas y fortalecidas, no debilitadas. Los informes de las presidencias de los grupos de trabajo de este proceso doble (Kioto y Acción Cooperativa a Largo Plazo) fueron adoptados en Copenhague (a diferencia del Acuerdo Copenhague), y por lo tanto deben ser la base para continuar las negociaciones. En Cancún, en diciembre, se puede llegar a una conclusión sobre los temas más importantes -como un segundo período de compromiso en el marco del Protocolo de Kioto para los países del Anexo I, con grandes reducciones de emisiones como exige la ciencia y la equidad; esfuerzos comparables por parte de los países del Anexo I bajo la Convención (de cara a Estados Unidos); y acuerdos en los cinco temas de acción cooperativa a largo plazo (financiamiento, tecnología, mitigación, adaptación, visión compartida) – si los países operan en buena fe y de manera transparente e inclusiva.

Por lo tanto exigimos que se tomen medidas para que las negociaciones y acciones sobre clima se orienten hacia la justicia climática. Entre otras medidas, quisiéramos destacar los siguientes pasos:

1. Todos los países deben reafirmar que las negociaciones sobre clima deben llevarse a cabo en la CMNUCC, es decir, el único proceso multilateral legítimo que garantiza igualdad para todas las Partes en términos de resultados que afectan la vida y los medios de subsistencia de la población del mundo entero. Este proceso debe tener pleno apoyo, y ningún país debe debilitarlo.
2. Su gobierno no debe asociarse con el Acuerdo de Copenhague, y debe rechazar su uso como base de cualquier negociación.
3. La CMNUCC debería restablecer rápidamente sus dos grupos de trabajo sobre LCA y el PK, que deberían reunirse tan a menudo como sea posible antes de la COP que se realizará en diciembre en México. La base para las negociaciones deben ser los informes de los grupos adoptados en Copenhague y las propuestas de las Partes.
4. Se debe mantener el entendimiento de Bali en cuanto a la mitigación, y los países del Anexo I del PK deben asumir nuevos compromisos vinculantes (hasta 2020 o 2017) con metas agregadas e individuales para un segundo período, mientras que Estados Unidos debe comprometerse de manera similar en la Convención a través de una Decisión u otro instrumento; y los países en desarrollo realizar acciones de mitigación posibilitadas por la disponibilidad de fondos y tecnologías, sujetas a ser medibles, notificables y verificables.
5. Se deben apoyar las acciones de adaptación en todos los niveles, en diferentes sectores económicos y sociales y ecosistemas, inclusive a través del fortalecimiento de capacidades nacionales, fortaleciendo la resiliencia de los sistemas socioeconómicos y ecológicos, posibilitando la reducción de riesgos de catástrofes y atendiendo los daños y las pérdidas. Las acciones deben ser apoyadas con medios adecuados de implementación, incluyendo transferencia de tecnología y compromisos de mayor financiamiento a largo plazo, que sea adecuado, nuevo y adicional, previsible, y en base a donaciones.
6. Se debe proveer financiamiento adecuado, previsible y sustentable a un nuevo Fondo Mundial del Clima que se encuentre bajo la autoridad de, y responda a la Conferencia de las Partes. Los fondos deben ser adicionales y provenir del sector público, y no deben generar deudas para los países en desarrollo.
7. Debe establecerse un mecanismo tecnológico efectivo, con autoridad para redactar políticas, y se deben abordar temas clave en torno a la transferencia de tecnología como los DPI y modelos de investigación y desarrollo apropiados, que tengan como objetivo aumentar el acceso que tienen los países en desarrollo a tecnologías asequibles.
8. En términos de visión compartida, las metas de emisiones a largo plazo deben ser coherentes con lo que la ciencia y el medio ambiente exigen. Además, enfatizamos que los esfuerzos de mitigación deben realizarse en un marco de equidad entre países, y con compromisos específicos de parte de los países desarrollados de proveer financiamiento y tecnologías a los países en desarrollo. Las acciones relacionadas con el clima deben implementarse de manera que se garantice una transición justa.
9. También le pedimos que nos dé garantías de que contribuirá a reafirmar la primacía y legitimidad de la CMNUCC y el sistema multilateral, y sostendrá los principios de equidad y no discriminación, en un marco en el que la ONU tiene el liderazgo. Hay que evitar también tomar medidas o crear otras instituciones que socaven lo anteriormente mencionado.
10. También se le debe pedir al secretariado de la CMNUCC que actúe dentro de sus límites y mandato, y que no promueva o coordine ningún acuerdo que se encuentre por fuera de la CMNUCC. El secretariado debe actuar de manera justa al coordinar las negociaciones. La selección de un nuevo Secretario Ejecutivo de la CMNUCC debería fundarse en esta reafirmación de la primacía del proceso multilateral abierto, y se debe elegir una persona que esté comprometida con el medio ambiente y con el principio de equidad.
11. El reconocimiento de la deuda climática y la consagración de la justicia climática y los derechos de los pueblos indígenas, comunidades locales, agricultores, campesinos y trabajadores, así como los derechos de la Madre Tierra son cruciales para todo proceso.

En relación a todos estos temas quisiéramos contar con la cooperación de su Secretaría, y que considere seriamente nuestra petición.

Esperamos su respuesta a la brevedad.

Saludos cordiales,

Otros Mundos AC – Amigos de la Tierra México

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. México

comunicacion@otrosmundoschiapas.org

viernes, marzo 19, 2010

PUEBLOS INDIGENAS DENUNCIAN LA FALTA DE TRANSPARENCIA Y PARTICIPACIÓN EN LA ASOCIACIÓN FRANCO-NORUEGA PARA DISCUSIONES SOBRE BOSQUES Y CLIMA.

BOLETIN DE PRENSA - 19 de Marzo de 2010

LOS PUEBLOS INDÍGENAS fueron excluidos cuando los países forestales y los gobiernos donantes se reunieron en París el 11 de Marzo de 2010 para discutir una importante incitativa sobre bosques y clima. Las partes se reunieron por invitación de los gobiernos francés y noruego para iniciar el desarrollo de las estructuras de gobierno para los fondos de 3,500 millones de dólares para preparación (readiness) para Reducir Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD), que fueron anunciados en Copenague durante la reunión de las partes COP15 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) en Diciembre pasado. Las negociaciones de la UNFCCC está aún lejos de llegar a compromisos finales de respeto pleno a los derechos de los pueblos indígenas.

“Es inaceptable que desde su mismo inicio la iniciativa Franco-Noruega no incluya a los pueblos indígenas. El que la reunión de París haya sido cerrada es una evidencia más de la urgencia de asegurar la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas a todos los niveles de las negociaciones y discusiones sobre los temas relacionados con sus tierras, recursos y territorios y con sus derechos tal como los reconocen los acuerdos e instrumentos legales internacionales, como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP, por sus siglas en inglés)” dijo Mina Setra, una representante indígena de la Alianza de Pueblos Indígenas del Archipiélago de Indonesia (AMAN).

“La falta de una inclusión y consulta adecuadas con los pueblos indígenas no se da solo en los procesos internacionales sino que es un rasgo común de procesos REDD clave a nivel nacional. Por tanto, urgimos a los gobiernos a asegurarse de que la arquitectura que se está discutiendo para administrar los fondos de preparación para REDD esté basada en derechos, rinda cuentas, sea transparente y participativa” dijo Pacifique Mukumba Isumbisho del CAMV (Centro de Apoyo a los Indígenas Pigmeos y a las Minorías Vulnerables), de la República Democrática del Congo.

El Programa Bosques y Pueblos (FPP, por sus siglas en inglés) sigue trabajando con coaliciones amplias de pueblos indígenas para asegurar que cualquier decisión sobre el mecanismo provisional de financiamiento de REDD esté anclada en el reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas, como son el derecho de acceso a la información, a la consulta y a la participación, el derecho al Consentimiento Previo Informado y el derecho sobre sus tierras y bosques.

FPP hace un llamado al gobierno Noruego para asegurar que los pueblos indígenas sean plenamente incluidos y consultados en el proceso que lleva a la reunión a realizarse en Oslo en Mayo, cuando se espera que los jefes de gobierno y las cabezas de estado aprueben la propuesta de la asociación para REDD.

Para mayor información, favor de contactar a:

Francesco Martone
Senior Policy Advisor
Forest Peoples Programme

Tel: +39.064402464 - +39.3384051174
Email: francesco@forestpeoples.org - Website: www.forestpeoples.org

lunes, marzo 15, 2010

Por favor ayuden a detener las expulsiones y la palma de aceite en Chiapas

ENGLISH BELOW

Fecha: 10 Mar 2010 11:12:34 +0100 (CET)

Estimados amigos,

Comunidades indígenas en la Selva Lacandona en Chiapas están siendo expulsados de manera violenta por las por las fuerzas de la policía federal y del ejército, en apoyo a planes de las corporaciones para expandir la palma de aceite y otras actividades, incluyendo el turismo llamado falsamente eco-turismo.

El 21 y 22 de enero del presente año, las comunidades indígenas que viven en dos pueblos dentro de la Reserve de la Biósfera en la región de Montes Azules fueron expulsados violentamente de sus hogares, y sus casas, todas sus pertenencias y cultivos fueron destruidos. Por favor escriban a las autoridades en México y en el Estado de Chiapas para apoyar a las comunidades y organizaciones locales en su pedido por la terminación inmediata de las expulsiones, por el regreso de las comunidades a su tierra, la restitución del daño causado, el procesamiento de los responsables y por la terminación de los monocultivos de palma de aceite en el área.

Por favor distribuyan este mensaje de manera amplia

Muchas gracias. Saludos,


Guadalupe Rodríguez
Rainforest Rescue
Tel.: +49 (0)30-51 73 68 79
E-mail: guadalupe@regenwald.org

http://www.rainforest-rescue.org



Date: Wed, 10 Mar 2010 11:12:34 +0100 (CET)

Dear Friends,

Indigenous communities in the Lacandon Forest in Chiapas are being violently evicted by federal police and army forces, in support of corporate plans for oil palm expansion and other activities, including tourism falsely called eco-tourism.

On 21st and 22nd January this year, indigenous communities living in two villages in the Biospherre Reserve in the Montes Azules region were violently evicted and had their homes, all their belongings, crops and trees destroyed. Please write to the authorities in Mexico and in Chiapas state to support local communities’and organisations’ calls for an immediate end to the evictions, for return of the comunities to their land, restitution for the damage which has been caused, the prosecution of those responsible and for an end of oil palm monocultures in the area

Please, spread this message widely.

Many thanks. Best regards,

Guadalupe Rodríguez
Rainforest Rescue
Tel.: +49 (0)30-51 73 68 79
E-mail: guadalupe@regenwald.org

http://www.rainforest-rescue.org

Los pueblos indígenas mesoamericanos piden el control de sus áreas protegidas

México, 12 mar (EFE).- Representantes de los pueblos indígenas de Centroamérica reclamaron hoy a los ministros y delegados reunidos en el III Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas, que se celebra en la ciudad mexicana de Mérida, una mayor participación en la gestión de aquellas zonas habitadas por ellos.

En un mensaje publicado hoy en la prensa mexicana, distintas comunidades de Centroamérica solicitaron, entre otras demandas, que los estados no declaren áreas de conservación en territorios indígenas sin el consentimiento de sus pueblos.

Estos colectivos buscan, además, la "restitución de las tierras y territorios que fueron establecidas como áreas protegidas" sin su autorización "libre, previa e informada".

El III Congreso Mesoamericano de Áreas Protegidas, que reúne a más de setecientos delegados de Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Colombia y México, concluirá hoy con una reunión de los ministros de Medio Ambiente de estas naciones.

Durante las sesiones de estos días, se ha coincidido en la necesidad de alcanzar consensos sobre el desarrollo sostenible y la promoción de una cultura de protección al medio ambiente.

Pero la actitud de estos Gobiernos nacionales preocupa a las comunidades indígenas. Como ejemplo, citaron programas como el Corredor Biológico Mesoamericano, un proyecto en el que se trabaja para mantener unidos los ecosistemas de Norteamérica y Suramérica a través del Istmo Centroamericano.

Iniciativas de este tipo, señalaron, "impulsadas de forma irresponsable", afectan a sus formas de vida.

La gestión de las áreas protegidas entre los estados, organizaciones civiles y comunidades indígenas debe pasar primero a su juicio "por el reconocimiento a la libre determinación" de éstas últimas.

Ha de asegurarse también "un marco jurídico" en cada uno de los Estados de Mesoamérica que garantice su "plena y efectiva participación en el manejo, conservación, protección y administración de las áreas protegidas" dentro de sus territorios, añadieron.

La declaración también reclama el respeto de las organizaciones no gubernamentales a "las formas de organización de las tierras, territorios y recursos" que estos pueblos hayan establecido, así como la inversión de los ingresos derivados del uso de estas áreas en "el buen vivir de las comunidades que las habitan".

Las áreas protegidas de México cubren 24,4 millones de hectáreas (más del doce por ciento de la superficie nacional), de las cuales 4,5 millones, las situadas al sureste del país, están vinculadas a Centroamérica. EFE

sábado, marzo 13, 2010

El “Ejército de Dios” ataca a las comunidades zapatistas

Hermann Bellinghausen
El papel protagónico de la organización evangélica Ejército de Dios en recientes conflictos comunitarios en ejidos y poblados tzotziles de San Cristóbal de las Casas, Teopisca y Huixtán tiene su epicentro en Mitzitón, donde la asamblea ejidal es adherente a la otra campaña del EZLN. Este ejido se caracteriza por oponerse al proyecto gubernamental de hacer atravesar bosque y predios agrícolas por una muy anunciada autopista San Cristóbal-Palenque, la cual es apoyada por los evangélicos, si bien afectaría predios que no les corresponden, y muchos de ellos viven fuera de la comunidad.

Las acciones de violencia y provocación en que se han visto involucrados, incluyendo la muerte de un ejidatario meses atrás, han alimentado la versión oficial de un conflicto religioso. Y por si ese argumento no alcanza, se añaden problemas de tierras y disputas por cinco palos de madera.

En organización, discurso y acciones el Ejército de Dios posee un elemento castrense inocultable y está bien documentada su connivencia y amistad con las policías federal y estatales. Aunque no es visible una relación con el Ejército, resulta relevante mencionar que el perímetro de mayor conflictividad donde el Ejército de Dios actúa, con abiertas beligerancia e impunidad (pues sus miembros incurren en actividades ilícitas a la vista de todos), es contigua, literalmente, al cuartel general de la 31 zona militar de Rancho Nuevo, desde donde se irradia la estrategia contrainsurgente que lleva 16 años aplicándose, de manera progresiva, en los todos los Altos de Chiapas.

La agrupación pertenece a la iglesia Alas de Águila, con presencia en los Altos y diversas entidades del país. Muy vinculado en discurso y organizativamente a agrupaciones evangélicas de Guatemala, al igual que aquellas es muy afín a las tropas gubernamentales, que en Chiapas ocupan abrumadoramente los territorios indígenas. En Guatemala se vincularon claramente con la contrainsurgencia y uno de sus predicadores, el general Efraín Ríos Mont, fue dictador durante el peor periodo de la guerra civil que asoló al vecino país.

Según las propias iglesias reformistas, a finales del siglo pasado llegaron a Chiapas más de 5 mil 500 predicadores procedentes de Guatemala y dieron origen a múltiples iglesias, sobre todo evangélicas, con derivaciones presbiterianas y pentecostales.

No es la primera vez que grupos evangélicos protagonizan ofensivas paramilitares en Chiapas contra comunidades zapatistas y de simpatizantes. Entre 1996 y 1998, Paz y Justicia en la zona norte y el grupo armado que realizó la masacre de Acteal y las decenas de asesinatos que la precedieron estaban formados y dirigidos por miembros de iglesias evangélicas. Sin embargo, las versiones gubernamentales de presunto conflicto religioso no tuvieron éxito.

Priísta como aquéllos, el Ejército de Dios sí se presenta abiertamente como organización militar. No porta armas en sus desfiles, mas sus miembros las usan repetidamente en Mitzitón y alrededores. Mientras sostienen que su arma es la Biblia, usan consignas de los kaibiles y los marines estadunidenses.

Las vistosas credenciales de membresía y reconocimiento en “los procesos de adiestramiento del ‘peniel’ (como llaman a sus concentraciones de práctica)”, emitidas en junio de 2009, retratan en la mitad inferior a un marine con casco, uniforme de campaña, la bandera de las barras y estrellas en el hombro, apretando un arma de altísimo calibre y oteando con gran telefoto hacia el enemigo. Firma el reconocimiento al quinto lanzamiento de sus soldados la comandancia general de Ejército de Dios: ministro Esdras Alonso González, y apóstol Marlene Contreras González.

El Ejército de Dios no es indígena; incluso tiende programáticamente a desindianizar a sus seguidores. Muchos, como quiera, no lo son, pero en Chiapas ha reclutado a numerosos tzotziles. Apenas el pasado 18 de enero realizó una parada militar más en el centro de esta ciudad. Con la bandera nacional al frente, los soldados desfilaron de pantalón de campaña, camiseta y boinas rojas, al son de La marcha imperial de la guerra de las galaxias, de John Williams, que remite directamente a Darth Vader.

Allí aprovecharon para denostar la triple alianza (la llaman ellos): “Frayba, la otra campaña y catequistas”, a quienes insisten en culpar de la violencia en la región, del mismo modo que lo ha hecho el gobierno estatal.

"Primero fueron víctimas de caciques y del sistema; ahora ellos atacan”

Los grupos de evangélicos involucrados en las agresiones a comunidades zapatistas y de la otra campaña no representan, ciertamente, la mayoría de los creyentes de dicha denominación cristiana, que en la región suman muchos miles, en su mayoría pacíficos. Las acciones del Ejército de Dios en Mitzitón ni siquiera son compartidas por todos los miembros de su iglesia: Alas de Águila.

Además, en la misma teología de la prosperidad que sostienen estas iglesias existen corrientes progresistas. En Guatemala defendieron los derechos humanos y se opusieron al paramilitarismo y la militarización. Al igual que las congregaciones sustentadas en la fuerza y el desafío violento, tenían su matriz en Estados Unidos y Canadá, pero a diferencia de aquellas, sin vínculos formales ni ideológicos con el Pentágono ni las estrategias de contrainsurgencia.

El investigador guatemalteco de origen maya Miguel de León Ceto escribe: “Las iglesias evangélicas se han desarrollado en un contexto de violencias políticas que caracterizan la región. En el caso guatemalteco, dentro de los medios conservadores (la elite política, patronal y militar). En el sureste mexicano este fenómeno se produjo de manera paradójica: en su origen se implantaron como iglesias víctimas de la violencia y la represión del caciquismo y el sistema político, y posteriormente se implicaron, en algunos casos, en actos de barbarie” (Las lógicas de poder de las iglesias evangélicas en tierras mayas, tesis de posgrado en la École des Hautes Etudes en Sciences Sociales, París, 2009).

Esto resulta relevante en la región chiapaneca, donde hace dos décadas se registró una grave violencia derivada de la intolerancia y el férreo control de los caciques priístas en San Juan Chamula, Zinacantán y el propio San Cristóbal (llamado por el Ejército de Dios simplemente Cristóbal de las Casas). Hubo asesinatos, expulsiones y aldeas arrasadas contra evangélicos o testigos de Jehová, así como católicos no tradicionalistas seguidores de la diócesis progresista del obispo Samuel Ruiz García.

En ese contexto se establecieron grupos de autodefensa, como Guardián de mi Hermano, que derivó a Alas de Águila y el Ejército de Dios, dispuestos a una guerra espiritual –como explica De León– propia de los neopentecostales. Remontar la resignación y el fatalismo, no poner más la otra mejilla. De ahí a convertirse en poderosos y agresores no medió gran distancia.

En su idea de que la problemática de la comunidad tzotzil de Mitzitón es religiosa, el pasado fin de semana el gobierno de Chiapas envió como negociador al subsecretario de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobierno, Enrique Guillermo Ramírez Conrado. Así le fue.

El grupo identificado como evangélico, aunque ahora también involucra algunos católicos tradicionalistas (lo cual quebranta el concepto religioso del conflicto, como también ocurrió en Acteal y la zona norte la década pasada), recibió al negociador del gobierno sabinista con escarnio y agresividad inusitados. Según testigos (existe un audio del episodio), lo llamaron pendejo, lo patearon y manosearon, y repetidamente le hicieron ademanes obscenos. Su escolta estaba atemorizada.

El funcionario trataba de convencer al grupo agresor, encabezado por miembros del Ejército de Dios, de liberar a sus rehenes –ejidatarios de Mitzitón–; uno de ellos, el agente municipal Silerio Pérez Díaz, reconocido por el ayuntamiento de San Cristóbal, se encontraba bañado de gasolina, semidesnudo en el frío de la madrugada del lunes pasado, torturado y vejado, a escasos metros de donde negociaban. Tal actitud desafiante es la misma que muestran ante policías y agentes de Migración cuando los interceptan transportando cargamentos de productos ilícitos o migrantes centroamericanos. Se saben impunes.

Ramírez Conrado tampoco tuvo la confianza de los representantes ejidales adherentes de la otra campaña, quienes le hablaron con severidad cuando acudió con ellos para que liberaran a los tres rehenes que tomaron después de ser agredidos a balazos. Pero no lo insultaron, y pudo constatar que estos rehenes no eran maltratados ni torturados. Eso también es evidente en las fotografías publicadas de ambos grupos de rehenes (La Jornada 2/3/10).

En este contexto, no resulta extraño que el reciente y grave choque en Bolón Ajaw entre bases zapatistas y miembros de la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic) haya revelado que los agresores de Opddic pertenecen a la iglesia presbiteriana El Horeb, en Agua Azul. Su pastor, Samuel Gutiérrez Solórzano, sostenía la versión oficial de que los zapatistas agredieron a los evangélicos, dejando como saldo la muerte de Adolfo Moreno Estrada, y llamaba a una cruzada nacional de sus correligionarios contra los zapatistas, incluso después de que esa versión fue desmentida fehacientemente por la junta de buen gobierno de Morelia.

miércoles, marzo 10, 2010

Nuevo informe: los transgénicos incrementan el uso de pesticidas y no ayudan a combatir el hambre ni la pobreza

Amigos de la Tierra 13 de febrero de 2008

Madrid, Bruselas (Bélgica), Kuala Lumpur (Malasia), Lagos (Nigeria)

Los cultivos modificados genéticamente (OMG o transgénicos) han provocado un incremento masivo en el uso de pesticidas y están fracasando a la hora de incrementar los rendimientos agrícolas o afrontar los problemas de hambre y pobreza en el mundo, ‹según un nuevo informe de Amigos de la Tierra publicado hoy [1]. El informe coincide con el lanzamiento anual de los datos de la industria de los transgénicos sobre el cultivo de OMG a nivel mundial. [2]

David Sánchez, responsable de agricultura de Amigos de la Tierra afirmó: “Los cultivos transgénicos han fracasado al no aportar los grandes beneficios prometidos. En su lugar, nos encontramos que el incremento en el uso de pesticidas provocado por estos cultivos suponen una amenaza para el medio ambiente y la población a escala global.”

El coordinador de la campaña de transgénicos de Amigos de la Tierra Internacional en Nigeria, Nnimmo Bassey aseguró: “La industria de los OMG nos dice a los africanos que necesitamos cultivos transgénicos para afrontar las necesidades alimenticias de nuestra población. Pero la mayoría de los cultivos transgénicos se utilizan para alimentación animal en los países ricos, para la producción de agrocombustibles y ni tan siquiera son más productivos que los cultivos convencionales.”

Helen Holder, coordinadora de la campaña de transgénicos en Amigos de la Tierra Europa añadió: “Ahora está más claro que nunca que la Unión Europea hace bien en abordar los cultivos transgénicos con precaución. Los OMG no son la solución a los urgentes problemas ambientales y desafíos económicos a los que se enfrentan los agricultores europeos y de los países empobrecidos. Cada vez hay más evidencias de que en todo el mundo los métodos agrícolas más sostenibles proporcionan soluciones reales, al tiempo que desarrollan las economías locales y crean empleo en el medio rural.”

El informe de Amigos de la Tierra Internacional “¿Quién se beneficia con los cultivos transgénicos?” del 2008 muestra que:

1. La introducción de los cultivos transgénicos ha provocado un aumento significativo en el uso de pesticidas.

Estudios del Gobierno de EE.UU. muestran un uso 15 veces superior del herbicida RoundUp (glifosato) entre 1994 y 2005 y otro del Gobierno de Brasil, un aumento de casi un 80% entre 2000 y 2004. Esto tiene como resultado un número cada vez mayor de hierbas adventicias (o malas hierbas) resistentes al glifosato en todo el mundo, lo que provoca un incremento en los costes de producción de los campesinos y graves impactos ambientales.

2. Los cultivos transgénicos no solucionan los problemas de hambre o pobreza

La gran mayoría de los cultivos transgénicos comercializados hasta la fecha se destinan a alimentación animal para la producción de carne en los países ricos, y no para alimentar a la población empobrecida. Los cultivos transgénicos, como parte del modelo agrícola intensivo, contribuyen a la pérdida del medio de vida de los pequeños campesinos y no alivian los problemas de pobreza.

Las multinacionales reclaman que el algodón transgénico ha supuesto un gran impulso para los rendimientos del algodón, contribuyendo a aliviar la pobreza entre los campesinos. Sin embargo, estos incrementos en el rendimiento se deben a las condiciones climáticas favorables, la introducción de regadío y la compra de semillas mejoradas que no están modificadas genéticamente. Además, en bastantes países, los campesinos que pagaron el coste adicional de las semillas transgénicas terminaron gastando el mismo dinero en insecticidas químicos que los campesinos que habían plantado algodón convencional.

3. En general, los cultivos transgénicos no tienen mayores rendimientos que otros cultivos.

Incluso el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) reconoce que ninguno de los transgénicos actualmente en el mercado ha sido modificado para incrementar los rendimientos. El principal cultivo transgénico a nivel mundial, la soja resistente a herbicidas de Monsanto, no produce mayores rendimientos, y hay estudios que afirman que producen entre un 5 y un 10% menos que las variedades convencionales.

4. Los transgénicos siguen fracasando en Europa

Menos del 2% de la superficie total de maíz cultivada en la UE está modificado genéticamente y cinco países han prohibido ya este maíz de Monsanto por las cada vez mayores evidencias sobre su impacto ambiental. Francia, el país con un mayor aumento de superficie cultivada con maíz transgénico en 2007 acaba de prohibir su cultivo. Esto deja a España prácticamente sola en su apuesta por un cultivo transgénico que otros países europeos rechazan por sus peligros para el medio ambiente.

Una revisión sobre el sector biotecnológico europeo demostró que los cultivos transgénicos no están ofreciendo los resultados esperados. Por el contrario, los métodos agrícolas sostenibles, como la agricultura ecológica, están creando empleo en el medio rural y potenciando la economía agraria, además de aportar innegables beneficios ambientales. Repite

*********************************************************

Un documento con preguntas y respuestas sobre los OMG, enfocado a demostrar que los cultivos transgénicos no ayudan a alcanzar los Objetivos del Milenio de reducir el hambre y la pobreza en 2015 está disponible aquí.

Para más información:

Prensa de Amigos de la Tierra: Sandra Jiménez 680 93 63 27 - 91 306 9921

ESPAÑA: David Sánchez, Responsable del Área de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra, 913069921

AFRICA: Nnimmo Bassey, Amigos de la Tierra Nigeria, Tel: +234 8037274395 (móvil) o +234 52602680 (fijo)

ASIA: Nizam Mahshar, Amigos de la Tierra Malasia, Tel: +60 194777755

EUROPA: Helen Holder, Amigos de la Tierra Europa (en Bruselas): +32 474 857 638 o +32 2 542 01 82

AMERICA: Karen Nansen, Amigos de la Tierra Uruguay, Tel: +598 99 524 003

Notas:

[1] Para consultar el informe completo

Para consultar el resumen ejecutivo en castellano

[2] El lanzamiento de este Nuevo informe coincide con la presentación anual de “Estado Global de la comercialización de biotecnología”, informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA en sus siglas en inglés) una organización financiada por la industria de los transgénicos, que promociona los cultivos modificados genéticamente como beneficiosos para el medio ambiente, y como una solución clave para aliviar el hambre y la pobreza. La industria de los cultivos transgénicos sigue tergiversando la realidad al afirmar que los transgénicos reducen el uso de pesticidas y juegan un papel importante en la reducción de la pobreza y el hambre.

martes, marzo 09, 2010

¿Cuales semillas para alimentar a los pueblos?

Por Dominique Guillet 25-01-10

Este texto es una traducción del artículo “Quelles semences pour nourrir les peuples?” de Dominique Guillet, publicado en la séptima edición del manual de producción de semillas “Semences de Kokopelli”, páginas 43 a 46, 2007. Traducido por François Aymonier y Mayra Marín .

Fuente: Ecoportal

La semilla, es el principio de la cadena alimenticia. El que controla la semilla, controla la cadena alimenticia y así, controla a los pueblos. Desde hace más de un siglo, los promotores de la agricultura moderna occidental, apoyados por las potencias financieras de la petroquímica, se dedicaron intensamente a destruir las semillas campesinas y las variedades tradicionales, destruyendo al mismo tiempo los suelos, asfixiándolos con violentos venenos. La agroquímica le ha robado la tierra a los campesinos y se beneficia en detrimento de la humanidad y del planeta.

La semilla, es el principio de la cadena alimenticia. El que controla la semilla, controla la cadena alimenticia y así, controla a los pueblos.

Durante 12.000 años, por lo menos, los campesinos y las campesinas del mundo entero han producido sus propias semillas, han mejorado, seleccionado y creado nuevas variedades de cereales, legumbres, frutas y plantas de fibras. Además, las agriculturas campesinas eran agriculturas respetuosas de la Madre Tierra. En los tiempos antiguos, no se hablaba de “protección de recursos genéticos” y de “agricultura sostenible”: sabíamos en lo más profundo que una civilización que pierde sus semillas y destruye sus suelos es una civilización que se está muriendo.

Desde hace más de un siglo, los promotores de la agricultura moderna occidental, apoyados por las potencias financieras de la petroquímica, se dedicaron intensamente a destruir las semillas campesinas y las variedades tradicionales, destruyendo al mismo tiempo los suelos, asfixiándolos con violentos venenos. La agroquímica le ha robado la tierra a los campesinos y se beneficia en detrimento de la humanidad y del planeta. El secreto de este éxito es muy simple, se trata de un verdadero acto de prestidigitación. Desde 1900, la agricultura moderna ha creado variedades altamente susceptibles a una plétora de parásitos y de enfermedades (pretendiendo por supuesto, todo lo contrario) y que necesitan, en el campo, recurrir a químicos muy fuertes.

Este paradigma “farsante” que es el fundamento de la agricultura moderna, hace aún grandes estragos en la actualidad. Tomemos el caso de la India, que va verdaderamente por un mal camino: se ha autorizado el cultivo y la comercialización de tres variedades de algodón genéticamente modificado sobre superficies que representan un cuarto de las superficies algodoneras del planeta, las cuales son cultivadas por un millón de pequeños campesinos indios. Esta autorización abre la puerta para la introducción de otras especies genéticamente modificadas, como la mostaza, la soya y por supuesto el célebre “golden rice” mejorado en vitamina A con la introducción de un gene de junquillo, del cual hay que consumir varios kilos cada día para poder obtener su ración de dicha vitamina (una mini-farsa). En la India el campo había sido preparado desde hace mucho tiempo, para facilitar la imposición de estas “chapucerías” tecnológicas. Desde 1986, el profesor Swaminathan salía en cruzada con el objetivo de instruir (de adormecer) a la clase política para que la India pudiera integrar los OGM sin demasiada agitación. El profesor Swaminathan, quien fue el padre de la revolución verde en la India, y director del IRRI (Instituto de las Filipinas que ha creado las variedades de arroz de “alto rendimiento”), es un gran amigo de Monsanto y se hace actualmente el apóstol, en la India, del desarrollo de la agricultura orgánica (y sostenible, se entiende) con la adopción de los organismos genéticamente modificados (¡una enorme farsa!). Al mismo tiempo, los campesinos productores de algodón se suicidan (entre 10000 y 15000 en unos cuantos años) y alrededor de 300 millones de personas en la India sufren de hambre o malnutrición.

Hay que remontar a principios de los años 1900 para descubrir los diferentes actos de prestidigitación que salieron del gran sombrero de los mentores o mentirosos, de la agroquímica. Varios niveles de realidades ilusorias pueden así ser comprendidas: realidades científicas, jurídicas y técnicas que se entrelazan íntimamente para formar bellos espejismos en el desierto del pensamiento único.

En 1907, Hugo de Vries redescubre las “leyes genéticas” de Mendel y dos escuelas de genética se enfrentan entonces fuertemente: la escuela de los mendelianos y la escuela de los biométricos. Los mendelianos estudian antes que nada, los caracteres monogénicos en las plantas: la flor de una especie o variedad dada es o blanca o roja, cuando el color es codificado por un solo gene. Los biométricos estudian más que todo los caracteres poligénicos en las plantas: la flor de una especie o variedad dada, puede ser blanca o roja pero también rosada, en sus numerosos matices, cuando el color rojo es codificado por varios genes. Desde el principio de su carrera, los mendelianos tienen suerte de descubrir una resistencia a una roya del trigo de carácter monogénico y convierten este único descubrimiento en paradigma: La resistencia de las plantas a las diferentes agresiones (hongos, virus, bacterias, etc.) debe ser monogénica. El gran fitopatólogo Vanderplank calificará después la resistencia monogénica como resistencia vertical y la resistencia poligénica como resistencia horizontal.

Mala suerte para los vendedores de químicos: la casi totalidad de las variedades tradicionales campesinas (mejoradas desde hace miles de años por selección en masa) poseía una resistencia poligénica u horizontal, cuando en una planta, un nivel de resistencia flaqueaba, otros hacían frente. Pero por buena suerte para los vendedores de químicos, cuando la resistencia monogénica o vertical de las variedades agrícolas creadas a partir de 1910, sucumbía, la planta se moría si el campesino no utilizaba químicos.

¿Qué piensan ustedes que ocurrió? Las variedades tradicionales fueron totalmente erradicadas en provecho de las variedades modernas dotadas de resistencias monogénicas, verticales. Al día de hoy, se gastan 36 billones de dólares cada año, en fungicidas y pesticidas y a pesar de eso, hay 20% de las cosechas de alimentos que se pierden todos los años, a escala planetaria, bajo el ataque de bacterias, hongos, virus, etc. Y aún más, el aumento en el número de enfermedades vegetales es proporcional al aumento, con los años, del uso de fuertes químicos en los campos. Hoy, hay más de 300 enfermedades graves que “atacan” las plantas comestibles. Todo esto constituye un círculo vicioso inexorable: el aumento de los químicos en el suelo, por los desequilibrios que esto suscita, permite que se manifiesten nuevas enfermedades vegetales y a los científicos se les hace fácil introducir cada año nuevas variedades que muestran nuevas resistencias.

Pocas personas parecen plantearse la interrogante evidente, saber por qué las variedades modernas que se pretenden resistentes, requieren cada año 36 billones de dólares en productos fitosanitarios y por qué, a pesar de ese arsenal, una quinta parte de la cosecha se pierde anualmente. ¿Será esto un encantamiento colectivo?

Se debe precisar, en este punto de nuestra exposición, que en los años 1920, la introducción de los híbridos F1 precipitó grandemente la erradicación sistemática de variedades tradicionales. Los híbridos F1, de la misma manera que el dogma de la resistencia monogénica de los mendelianos, constituye otra pieza escogida de la pseudociencia que podríamos fácilmente calificar de mitología. Arrullados por las ilusiones de una superproductividad, los campesinos abandonaron sus variedades antiguas, que se reproducían de manera estable, para adoptar híbridos de primera generación. Las variedades F1 (obtenidas a partir de linajes llamados puros pero, de hecho, completamente debilitados) están sometidas a la degeneración por definición, y contribuyen así a la creación de un sublime mercado cautivo: los campesinos, hortelanos y los jardineros deben comprar de nuevo sus semillas todos los años. Jean-Pierre Berlan, director de investigación al INRA (Instituto francés de investigación agronómica), ha demostrado ampliamente la superchería del concepto de heterosis o de vigor híbrido (1).

Otra ola de hechizo colectivo se manifiesta desde 1961, en la Convención de París, con la creación de la UPOV: una unión internacional para la protección de las obtenciones vegetales. Los estados, o más bien las multinacionales que los “aconsejan”, se inventaron completamente un marco legal que les permitiera sentar su hegemonía sobre un sector que aún controlaban sólo parcialmente, es decir el sector semillero: en el término de 30 años, más de mil empresas semilleras fueron adquiridas en el hemisferio norte por las multinacionales petroquímicas.

La UPOV instituye la posibilidad de un depósito de patente sobre toda variedad nueva creada. El concepto de obtención vegetal es en sí una vasta superchería: ¿cómo puede depositarse una patente sobre una variedad ligeramente modificada o seleccionada, que es el producto de cientos o miles de años de labor campesina?

En la actualidad 10 multinacionales controlan cerca del 50% del sector semillero mundial. Las cuatro primeras son DuPont (que compró Pioneer Hi-Bred), Syngenta (una fusión de Novartis y de Astra-Zeneca, siendo ya Novartis misma una fusión de Ciba-Geigy y de Sandoz, los dos mayores contaminadores del río Rhin), Monsanto (muy conocida por su “Terminator”) y Limagrain (una pequeña cooperativa de la Limagne (2) que ha hecho fortuna gracias al maíz híbrido F1 del INRA, y por tanto gracias al dinero de los contribuyentes franceses). Estas mismas 10 multinacionales, pero debe ser sin duda una coincidencia, controlan igualmente el 60% de los agroquímicos.

Es edificante hoy en día, abrir el catálogo del Agrupamiento Nacional Interprofesional de Semillas, creado por Pétain (3) en 1945 y modificado en 1961, como por casualidad, el mismo año de la Convención de París. En la rúbrica “tomates”, uno descubre que 96% de las variedades inscritas son híbridos F1, 3% son variedades fijas (reproducibles de manera estable) protegidas por patentes de 20 años y 1% únicamente son variedades del dominio público.

Es esencial precisar que todo aquello que se consume en el plato de un europeo está registrado en uno de los catálogos nacionales de la Comunidad Europea. Esto quiere decir que es estrictamente prohibido por la ley, cultivar para el consumo o para la semilla, un vegetal o un cereal de una variedad que no esté inscrita en uno de esos catálogos.

La UPOV intenta tragarse, poco a poco, a todo el planeta. Irak constituye una de sus últimas presas. La UPOV acaba, así, la obra de otra vasta mitología a escala planetaria, conocida como la revolución verde, nombrada así sin duda, por el color verde del dólar, a la prosperidad del cual ha contribuido fuertemente. La revolución verde, según la teoría oficial, ha creado y cultivado variedades altamente productivas de arroz y de trigo que han salvado a la India del hambre.

En primer lugar, ¿qué quiere decir alta productividad, cuando se sabe que, según los archivos británicos, la India producía en el estado de Tamil Nadu, alrededor de 1750, hasta 13 toneladas de arroz por hectárea, y esto en condiciones de agricultura totalmente sostenible? El profesor Richcharia, gran experto sobre el arroz en la India, había obtenido, hace varios años, rendimientos de 10 toneladas por hectárea con variedades tradicionales.

En segundo lugar, ¿qué hay de la factura oculta? Las variedades de la revolución verde han sido altamente productivas gracias a la utilización masiva de insumos (fertilizantes de síntesis, pesticidas, herbicidas), y a la utilización de sistemas muy modernos de irrigación intensiva. De esto resulta que los mantos acuíferos están agotados, el aire, la tierra y el agua están extremadamente contaminados. Además, los recursos genéticos han sido erradicados: había más de 100 mil variedades de arroz en la India antes de la revolución verde, no queda ahora más que unas cincuenta. Los campesinos pobres fueron a aglutinarse en cinturones de miseria, los campesinos arruinados se suicidaron o vendieron sus tierras a los banqueros o a Cargill (4). Las mujeres han perdido su rol privilegiado de proveedoras de la alimentación de la célula familiar. La agricultura, que era fundamentalmente femenina, diversificada y orientada hacia la seguridad alimentaria ha devenido una monocultura masculina con productos que tienen un valor comercial en el mercado nacional o internacional.

La gran farsa continúa: una segunda revolución verde invadió al Tercer Mundo, la de la biotecnología y de los organismos genéticamente modificados, mientras que, durante cuarenta años, los apóstoles de la primera declararon que aquella era la solución milagrosa y definitiva contra el hambre en el mundo. Las multinacionales, en un gran impulso humanitario, estiman que el hemisferio sur puede también beneficiarse de su generosidad y aprovechar los billones de dólares que ellos han invertido (con la ayuda financiera de la investigación pública) en la elaboración de criaturas vegetales tan fantásticas que uno pierde su latín: ¡Lycopersicon lycopersicum var. porcus o Zea mays var. escorpionus!

Las primeras criaturas de los agrónomos aprendices de brujo, de principios del siglo pasado, se habían llamado “híbridas”, del griego “hybros”, por monstruo o quimera. ¿Cómo llamaremos a esas nuevas quimeras, cuyos genomas son una mezcla de genes provenientes del ser humano, del animal, de la planta, así como de antibióticos, virus y otras sustancias patógenas?

Este mundo de quimeras transgénicas ha podido ver la luz gracias a la velocidad fulgurante en la evolución de la informática.

Vamos ahora a interesarnos en la naturaleza de la semilla y en la relación que ella tiene con su ambiente.

Como todo ser vivo, la semilla se define como portadora de dos facultades complementarias: aquella de reproducirse mientras conserva sus características existentes y aquella de modificarse, de evolucionar. La agricultura y la conservación de las semillas están basadas en esa primera facultad, mientras que la selección y el mejoramiento varietal están fundados en su segunda facultad. Existe, además, una relación muy íntima entre la semilla y lo que ella manifiesta, a saber la planta, por un lado, y por otro lado el ambiente. La semilla crea un ambiente así como el ambiente crea la semilla.

Durante miles de años, la semilla era libre, ella está ahora prisionera. Ella ya no puede reproducirse: los híbridos F1 son estériles o degenerativos. Esta esterilidad llega a su paroxismo con el gene “Terminador” (que ha sido legalizado de manera muy discreta en EEUU) el cual programa la planta genéticamente para que se suicide. El cultivo in vitro (creación de plantas a partir de unas células) es otro ejemplo de esta aniquilación del ciclo vital de la planta, de la semilla a la semilla. La agricultura occidental moderna ha destruido el principio femenino en el seno de la semilla. En cuanto a su capacidad de evolución en el campo, ¡no soñemos más con esto! Esta capacidad ha sido remplazada por un concepto nebuloso de “fijismo”, otra obra maestra de la mitología agrícola occidental. Las semillas ya no evolucionan en el campo, ellas son fabricadas completamente, en los laboratorios de la agroquímica.

Aún más, no solamente ya no pueden reproducirse y evolucionar, ¡sino que ya no pueden reproducirse por ellas mismas! Los híbridos F1, las variedades de la revolución verde y los transgénicos sólo pueden desarrollarse gracias a un arsenal de insumos. Ellas son de alguna manera estériles e improductivas.

Es en el marco de esta impostura que se debe restituir la primera ofensiva de la industria semillera, a principios del siglo pasado, que vendió muy caro, a los campesinos, semillas “certificadas”, o sea indemnes (exteriormente) a todo parásito, pero programadas genéticamente para ser altamente susceptibles a una plétora de enfermedades. Este tipo de programación o “encarcelamiento” llega hoy a su paroxismo con los genes llamados “traidor” o con los GURTs “Tecnologías de restricción del uso genético” de las cuales la FAO estudia en estos momentos su impacto potencial sobre la agrobiodiversidad y los sistemas de producción agrícolas. La semilla está programada genéticamente para no desarrollarse, a menos que se trate en el campo con tal o cual producto químico.

Esperamos que esta exposición deje claramente establecido el hecho de que la naturaleza de la semilla apela a un tipo de agricultura. Las semillas antiguas, las variedades alimentarias tradicionales apelan a una agricultura sostenible, respetuosa de la madre Tierra. Las semillas F1, o de alta productividad, o genéticamente modificadas, apelan a una agricultura totalmente asistida por la tecnología: irrigación masiva, fertilizantes de síntesis, fungicidas, pesticidas, herbicidas, cosecha mecánica, etc. Y recíprocamente.

La agricultura orgánica intensiva y productivista ofrece un ejemplo agudo de ese principio fundamental: hasta hace poco, 95% de las verduras orgánicas producidas venían de semillas híbridas F1 provenientes de la agroquímica. Cuando uno quiere producir hectáreas de lechugas orgánicas, sólo va a poder utilizar variedades muy modernas, resistentes a las 23 cepas de Bremia lactucae, una podredumbre blanca de la lechuga. Cuando uno quiere producir tomates orgánicos en invierno, bajo túnel plástico calentado con petróleo, sólo podrá utilizar variedades muy modernas resistentes al verticillium, al fusarium, etc.

Este tipo de agricultura orgánica que recurre al monocultivo, a cultivos fuera de temporada, a insumos “orgánicos” que son los desechos de la agroquímica (harina de sangre, harina de hueso, harina de plumas, estiércoles convencionales calentados a muy altas temperaturas, mosto de uvas o de insumos “orgánicos” que son biomasa robada al Tercer Mundo (guano, borujo de ricino, fibra de coco) es muy poco distinta de la agricultura convencional y, por cierto, utiliza la mayor parte del tiempo, las mismas semillas. Se podía encontrar en los mercados orgánicos, durante varios años, más de 20 variedades de coliflor que tenían un gene de rábano (es una forma de transgénesis) y tenemos serias dudas en cuanto a la naturaleza de algunos tomates orgánicos llamados “larga vida” (“long life”).

Desde hace varios años, de igual manera, se encuentran, en el mercado, semillas orgánicas e incluso “Demeter” (5) y ¡qué son semillas híbridas F1! ¿Para cuándo las semillas OGM orgánicas?

Algunos nos considerarán quizás como dulces añoradores del pasado, o como protestones empedernidos. Sin embargo, tratemos de imaginar cuán “competentes” serían las variedades campesinas tradicionales si se le hubiesen confiado a los campesinos, billones de dólares (aquellos que se han utilizado para hacer las chapucerías tecnológicas) con el fin de mejorar, de seleccionar y de conservar los recursos genéticos para alimentar a una población planetaria en constante aumento.

Con semillas tradicionales vigorosas y un suelo muy fértil se hacen milagros. John Jeavons, con su asociación Ecology Action, en California, ha probado, desde hace treinta años, que una horticultura biointensiva puede alimentar anualmente a una persona (vegetariana) con solamente la décima parte de una hectárea, en clima templado. Según su sistema, la huerta está constituida por 60% de plantas de fibra (maíz, girasoles, quínoas, amarantos de grano, etc.) que van a permitir refertilizar el suelo al hacer compost vegetal; 30% de plantas de calorías (zanahorias, remolachas, nabos, etc.) y de 10% de plantas de vitaminas y oligoelementos (tomates, berenjenas, chiles, melones, etc.). En clima tropical o subtropical, se puede así alimentar a dos personas (vegetarianas) con un décimo de hectárea, con la sola condición de contar con agua para irrigar. De acuerdo con estos principios del método biointensivo, los 150 millones de hectáreas de tierra arable que están disponibles actualmente en la India podrían alimentar a 3 billones de vegetarianos. ¿Dónde está el problema?

Nosotros no podríamos finalizar esta muy breve exposición sobre la naturaleza de la semilla sin evocar algunas bellas imágenes de cosmogonías mucho más espirituales que el paradigma occidental moderno, seco y estéril. En la cosmogonía andina, por ejemplo, la del Reino de las Cuatro Tierras (el antiguo reino Inca), la semilla es un ser vivo y forma parte de Pachamama, la Madre Tierra, y de la comunidad, al igual que los hombres y los animales, el agua, los vientos, las divinidades y los espíritus de la naturaleza.

La semilla posee su propia cultura: ella vive con nosotros y nos cuida, pero ella se va, también, cuando no es apreciada o cuando es maltratada. Cuando una nueva semilla llega a la huerta, se le debe manifestar afecto, hay que cortejarla para que se pueda quedar. Y cuando está cansada, los campesinos andinos piensan que hay que hacerla viajar a otros biotopos, a otros jardines. En cuanto a Rudolf Steiner, fundador de la antroposofía y de la agricultura biodinámica, la semilla es una entidad masculina, un pedazo de sol, una semilla de estrella, que va a fecundar a la Madre Tierra: la planta surge de este acoplamiento.

¡Qué puedan las semillas de estrella volver con el fin de que la Madre Tierra sea de nuevo fértil y acogedora, pues las semillas no son nuestras semillas, ellas son el regalo de la Vida a ella misma!


Notas:

(1) Ver el artículo de Jean Pierre Berlan “Breve historia de la selección” disponible en el sitio
http://kokopelli-seed-foundation.com/

(2) La Limagne es una comarca francesa que corresponde a un llano fértil de producción de cereales en agricultura intensiva.

(3) El mariscal Pétain dirigió el gobierno francés, colaborador de los nazis, de 1940 a 1945.

(4) Cargill es una corporación multinacional dedicada a los productos agropecuarios.

(5) Demeter es la diosa de la agricultura y la cosecha de los griegos, también es el nombre del sello que certifica a los agricultores que trabajan con el método de agricultura biodinámica

lunes, marzo 08, 2010

The Wrong Kind of Green

BY JOHANN HARI

This article appeared in the March 22, 2010 edition of The Nation.

March 4, 2010

Why did America 's leading environmental groups jet to Copenhagen and lobby for policies that will lead to the faster death of the rainforests--and runaway global warming? Why are their lobbyists on Capitol Hill dismissing the only real solutions to climate change as "unworkable" and "unrealistic," as though they were just another sooty tentacle of Big Coal?

At first glance, these questions will seem bizarre. Groups like Conservation International are among the most trusted "brands" in America , pledged to protect and defend nature. Yet as we confront the biggest ecological crisis in human history, many of the green organizations meant to be leading the fight are busy shoveling up hard cash from the world's worst polluters--and burying science-based environmentalism in return. Sometimes the corruption is subtle; sometimes it is blatant. In the middle of a swirl of bogus climate scandals trumped up by deniers, here is the real Climategate, waiting to be exposed.

I have spent the past few years reporting on how global warming is remaking the map of the world. I have stood in half-dead villages on the coast of Bangladesh while families point to a distant place in the rising ocean and say, "Do you see that chimney sticking up? That's where my house was... I had to [abandon it] six months ago." I have stood on the edges of the Arctic and watched glaciers that have existed for millenniums crash into the sea.. I have stood on the borders of dried-out Darfur and heard refugees explain, "The water dried up, and so we started to kill each other for what was left."

While I witnessed these early stages of ecocide, I imagined that American green groups were on these people's side in the corridors of Capitol Hill, trying to stop the Weather of Mass Destruction. But it is now clear that many were on a different path--one that began in the 1980s, with a financial donation.

Environmental groups used to be funded largely by their members and wealthy individual supporters. They had only one goal: to prevent environmental destruction. Their funds were small, but they played a crucial role in saving vast tracts of wilderness and in pushing into law strict rules forbidding air and water pollution. But Jay Hair--president of the National Wildlife Federation from 1981 to 1995--was dissatisfied. He identified a huge new source of revenue: the worst polluters.

Hair found that the big oil and gas companies were happy to give money to conservation groups. Yes, they were destroying many of the world's pristine places. Yes, by the late 1980s it had become clear that they were dramatically destabilizing the climate--the very basis of life itself.. But for Hair, that didn't make them the enemy; he said they sincerely wanted to right their wrongs and pay to preserve the environment. He began to suck millions from them, and in return his organization and others, like The Nature Conservancy (TNC), gave them awards for "environmental stewardship."

Companies like Shell and British Petroleum (BP) were delighted. They saw it as valuable "reputation insurance": every time they were criticized for their massive emissions of warming gases, or for being involved in the killing of dissidents who wanted oil funds to go to the local population, or an oil spill that had caused irreparable damage, they wheeled out their shiny green awards, purchased with "charitable" donations, to ward off the prospect of government regulation. At first, this behavior scandalized the environmental community. Hair was vehemently condemned as a sellout and a charlatan. But slowly, the other groups saw themselves shrink while the corporate-fattened groups swelled--so they, too, started to take the checks.

Christine MacDonald, an idealistic young environmentalist, discovered how deeply this cash had transformed these institutions when she started to work for Conservation International in 2006. She told me, "About a week or two after I started, I went to the big planning meeting of all the organization's media teams, and they started talking about this supposedly great new project they were running with BP. But I had read in the newspaper the day before that the EPA [Environmental Protection Agency] had condemned BP for running the most polluting plant in the whole country.... But nobody in that meeting, or anywhere else in the organization, wanted to talk about it. It was a taboo. You weren't supposed to ask if BP was really green. They were 'helping' us, and that was it."

She soon began to see--as she explains in her whistleblowing book Green Inc.--how this behavior has pervaded almost all the mainstream green organizations. They take money, and in turn they offer praise, even when the money comes from the companies causing environmental devastation.. To take just one example, when it was revealed that many of IKEA's dining room sets were made from trees ripped from endangered forests, the World Wildlife Fund leapt to the company's defense, saying--wrongly--that IKEA "can never guarantee" this won't happen. Is it a coincidence that WWF is a "marketing partner" with IKEA, and takes cash from the company?

Likewise, the Sierra Club was approached in 2008 by the makers of Clorox bleach, who said that if the Club endorsed their new range of "green" household cleaners, they would give it a percentage of the sales. The Club's Corporate Accountability Committee said the deal created a blatant conflict of interest--but took it anyway. Executive director Carl Pope defended the move in an e-mail to members, in which he claimed that the organization had carried out a serious analysis of the cleaners to see if they were "truly superior." But it hadn't. The Club's Toxics Committee co-chair, Jessica Frohman, said, "We never approved the product line." Beyond asking a few questions, the committee had done nothing to confirm that the product line was greener than its competitors' or good for the environment in any way.

The green groups defend their behavior by saying they are improving the behavior of the corporations. But as these stories show, the pressure often flows the other way: the addiction to corporate cash has changed the green groups at their core. As MacDonald says, "Not only do the largest conservation groups take money from companies deeply implicated in environmental crimes; they have become something like satellite PR offices for the corporations that support them."

It has taken two decades for this corrupting relationship to become the norm among the big green organizations. Imagine this happening in any other sphere, and it becomes clear how surreal it is. It is as though Amnesty International's human rights reports came sponsored by a coalition of the Burmese junta, Dick Cheney and Robert Mugabe. For environmental groups to take funding from the very people who are destroying the environment is preposterous--yet it is now taken for granted.

This pattern was bad enough when it affected only a lousy household cleaning spray, or a single rare forest. But today, the stakes are unimaginably higher. We are living through a brief window of time in which we can still prevent runaway global warming. We have emitted so many warming gases into the atmosphere that the world's climate scientists say we are close to the climate's "point of no return." Up to 2 degrees Celsius of warming, all sorts of terrible things happen--we lose the islands of the South Pacific, we set in train the loss of much of Florida and Bangladesh , terrible drought ravages central Africa --but if we stop the emissions of warming gases, we at least have a fifty-fifty chance of stabilizing the climate at this higher level. This is already an extraordinary gamble with human safety, and many climate scientists say we need to aim considerably lower: 1.5 degrees or less.

Beyond 2 degrees, the chances of any stabilization at the hotter level begin to vanish, because the earth's natural processes begin to break down. The huge amounts of methane stored in the Arctic permafrost are belched into the atmosphere, causing more warming. The moist rainforests begin to dry out and burn down, releasing all the carbon they store into the air, and causing more warming. These are "tipping points": after them, we can't go back to the climate in which civilization evolved.

So in an age of global warming, the old idea of conservation--that you preserve one rolling patch of land, alone and inviolate--makes no sense. If the biosphere is collapsing all around you, you can't ring-fence one lush stretch of greenery and protect it: it too will die.

You would expect the American conservation organizations to be joining the great activist upsurge demanding we stick to a safe level of carbon dioxide in the atmosphere: 350 parts per million (ppm), according to professor and NASA climatologist James Hansen. And--in public, to their members--they often are supportive. On its website the Sierra Club says, "If the level stays higher than 350 ppm for a prolonged period of time (it's already at 390.18 ppm) it will spell disaster for humanity as we know it."

But behind closed doors, it sings from a different song-sheet. Kieran Suckling, executive director of the Center for Biological Diversity, in Arizona , which refuses funding from polluters, has seen this from the inside. He told me, "There is a gigantic political schizophrenia here. The Sierra Club will send out e-mails to its membership saying we have to get to 350 parts per million and the science requires it. But in reality they fight against any sort of emission cuts that would get us anywhere near that goal."

For example, in 2009 the EPA moved to regulate greenhouse gases under the Clean Air Act, which requires the agency to ensure that the levels of pollutants in the air are "compatible with human safety"--a change the Sierra Club supported. But the Center for Biological Diversity petitioned the EPA to take this commitment seriously and do what the climate science says really is "compatible with human safety": restore us to 350 ppm. Suckling explains, "I was amazed to discover the Sierra Club opposed us bitterly. They said it should not be done. In fact, they said that if we filed a lawsuit to make EPA do it, they would probably intervene on EPA's side. They threw climate science out the window."

Indeed, the Sierra Club's chief climate counsel, David Bookbinder, ridiculed the center's attempts to make 350 ppm a legally binding requirement. He said it was "truly a pointless exercise" and headed to "well-deserved bureaucratic oblivion"--and would only add feebly that "350 may be where the planet should end up," but not by this mechanism. He was quoted in the media alongside Bush administration officials who shared his contempt for the center's proposal.

Why would the Sierra Club oppose a measure designed to prevent environmental collapse? The Club didn't respond to my requests for an explanation. Climate scientists are bemused. When asked about this, Hansen said, "I find the behavior of most environmental NGOs to be shocking.... I [do] not want to listen to their lame excuses for their abominable behavior." It is easy to see why groups like Conservation International, which take money from Big Oil and Big Coal, take backward positions. Their benefactors will lose their vast profits if we make the transition away from fossil fuels--so they fall discreetly silent when it matters. But while the Sierra Club accepts money from some corporations, it doesn't take cash from the very worst polluters. So why is it, on this, the biggest issue of all, just as bad?

It seems its leaders have come to see the world through the funnel of the US Senate and what legislation it can be immediately coaxed to pass. They say there is no point advocating a strategy that senators will reject flat-out. They have to be "politically realistic" and try to advocate something that will appeal to Blue Dog Democrats.

This focus on inch-by-inch reform would normally be understandable: every movement for change needs a reformist wing. But the existence of tipping points--which have been overwhelmingly proven by the climate science--makes a mockery of this baby-steps approach to global warming. If we exceed the safe amount of warming gases in the atmosphere, then the earth will release its massive carbon stores and we will have runaway warming. After that, any cuts we introduce will be useless. You can't jump halfway across a chasm: you still fall to your death. It is all or disaster.

By definition, if a bill can pass through today's corrupt Senate, then it will not be enough to prevent catastrophic global warming. Why? Because the bulk of the Senate--including many Democrats--is owned by Big Oil and Big Coal. They call the shots with their campaign donations. Senators will not defy their benefactors. So if you call only for measures the Senate could pass tomorrow, you are in effect giving a veto over the position of the green groups to the fossil fuel industry.

Yet the "conservation" groups in particular believe they are being hardheaded in adhering to the "political reality" that says only cuts far short of the climate science are possible. They don't seem to realize that in a conflict between political reality and physical reality, physical reality will prevail. The laws of physics are more real and permanent than any passing political system. You can't stand at the edge of a rising sea and say, "Sorry, the swing states don't want you to happen today. Come back in fifty years."

A classic case study of this inside-the-Beltway mentality can be found in a blog written by David Donniger, policy director of the climate center at the Natural Resources Defense Council (NRDC), after the collapse of the Copenhagen climate summit. The summit ended with no binding agreement for any country to limit its emissions of greenhouse gases, and a disregard of the scientific targets. Given how little time we have, this was shocking. Donniger was indeed furious--with the people who were complaining. He decried the "howls of disaster in European media, and rather tepid reviews in many U.S. stories." He said people were "holding the accord to standards and expectations that no outcome achievable at Copenhagen could reasonably have met--or even should have met."

This last sentence is very revealing. Donniger believes it is "reasonable" to act within the constraints of the US and global political systems, and unreasonable to act within the constraints of the climate science. The greens, he suggests, are wrong to say their standards should have been met at this meeting; the deal is "not weak." After fifteen climate summits, after twenty years of increasingly desperate scientific warnings about warming, with the tipping points drawing ever closer, he says the world's leaders shouldn't be on a faster track and that the European and American media should stop whining. Remember, this isn't an oil company exec talking; this is a senior figure at one of the leading environmental groups.

There is a different way for green groups to behave. If the existing political system is so corrupt that it can't maintain basic human safety, they should be encouraging their members to take direct action to break the Big Oil deadlock. This is precisely what has happened in Britain --and it has worked. Direct-action protesters have physically blocked coal trains and new airport runways for the past five years--and as a result, airport runway projects that looked certain are falling by the wayside, and politicians have become very nervous about authorizing any new coal power plants [see Maria Margaronis, "The UK's Climate Rebels," December 7, 2009]. The more mainstream British climate groups are not reluctant to condemn the Labour government's environmental failings in the strongest possible language. Compare the success of this direct confrontation with the utter failure of the US groups' work-within-the-system approach. As James Hansen has pointed out, the British model offers real hope rather than false hope. There are flickers of it already--there is an inspiring grassroots movement against coal power plants in the United States , supported by the Sierra Club--but it needs to be supercharged.

By pretending the broken system can work--and will work, in just a moment, after just one more Democratic win, or another, or another--the big green groups are preventing the appropriate response from concerned citizens, which is fury at the system itself. They are offering placebos to calm us down when they should be conducting and amplifying our anger at this betrayal of our safety by our politicians. The US climate bills are long-term plans: they lock us into a woefully inadequate schedule of carbon cuts all the way to 2050. So when green groups cheer them on, they are giving their approval to a path to destruction--and calling it progress.

Even within the constraints of the existing system, their approach makes for poor political tactics. As Suckling puts it, "They have an incredibly naïve political posture. Every time the Dems come out with a bill, no matter how appallingly short of the scientific requirements it is, they cheer it and say it's great. So the politicians have zero reason to strengthen that bill. If you've already announced that you've been captured, then they don't need to give you anything. Compare that to how the Chamber of Commerce or the fossil fuel corporations behave. They stake out a position on the far right, and they demand the center move their way. It works for them. They act like real activists, while the supposed activists stand at the back of the room and cheer at whatever bone is thrown their way."

The green groups have become "the mouthpiece of the Democratic Party, regardless of how pathetic the party's position is," Suckling says in despair. "They have no bottom line, no interest in scientifically defensible greenhouse gas emission limitations and no willingness to pressure the White House or Congress."

It will seem incredible at first, but this is--in fact--too generous. At Copenhagen , some of the US conservation groups demanded a course of action that will lead to environmental disaster--and financial benefits for themselves.. It is a story buried in details and acronyms, but the stakes are the future of civilization.

When the rich countries say they are going to cut their emissions, it sounds to anyone listening as if they are going to ensure that there are fewer coal stations and many more renewable energy stations at home. So when Obama says there will be a 3 percent cut by 2020--a tenth of what the science requires--you assume the United States will emit 3 percent fewer warming gases. But that's not how it works. Instead, they are saying they will trawl across the world to find the cheapest place to cut emissions, and pay for it to happen there.

Today, the chopping down of the world's forests is causing 12 percent of all emissions of greenhouse gases, because trees store carbon dioxide. So the rich governments say that if they pay to stop some of that, they can claim it as part of their cuts. A program called REDD--Reducing Emissions from Deforestation and Forest Degradation--has been set up to do just that.. In theory, it sounds fine. The atmosphere doesn't care where the fall in emissions comes from, as long as it happens in time to stop runaway warming. A ton of carbon in Brazil enters the atmosphere just as surely as a ton in Texas .

If this argument sounds deceptively simple, that's because it is deceptive. In practice, the REDD program is filled with holes large enough to toss a planet through.

To understand the trouble with REDD, you have to look at the place touted as a model of how the system is supposed to work. Thirteen years ago in Bolivia , a coalition of The Nature Conservancy and three big-time corporate polluters--BP, Pacificorp and American Electric Power (AEP)--set up a protected forest in Bolivia called the Noel Kempff Climate Action Project. They took 3.9 million acres of tropical forest and said they would clear out the logging companies and ensure that the forest remained standing. They claimed this plan would keep 55 million tons of CO2 locked out of the air--which would, in time, justify their pumping an extra 55 million tons into the air from their coal and oil operations. AEP's internal documents boasted: "The Bolivian project...could save AEP billions of dollars in pollution controls."

Greenpeace sent an investigative team to see how it had turned out. The group found, in a report released last year, that some of the logging companies had simply picked up their machinery and moved to the next rainforest over. An employee for San Martin, one of the biggest logging companies in the area, bragged that nobody had ever asked if they had stopped. This is known as "leakage": one area is protected from logging, but the logging leaks a few miles away and continues just the same.

In fact, one major logging organization took the money it was paid by the project to quit and used it to cut down another part of the forest. The project had to admit it had saved 5.8 million tons or less--a tenth of the amount it had originally claimed. Greenpeace says even this is a huge overestimate. It's a Potemkin forest for the polluters.

When you claim an offset and it doesn't work, the climate is screwed twice over--first because the same amount of forest has been cut down after all, and second because a huge amount of additional warming gases has been pumped into the atmosphere on the assumption that the gases will be locked away by the now-dead trees. So the offset hasn't prevented emissions--it's doubled them. And as global warming increases, even the small patches of rainforest that have technically been preserved are doomed. Why? Rainforests have a very delicate humid ecosystem, and their moisture smothers any fire that breaks out, but with 2 degrees of warming, they begin to dry out--and burn down. Climatologist Wolfgang Cramer says we "risk losing the entire Amazon" if global warming reaches 4 degrees.

And the news gets worse. Carbon dioxide pumped out of a coal power station stays in the atmosphere for millenniums--so to genuinely "offset" it, you have to guarantee that a forest will stand for the same amount of time. This would be like Julius Caesar in 44 BC making commitments about what Barack Obama will do today--and what some unimaginable world leader will do in 6010. In practice, we can't even guarantee that the forests will still be standing in fifty years, given the very serious risk of runaway warming.

You would expect the major conservation groups to be railing against this absurd system and demanding a serious alternative built on real science. But on Capitol Hill and at Copenhagen , these groups have been some of the most passionate defenders of carbon offsetting. They say that, in "political reality," this is the only way to raise the cash for the rainforests, so we will have to work with it. But this is a strange kind of compromise--since it doesn't actually work.

In fact, some of the big groups lobbied to make the protections weaker, in a way that will cause the rainforests to die faster. To understand why, you have to grasp a distinction that may sound technical at first but is crucial. When you are paying to stop deforestation, there are different ways of measuring whether you are succeeding. You can take one small "subnational" area--like the Noel Kempff Climate Action Project--and save that. Or you can look at an entire country, and try to save a reasonable proportion of its forests. National targets are much better, because the leakage is much lower. With national targets, it's much harder for a logging company simply to move a few miles up the road and carry on: the move from Brazil to Congo or Indonesia is much heftier, and fewer loggers will make it.

Simon Lewis, a forestry expert at Leeds University , says, "There is no question that national targets are much more effective at preventing leakage and saving forest than subnational targets."

Yet several groups--like TNC and Conservation International--have lobbied for subnational targets to be at the core of REDD and the US climate bills. Thanks in part to their efforts, this has become official US government policy, and is at the heart of the Waxman-Markey bill. The groups issued a joint statement with some of the worst polluters--AEP, Duke Energy, the El Paso Corporation--saying they would call for subnational targets now, while vaguely aspiring to national targets at some point down the line. They want to preserve small patches (for a short while), not a whole nation's rainforest.

An insider who is employed by a leading green group and has seen firsthand how this works explained the groups' motivation: "It's because they will generate a lot of revenue this way. If there are national targets, the money runs through national governments. If there are subnational targets, the money runs through the people who control those forests--and that means TNC, Conservation International and the rest. Suddenly, these forests they run become assets, and they are worth billions in a carbon market as offsets. So they have a vested financial interest in offsetting and in subnational targets--even though they are much more environmentally damaging than the alternatives. They know it. It's shocking."

What are they doing to ensure that this policy happens--and the money flows their way? Another source, from a green group that refuses corporate cash, describes what she has witnessed behind closed doors. "In their lobbying, they always talk up the need for subnational projects and offsetting at every turn and say they're great. They don't mention national targets or the problems with offsetting at all. They also push it through their corporate partners, who have an army of lobbyists, [which are] far bigger than any environmental group. They promote their own interests as a group, not the interests of the environment." They have been caught, he says, "REDD-handed, too many times."

TNC and Conservation International admit they argue for subnational accounting, but they claim this is merely a "steppingstone" to national targets. Becky Chacko, director of climate policy at Conservation International, tells me, "Our only interest is to keep forests standing. We don't [take this position] because it generates revenue for us. We don't think it's an evil position to say money has to flow in order to keep forests standing, and these market mechanisms can contribute the money for that."

Yet when I ask her to explain how Conservation International justifies the conceptual holes in the entire system of offsetting, her answers become halting. She says the "issues of leakage and permanence" have been "resolved." But she will not say how. How can you guarantee a forest will stand for millenniums, to offset carbon emissions that warm the planet for millenniums? "We factor that risk into our calculations," she says mysteriously. She will concede that national accounting is "more rigorous" and says Conservation International supports achieving it "eventually."

There is a broad rumble of anger across the grassroots environmental movement at this position. "At Copenhagen , I couldn't believe what I was seeing," says Kevin Koenig of Amazon Watch, an organization that sides with indigenous peoples in the Amazon basin to preserve their land. "These groups are positioning themselves to be the middlemen in a carbon market. They are helping to set up, in effect, a global system of carbon laundering...that will give the impression of action, but no substance. You have to ask--are these conservation groups at all? They look much more like industry front groups to me."

So it has come to this. After decades of slowly creeping corporate corruption, some of the biggest environmental groups have remade themselves in the image of their corporate backers: they are putting profit before planet. They are supporting a system they know will lead to ecocide, because more revenue will run through their accounts, for a while, as the collapse occurs. At Copenhagen , their behavior was so shocking that Lumumba Di-Aping, the lead negotiator for the G-77 bloc of the world's rainforest-rich but cash-poor countries, compared them to the CIA at the height of the cold war, sabotaging whole nations.

How do we retrieve a real environmental movement, in the very short time we have left? Charles Komanoff worked as a consultant for the Natural Resources Defense Council for thirty years before quitting in disgust recently. He says, "We're close to a civil war in the environmental movement. For too long, all the oxygen in the room has been sucked out by this beast of these insider groups, who achieve almost nothing.... We need to create new organizations that represent the fundamentals of environmentalism and have real goals."

Some of the failing green groups can be reformed from within. The Sierra Club is a democratic organization, with the leadership appointed by its members.. There are signs that members are beginning to put the organization right after the missteps of the past few years. Carl Pope is being replaced by Mike Brune, formerly of the Rainforest Action Network--a group much more aligned with the radical demands of the climate science. But other organizations--like Conservation International and TNC--seem incapable of internal reform and simply need to be shunned. They are not part of the environmental movement: they are polluter-funded leeches sucking on the flesh of environmentalism, leaving it weaker and depleted.

Already, shining alternatives are starting to rise up across America . In just a year, the brilliant 350.org has formed a huge network of enthusiastic activists who are demanding our politicians heed the real scientific advice--not the parody of it offered by the impostors. They have to displace the corrupt conservationists as the voice of American environmentalism, fast.

This will be a difficult and ugly fight, when we need all our energy to take on the forces of ecocide. But these conservation groups increasingly resemble the forces of ecocide draped in a green cloak. If we don't build a real, unwavering environmental movement soon, we had better get used to a new sound--of trees crashing down and an ocean rising, followed by the muffled, private applause of America 's "conservationists."

About Johann Hari

Johann Hari is a columnist for the Independent in London and a contributing writer for Slate. He has been named Newspaper Journalist of the Year by Amnesty International for his reporting from the war in Congo .