Lanzan proyecto maestro; se tienen examinadas 12 razas criollas del grano.
MILENIO 2009-03-31•Negocios
Con el lanzamiento del Proyecto Maestro de Maíces Mexicanos, productores nacionales de la semilla buscan protegerse de la contaminación con transgénicos, al elaborar una base de datos de especies nativas mexicanas, las cuales podrán monitorearse desde internet.
El secretario general de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), Carlos Salazar, detalló que con este programa, al menos se tienen plenamente identificadas y examinadas 12 razas criollas, aunque la variedad de especies alcanza 186.
Especies como Cacahuacintle, Olotón, Arrocillo, Azul y Rojillo, entre otras, señaladas a partir de las muestras que mantienen productores en el estado de Puebla, las cuales se destinan principalmente para el autoconsumo, serán protegidas. “Por primera vez en la historia de México, se reconoce su identidad como custodios del germoplasma de los maíces nacionales. El productor recibirá un pago por administrar su proyecto, así como asesoría técnica para la multiplicación y conservación de semilla y granos.
De igual forma, se fomenta la investigación para la identificación de las características que darán mayor valor económico en el mercado”, detalló. En opinión de Salazar, lo que realmente amenaza a las variedades criollas es la edad de los campesinos que las preservan, pues se carece de nuevas generaciones que cuiden y promuevan las semillas. “Organizaciones ambientalistas hablan de preservar este maíz, pero no tienen planes más allá de las declaraciones.
Ha habido mezclas con transgénicos desde que se inició la importación.
En la frontera no hay control; se cae o se lo roban de trenes. Si el gobierno quiere controlarlo, debe especificar zonas de origen donde no entre el maíz genéticamente modificado”, dijo. El proyecto tiene un costo de 65 millones de pesos para abarcar casi al ciento por ciento del estado de Puebla, aunque falta buscar más variedades en estados considerados centro de origen como Oaxaca, Tlaxcala y el Estado de México.
En el caso de maíz amarillo criollo, con base en agricultura por contrato, los campesinos han logrado vender sus cosechas hasta en 4 mil 500 pesos por tonelada, lo cual representa un buen ingreso, si se considera que casi todo el maíz de este color que se vende en el país proviene de la importación o del uso de semillas híbridas.
Así, se pretende que toda esta variedad de semillas se coloque en un banco de germoplasma de los agricultores y se evite el uso indiscriminado por parte de organizaciones privadas o del gobierno, quien hasta el momento no ha diseñado un buen control para tener el conocimiento de las semillas mexicanas.
México/Antonio Hernández
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