miércoles, octubre 21, 2009

Para recordar a Jasmín Aguilar



Jasmín Aguilar ha dejado el plano terrestre el 16 de octubre del 2009 en la Ciudad de México, desde su casita del pueblo de Santa Úrsula Coapa, en un día hermoso, soleado, transparente y con viento que animaba a abrir las velas para un nuevo viaje. Partió, pero su presencia, su memoria y su aporte quedan con nosotros. Murió con rostro sereno, con una sonrisa en los labios. Desde las primeras horas en que se iba despidiendo fue convocando a gran cantidad de personas que la quisimos. Su madre, sus hijas, su extensa familia sinaloense, muchos que estuvimos cerca de su vida y que colaboramos con ella, fuimos juntándonos a su alrededor. Conforme avanzaba la noche, la amalgama de sentimientos y cercanías crecía y crecía.

Jasmín, la infatigable buscadora de nuevas formas de relación con la tierra y los ritmos de la naturaleza nos ha dejado, mas sus aportes de vida apasionada, su búsqueda y hallazgos sobre la ciencia campesina, sobre nuevas formas de relacionar lo ambiental, lo campesino y lo social para mejorar la vida han adquirido expresión propia y, además de permanecer en el recuerdo de quienes convivimos con ella, se manifiestan en muchos de los logros de GEA, la asociación civil que contribuyó a fundar en 1977.

Haber contado con su presencia entusiasta, su visión de amplio alcance, su aguda capacidad crítica y su terquedad encariñada con la tierra campesina fue siempre un gusto y un honor. Trabajó muy de cerca con gente veracruzana, chinamperos xochimilquenses, comunidades forestales poblanas, familias zapotecas… En los últimos años caminó con las comunidades de la región de Chilapa, Guerrero, donde dejó honda huella. Su colaboración fue siempre ejemplar y estimulante para recuperar nuestra relación armónica con las sociedades campesinas y valorar su contribución a la sustentabilidad global.

Entusiasta promotora de múltiples iniciativas organizativas en el país y en muy diversas latitudes; infatigable viajera, que extendió su indagación sobre sociedad y naturaleza a otros puntos del planeta; aventurera de nuevas dimensiones de la convivencia, de las relaciones afectivas y de su propio vínculo con las circunstancias que le fueron tocando, Jasmín nos deja enseñanza, testimonio y un legado de vivencias sensibles y muy consistentes.

En los últimos años se mantuvo dando una batalla heroica contra la enfermedad, con todo el ánimo por seguir con la vida, el amor, la amistad, acompañando a sus queridas hijas y aportando a la revaloración del maíz y los campesinos de México. Siguió hasta donde el cuerpo le sostuvo, hasta donde el apoyo terapéutico disponible contribuyó. Y, al final, se preparó ejemplarmente para irse en paz.

Su presencia permanece, con el cariño hacia ella, que se torna reconocimiento más allá de lo corporal inmediato y que se sublima como espíritu que se integra al aire que nos rodea.

Gracias Jasmín. Estamos contigo. Ahora parece que sigues acompañándonos, a tu nueva manera.

Por el Grupo de Estudios Ambientales, AC

Catarina Illsley, Catarina Marielle, Jorge Acosta , Gerardo Alatorre , Marco Antonio Díaz , Alfonso González


El 21 de octubre de 2009.

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