lunes, agosto 24, 2009

Nace la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional

La UNAM creó un espacio virtual en el que ofrece información de plantas curativas

Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Domingo 23 de agosto de 2009
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

Estafiate, bugambilia, gordolobo, epazote, árnica, manzanilla, sábila, ajo y nopal, pueden ser una receta para curar el empacho, la tos o un malestar estomacal, pero además forman parte del cuadro básico de plantas de la medicina tradicional mexicana que utilizan parteras, curanderos, yerberos y hueseros indígenas en su práctica cotidiana. Aunque las mexicanas son capaces de citar al menos 20 plantas medicinales de las más de cinco mil especies que existen en el país, no contaban con mayor información. A partir del 26 de agosto podrán acceder de manera pública y gratuita a la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, creada por la UNAM a través del Programa Universitario México, Nación Multicultural.
El espacio virtual que pondrá en línea el rector de la UNAM, José Narro, contiene un diccionario enciclopédico, un atlas de las plantas de la medicina tradicional, un mapa del país con 47 monografías sobre la medicina tradicional entre los 56 pueblos indígenas para el que se consultaron 2 mil terapeutas tradicionales y un segundo mapa con 33 monografías con la flora de esas regiones.

Obra de importancia
Carlos Zolla Luque, coordinador del proyecto junto con Arturo Argueta Villamar, reconoce que la Biblioteca Digital es muy básica pues su información proviene de los 11 volúmenes de la Biblioteca de la Medicina Mexicana que publicó el Instituto Nacional Indigenista a finales de los años 90 y que en el Programa Universitario México digitalizaron y organizaron para el formato electrónico. Sin embargo, es la única y más importante obra de obras de la medicina tradicional, que actualmente es reconocida como un recurso fundamental para la salud de millones de seres humanos.
Desde su concepción digital, en 2006, el proyecto ha llamado la atención de instituciones nacionales e internacionales, incluso la Universidad de Berkeley, California ya ha comenzado a trabajar en una versión en inglés. El impulsor del proyecto que reúne información de más de mil plantas medicinales, 45 tipos de hongos y más de 54 mil asociaciones o vínculos, 33 floras, mil 100 definiciones en el diccionario -30 de ellas bilingües- realizadas por los propios pueblos indígenas, asegura que es la primera biblioteca digital en su tipo en México y América Latina y que países como Bolivia, Guatemala, Chile y Nicaragua se han acercado a la UNAM para tratar el intercambio de información.
La Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana no sólo ofrece datos de las plantas medicinales, va más allá, brinda información sobre seis rubros importantes: demandas de atención de la medicina tradicional mexicana; métodos y formas que utilizan los médicos tradicionales para diagnosticar y tratar; recursos materiales y simbólicos -donde ocupan un lugar principal las plantas medicinales-; principales conceptos de la medicina tradicional; y el cuerpo humano visto por los distintos pueblos indígenas.
El proyecto que tuvo un costo aproximado de tres millones de pesos, pondrá a disposición de los cibernautas un sistema de conceptos, creencias, prácticas y recursos materiales y simbólicos de la medicina tradicional mexicana.

Patrimonio tangible
Carlos Zolla asegura que esta medicina es un componente esencial del patrimonio tangible e intangible de las culturas de México y el mundo, además de ser un acervo de información, recursos y prácticas para el bienestar de sociedades. Zolla Luque señala que entre las actualizaciones inmediatas que le harán a la Biblioteca Digital está la incorporación de imágenes de las mil plantas medicinales del cuadro básico.
Hasta el momento han reunido 647 fotografías con apoyo del Jardín Botánico de Plantas Medicinales de Cuernavaca que cuenta con una gran colección que ya han puesto a disposición del Programa Universitario México, Nación Multicultural.
De momento, las únicas ilustraciones con las que se pondrá en línea la biblioteca, son las 33 floras que dibujaron los curanderos y médicos de los 56 pueblos indígenas consultados; así como una serie de cuadros que el pintor Francisco Toledo les permitió reproducir, tanto en los 11 volúmenes que imprimieron hace más de 10 años y que están agotados y ahora en las láminas introductorias de la Biblioteca Digital. “Tenemos que actualizar la biblioteca, por eso el programa de computo que hizo la Dirección General de Servicios de Computo Académico de la UNAM, tiene un espacio para que en el futuro incorporemos dos secciones: una vinculada a las legislaciones estatales, nacionales e internacionales; y otra sobre la diferenciación que hace la Organización Mundial de la Salud entre las medicinas tradicionales y las medicinas alternativas y complementarias”, señala Zolla Luque.

Otras de las actualizaciones previstas es poner al día los datos demográficos que datan del censo de 1990; incorporar la nueva información y muchas otras plantas medicinales, para lo cual conformarán un comité técnico de investigadores y de estudiosos. La Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana tiene ocho entradas de navegación o formas de consulta: a través de tres índices: alfabético, temático y de pueblos indígenas; mediante la ventaba de búsqueda abierta; y accediendo por las cuatro grandes obras en las que dividieron los volúmenes publicados por el INI.

La búsqueda
Para esta ultima parte se utilizan cuatro colores distintivos: las palabras del Diccionario Enciclopédico de la Medicina Tradicional Mexicana (dos tomos) están en color azul; La Medicina tradicional de los pueblos indígenas (tres tomos) en color rojo -usa un mapa del país y un listado de los 56 pueblos consultados-; el Atlas de las plantas de la medicina tradicional mexicana (tres tomos) está en verde; y la Flora medicinal indígena en México (tres tomos), de color naranja. La Biblioteca Digital contiene tal información que si el usuario busca una planta, por ejemplo epazote, aparece la descripción, la sinonimia científica y la popular; la botánica y ecología, la etnobotánica y antropología, la historia, la química, la farmacología, los principios activos, la toxicidad -si es que hay- y la bibliografía consultada para cada tema; pero además, todos los artículos que están relacionados con el epazote.
La biblioteca que contó con apoyo financiero de la Fundación Landsteiner, también brinda una breve historia y localización geográfica del pueblo o la región donde se trabajaron las plantas medicinales, los nombres de las lenguas de los pueblos, aspectos relevantes de la medicina tradicional, conceptos, recursos materiales, así como procedimientos y métodos de diagnóstico. Carlos Zolla Luque asegura que la Biblioteca Digital es un gran avance; por vez primera se conjunta la información en formato electrónico, pero también se suma a la historia escrita. “La gran ventaja de la medicina de los chinos y los indios es que ellos tienen una medicina con una tradición escrita en grandes enciclopedias de más de dos mil años, mientras que nosotros, fundamentalmente tuvimos que hacer recuperación de información oral, aunque algunas plantas tienen referencias desde el siglo XVI”.

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