¿Por qué estamos movilizados?
La reforma Agraria está paralizada en todo el país. Exigimos el asentamiento de las 100 mil familias acampadas e inversiones públicas en los asentamientos, como crédito para producción, vivienda rural, educación y salud. Tenemos familias acampadas hace más de cinco años, viviendo en situación bastante difícil al borde de carreteras y en áreas ocupadas, que son víctimas de la violencia del latifundio y del agronegocio. Con nuestras acciones, queremos denunciar la existencia de latifundios que no cumplen su función social, prevista en la Constitución Federal (artículo 184), que deberían ser expropiados para la reforma agraria. Nuestros asentados también pasan por una situación bastante difícil, por la falta de inversión pública para crédito rural e infraestructura en áreas de reforma agraria, como vivienda, saneamiento básico, escuela y hospital.
Programa de agroindustrias para asentamientos
Presentamos nuestra propuesta de desarrollo para el campo brasileño, con la realización de una Reforma Agraria Popular, basada en la generación de empleo y en la producción de alimentos. 1- El primer paso es el asentamiento de todas las familias acampadas en Brasil. 2- Necesitamos fortalecer los asentamientos con la implementación de uno programa de agroindustrias. Con la industrialización de los alimentos, la producción gana valor agregado, elevando la renta de las familias. 3- La creación de las agroindustrias va a crear una cadena productiva para la generación de empleos en el campo. 4- Demandamos inversiones públicas para crédito rural e infraestructura en áreas de reforma agraria, como educación, vivienda, saneamiento básico, hospital. Hay un grande potencial de creación de puestos de trabajo, pero nuestros asentados pasan por una situación bastante difícil por ausencia del Estado. 4- Defendemos una nueva matriz productiva, por medio de la policultura y sin el uso de agrotóxicos, la agroecología.
Alternativa para la crisis económica
La prioridad del gobierno ante de la crisis económica debe ser una política de generación y defensa de empleos. Un programa de Reforma Agraria puede crear empleos para la población del campo, dentro de su cadena productiva. La crisis económica debe prolongarse en los próximos años. En el campo, la crisis demuestra que el modelo agroexportador no garantiza desarrollo ni tiene sustentabilidad, porque está sometido al mercado internacional y al sistema financiero.
Propuesta:
La Reforma Agraria, que crea 10 veces más empleos que el agronegocio, con menos inversiones del gobierno, es una solución para la crisis. Cada familia asentada genera tres empleos directos, al coste de R$ 30mil. La generación de empleos es más barata que en la industria y en el comercio (en promedio, 80.000 reales, y 60.000, respectivamente). Es decir, es la inversión más barata para generar cada empleo, además de puestos para terceros y en las pequeñas agroindustrias.
Desempleo en el campo
De noviembre de 2008 a febrero de 2009, habían sido cerradas 747.515 plazas en el país. El complejo del agronegocio cerró 268.888 plazas (en el sector agropecuario, fueron 145.631; en el sector de alimentos y bebidas, 123.257), cerca de 35% del total (datos del Dieese). Es decir, los números señalan que buena parte de las plazas eliminadas es del agronegocio. Un grupo de empresas del agronegocio que consiguió más de R$17, 2 mil millones de reales ya despidió durante la crisis más de 9.300 trabajadores.
Propuesta:
Defendemos que a todas las empresas del agronegocio que recibieron recursos públicos y despidieron se les expropie sus áreas y que todas las familias de trabajadores rurales que perdieron el empleo con la crisis sean asentadas.
Crisis de los alimentos
Actualmente, el precio de los alimentos ya está alto, representando de 60% al 80% de la renta de los trabajadores en países en desarrollo (FAO). En 2008, la ayuda alimenticia esencial aumentó más de 20% (Dieese), en promedio en el país. En Brasil, el precio de los alimentos fue el principal responsable del aumento de la inflación en marzo, por segunda vez consecutiva. De acuerdo con la FGV (Fundación Getúlio Vargas), en esa clase de gastos se registraron elevaciones de precios más fuertes en frutas (del 3,72% al 6,47%) y hortalizas y legumbres (del 4,13% al 5,27%). Con la crisis económica mundial, el precio de los alimentos debe aumentar todavía más.
El comercio de los alimentos es controlado por grandes empresas del agronegocio que tendrán que aumentar los precios para garantizar el lucro. El resultado de ese modelo es el siguiente: 963 millones de personas, o sea el 15% de la población mundial, están pasando hambre o sufriendo de desnutrición (FAO). Propuesta: necesitamos invertir en la producción de las pequeñas y medianas propiedades, que producen el 70% de los alimentos consumidos en el país, fortaleciendo un nuevo modelo agrícola, basado en la producción de alimentos para el mercado interno, garantizando nuestra soberanía alimentaria.
Política de crédito del gobierno federal
El agronegocio absorbe la mayor parte de los créditos agrícolas y no paga sus deudas. Desde 1995, los hacendados ya renegociaron sus deudas cuatro veces. En la renegociación con el gobierno Lula, fueron renegociados R$ 65 mil millones destinados a renegociar débitos provenientes de grandes productores. El gobierno no puede usar dinero público para salvar las empresas de uno de los sectores que más despidieron, a pesar del alto lucro que tuvieron en el último periodo. Por ello, proponemos que el gobierno corte todos los subsidios a las empresas del agronegocio que están realizando despidos..
Propuesta:
Defendemos una línea de crédito especial para las familias asentadas, para fomentar la producción de alimentos y garantizar renta a las familias. El Pronaf es insuficiente para atender a la población de la reforma agraria y de la agricultura familiar, pues el volumen de recursos no atiende a todos los sectores. Tan solo el 15% de las familias consigue acceder el Pronaf, porque el programa no considera las especificidades de las áreas de reforma agraria.
Nuestras críticas al modelo del agronegocio
La crisis demuestra que era acertada nuestra evaluación de que lo modelo impuesto por las empresas transnacionales, por los bancos, por el gobierno y por el Estado para el campo brasileño - llamado de agronegocio – no tiene condiciones de mejorar la vida de los trabajadores rurales y garantizar nuestra soberanía alimentaria.
El agronegocio:
1- No crea empleos y desemplea en la crisis. Paga bajos sueldos e irrespeta las leyes laborales, inclusive con la utilización de trabajo esclavo;
2- No produce alimentos para el pueblo brasileño;
3- Usa grandes extensiones de tierra para el monocultivo destinado a la exportación, deteriora el ambiente con el uso del monocultivo, como de soja, eucalipto, caña de azúcar y pecuaria intensiva, además del uso intensivo de agrotóxicos y de semillas transgénicas;
4- Empresas extranjeras pasan a controlar el territorio brasileño, por medio de la asociación con los latifundios improductivos, y se apropian de tierras que deberían ser destinadas a la Reforma Agraria.
Propuestas de la izquierda en la crisis
Participamos junto a las centrales sindicales, movimientos populares, entidades estudiantiles y pastorales sociales en la jornada del día 30 de marzo, cuando presentamos a la sociedad un programa mínimo contra la crisis. Defendemos medidas contra el desempleo, la reducción de los intereses, la reducción de la jornada de trabajo sin recorte de los sueldos, la adhesión de Brasil a la Convención 158 de la OIT (que prohíbe el despido sin causa justa), ampliación de los inversiones públicas en el área de educación y salud, preservación de los derechos laborales y la realización de la Reforma Agraria. Estamos participando en la construcción de un paro general de los trabajadores en junio. Participamos también en la campaña en defensa del petróleo, contra la privatización de nuestras riquezas naturales.
Sobre el gobierno Lula
1- No existe rompimiento ni respaldo. El gobierno está en deuda con el MST y necesita cumplir sus compromisos con la Reforma Agraria. Queremos avanzar en las negociaciones con el gobierno, que están trabadas, para garantizar el asentamiento de las familias acampadas y mejorías en los asentamientos que existen. El MST es un movimiento social autónomo. Nuestra relación con los gobiernos no es de respaldo u oposición. Eso son términos que la prensa utiliza. Nuestra tarea es luchar por la democratización de la tierra.
2- Evaluación del Gobierno Lula - El gobierno ha priorizado el modelo agroexportador, basado en la producción de monocultivo en latifundios para la exportación de soja, algodón y eucalipto para sustentar la policía económica neoliberal. La Reforma Agraria no avanzó y la concentración de la propiedad agraria está aumentando bajo el gobierno Lula. Los asentamientos realizados no afectaron el latifundio. La mayor parte de los asentamientos fue en proyectos antiguos, regularización agraria o en tierras públicas. La mayor parte de los asentamientos se concentra en la región de la Amazonia Legal, sin estructura para prosperar y distante de los principales mercados consumidores. No se cumplió el Plan Nacional de Reforma Agraria y ahora el gobierno no quiere determinar metas de asentamientos.
3- Sobre cambios en el Incra y MDA - No nos interesa debatir ningún nombre o cargo en el gobierno. Hacemos una crítica al programa de reforma agraria del gobierno, que es lento, no atiende las necesidades de los acampados y asentados y no representa los cambios que esperábamos. Queremos debatir un proyecto, una política para la agricultura y para la Reforma Agraria, que desconcentre la propiedad, distribuya renta, genere empleos y produzca alimentos. El gobierno no puede hacer lo contrario a esto, sustentando grandes empresas transnacionales que exportan productos y envían como lucros nuestras riquezas para el exterior.
(Traducción: Minga Informativa de Movimientos Sociales)
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