30 de abril 2010
Los Rikbaktsa – una comunidad indígena que abarca 34 pueblos y 400.000 hectáreas en el estado de Mato Grosso, en el nordeste brasileño – están extrayendo látex de árboles de caucho y perciben un ingreso fijo. La extracción de látex había sido una práctica común en su comunidad por más de siete décadas, pero ante la disminución de compradores y un aumento de la competencia internacional, tuvieron que abandonar su práctica ecológica hace más de 20 años. Gracias a una alianza entre el gobierno del Mato Grosso, Michelin (compañía internacional de neumáticos) y el PNUD, en los últimos dos años los Rikbaktsa han retomado la extracción de látex. Esta actividad económica también previene que los miembros más jóvenes de la comunidad dejen sus pueblos para trabajar en las granjas vecinas.
Carlos Castro, al frente de la Unidad de Medio Ambiente del PNUD en Brasil, explicó que el uso sostenible del bosque en estas reservas indígenas también es fundamental para prevenir la explotación forestal y otras prácticas destructivas. “Nuestra estrategia es apoyar las actividades económicas de los pueblos indígenas al mismo tiempo que promovemos una producción ecológica que ayuda a mantener algunos de los más diversos bosques del mundo,” dijo Castro. “Esto significa que en una región que ha tenido los niveles más altos de deforestación en Brasil en los últimos 10 años – donde los árboles autóctonos de caucho podrían haber sido cortados o quemados sin aún haber sido explorados– los pueblos indígenas ahora están produciendo látex de alta calidad. Y los recursos genéticos que se mantuvieron intactos constituyen un bien invalorable para el planeta.”
El proyecto Conservación y uso sostenible de la diversidad biológica forestal en el noroeste del Mato Grosso, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Global, brinda capacitación a la comunidad Rikbaktsa para mejorar la calidad del látex y así satisfacer mejor las necesidades del mercado. La Asociación de los Pueblos Indígenas de Rikbaktsa está administrando el uso de sus propias tierras, buscando un tipo de desarrollo económico que respete sus tradiciones – y el medio ambiente. Cerca de 200 familias se han beneficiado en los últimos dos años. Con el equipo proporcionado y las sesiones de capacitación, los pueblos indígenas ahora están extrayendo látex de 20.000 árboles autóctonos.
Rikbaktsa que inaugura el comienzo de una sesión de capacitación sobre control de calidad del látex.
De los bosques a la industria automotriz
La Asociación de Rikbaksta solicitó el apoyo del PNUD Brasil para iniciar negociaciones con Michelin. Mediante un acuerdo entre los Rikbaksta, Michelin y la Fundación Nacional para los Pueblos Indígenas (FUNAI, como se conoce en Brasil), la compañía internacional de neumáticos compra toda la producción de látex de los Rikbaktsa, y paga 30 por ciento más que el precio del mercado, siempre que el látex cumpla con los requisitos de calidad de la compañía. Para alcanzar los estándares deseados, Michelin también dona material, brinda sesiones de capacitación y ayuda a las comunidad a adquirir prácticas de control de calidad, incluso en los depósitos de látex – lo cual es parte crucial del proceso de producción.
En la actualidad, los Rikbaktsa están extrayendo 10 toneladas de látex al año, y la producción debería aumentar a 15 toneladas anuales. Los ingresos de las familias indígenas también aumentaron: de R$ 800 (alrededor de US$460) en 2008, ahora llegan a aproximadamente R$1500 (alrededor de $860) mensuales.
“Es una situación en la que todos ganan,” agregó Castro. “Según Michelin, la calidad del látex de estos árboles autóctonos es mejor que la de los árboles sembrados – aún en la misma zona. Además, todo se hace en una forma que promueve el desarrollo económico, conserva los recursos genéticos naturales y protege la diversidad cultural y social de los pueblos indígenas. Como no se quemaron o cortaron más árboles, el dióxido de carbono se mantuvo en los bosques sin fugarse a la atmósfera.”
Antes de extraer el látex, los Rikbaktsa se dedicaban a cosechar y vender nueces de Brasil, pero no podían trabajar durante los períodos de sequía.
”Estas cosechas son periódicas, por lo tanto siempre estábamos buscando otras actividades para generar ingresos," dijo Paulo Skiripi, Presidente de la Asociación de los Pueblos Indígenas de Rikbaktsa. "Cuando se terminaba la estación de las nueces, la mayoría de nuestros miembros más jóvenes iban a trabajar en las granjas vecinas. Algunos nunca volvían. Ahora, pueden quedarse con nosotros, extrayendo látex.”
Skiripi agregó que su mayor preocupación es retener a los jóvenes en el pueblo, “cerca de la familia, cerca de su cultura y de su lengua. Hoy, nuestra gente está diseminada por pueblos grandes y pequeños, todos muy lejos unos de otros. Creo que la extracción de látex ayudará a expandir los pueblos Rikbaktsa, ayudando también a mantener y proteger nuestras tierras."
El proyecto está extendiendo la extracción de látex a dos territorios indígenas vecinos. Otros pueblos indígenas, como los Arara y Cinta Larga, también han demostrado interés en formar parte de la iniciativa.
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