¿Qué está haciendo el Banco Mundial?
Boletín del Banco Mundial (9 de diciembre de 2009)
En respuesta a la gravedad de la crisis de los alimentos y la necesidad de una acción pronta, el Grupo del Banco creó el Programa para hacer frente a la crisis mundial de alimentos en mayo de 2008, a fin de proporcionar alivio inmediato a países muy afectados por el aumento del precio de los alimentos. La respuesta del Banco se ha preparado en coordinación con el Equipo de Tareas de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Crisis Mundial de la Seguridad Alimentaria. En virtud de su respuesta, el Banco está respaldando la aplicación del Marco amplio conjunto para la acción (MAA).
El Grupo del Banco Mundial aumentó el Programa para hacer frente a la crisis mundial de los alimentos (GFRP, por sus siglas en inglés) a US$2.000 millones en abril de 2009 para brindar alivio inmediato a países muy afectados por el aumento del precio de los alimentos. El GFRP se creó en mayo de 2008 para mitigar la amenaza que el aumento del precio de los alimentos y de los costos de la producción y comercialización agrícolas plantean para la subsistencia de los pobres del mundo. El dinero se usa para alimentar a niños pobres y otros grupos vulnerables, proporcionar suplementos nutricionales a mujeres embarazadas, madres lactantes, recién nacidos y niños pequeños, afrontar los gastos adicionales de las importaciones de alimentos o la compra de semillas para la nueva temporada.
Hasta el 9 de diciembre de 2009, en el marco del GFRP se habían desembolsado US$1.167 millones, de los US$1.195,4 millones aprobados para 35 países, mientras se habían asignado otros US$28,4 millones para programas en cuatro naciones.
En virtud del GFRP se desembolsaron fondos para Afganistán (US$8 millones), Bangladesh (US$130 millones), Benín (US$9 millones), Burundi (US$10 millones), Camboya (US$5 millones), República Centroafricana (US$7 millones), Comoros (US$1 millón), Djibouti (US$5 millones), Etiopía (US$275 millones), Guinea (US$10 millones), Guinea-Bissau (US$5 millones), Haití (US$10 millones, $5 millones), Honduras (US$10 millones), Kenya (US$50 millones, $5 millones), República Kirguisa (US$10 millones), Laos (US$3 millones), Liberia (US$10 millones), Madagascar ($10 millones, $12 millones), Malí (US$5 millones), Moldova (US$7 millones), Mozambique (US$20 millones), Nicaragua (US$7 millones), Nepal (US$36 millones), Níger (US$7 millones), Filipinas (US$200 millones), Rwanda (US$10 millones), Senegal (US$10 millones), Sierra Leona (US$10 millones), Somalia (US$7 millones), Sudán meridional (US$5 millones), Tanzanía (US$220 millones), Tayikistán (US$9 millones), Togo (US$7 millones), Yemen (US$10 millones), y la Ribera Occidental y Gaza (US$5 millones).
El financiamiento en forma de donaciones se aportó también mediante varios fondos fiduciarios financiados desde el exterior, en respaldo de todo el espectro de intervenciones disponibles en el marco del GFRP. Un fondo fiduciario de múltiples donantes, que recibió una contribución de AU$50 millones del gobierno australiano durante el otoño de 2008, asignó fondos para operaciones en Senegal, Camboya, las islas del Pacífico, Vietnam, Zimbabwe y Sierra Leona. La Federación de Rusia también asignó US$15 millones destinados a la República Kirguisa y a Tayikistán, a través del Fondo fiduciario ruso de respuesta rápida a la crisis de precios de los alimentos, que entró en operaciones en abril de 2009. La Comisión Europea asignó EUR48,5 millones a proyectos en Etiopía, Gambia, Guinea-Bissau y Kenya y prometió otros EUR62,3 millones destinados a proyectos en Honduras, Mali, Benín, la República Kirguisa, Laos y Yemen.
En agosto de 2009 se aprobaron operaciones financiadas por el fondo fiduciario de múltiples donantes para Camboya (US$8 millones), Senegal (US$8 millones) y Zimbabwe (US$7 millones) y se aprobaron US$6,25 millones para Tayikistán, financiados por el fondo fiduciario de Rusia. Aumento del financiamiento total para la agricultura a US$12.000 millones en los dos próximos años, en comparación con US$4.000 millones en 2008, según se anunció en abril de 2009. Ello comprende la casi duplicación de financiamiento para África, de US$450 millones a US$800 millones y para América Latina, de US$250 a US$400 millones, y el respaldo por valor de más de US$1.000 millones en proyectos nuevos que para la agricultura y el desarrollo rural en Asia meridional.
La IFC invirtió más de US$1.400 millones en el ejercicio de 2008 en las cadenas de suministro de la agroindustria. Más del 40% de sus proyectos fueron para países que sólo pueden recibir financiamiento de la AIF, y las inversiones en África al sur del Sahara llegaron a ser de US$116 millones. En cuanto al ejercicio de 2009, a febrero del 2009, la IFC ha invertido US$893 millones, y las inversiones en África ascendieron a US$109 millones para fines de distribución y almacenaje, molienda de granos, rehabilitación de plantaciones y financiamiento del comercio internacional.
Triplicación de las inversiones en las redes de protección y otros programas de protección social en materia de salud y educación, al nivel de US$12.000 millones en los dos próximos años, como se anunció en abril de 2009. Creación de un Mecanismo de apoyo al financiamiento agrícola para ampliar el financiamiento rural mediante una contribución de US$20 millones de la Fundación Bill y Melinda Gates, de acuerdo con el anuncio de junio de 2009. El Mecanismo mejorará el acceso a los servicios financieros, como el ahorro, el crédito, los pagos y los seguros.
Trabajar para ayudar a los países a crear productos de seguro del mercado financiero y estrategias de gestión de riesgos para asegurar el aumento de la capacidad para responder a aumentos futuros de precios, como los instrumentos derivados relacionados con los acontecimientos atmosféricos y el seguro de cultivos.
En septiembre de 2008, Malawi se convirtió en uno de los primeros países en hacer uso del nuevo instrumento derivado del Banco relacionado con los acontecimientos atmosféricos. Los instrumentos derivados relacionados con los acontecimientos atmosféricos y basados en índices contribuyen a transferir los riesgos a los mercados financieros. Los pagos deben efectuarse ante el acaecimiento de fenómenos climáticos adversos según condiciones especificadas previamente.
El Banco también está respaldando iniciativas de seguro basadas en índices contra acontecimientos atmosféricos en Tailandia, Bangladesh, Senegal, Burkina Faso, Kenya, Jamaica y posiblemente Fiji.
En Indonesia, el Banco y la IFC están llevando a cabo un estudio de factibilidad de un proyecto piloto de seguro de cultivos para pequeños agricultores que se dedican al cultivo de maíz.
Integración de las estrategias de gestión de riesgos agrícolas a nivel nacional en las nuevas operaciones para países en Marruecos, Malawi, Mozambique, Haití, Belice, Granada y Jamaica.
Participar en el diálogo sobre políticas con más 40 países para ayudarlos a abordar la crisis.
A través de la Secretaría del Equipo de Tareas de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la crisis mundial de la seguridad alimentaria (HLTF), el Banco está colaborando a través de los mecanismos de coordinación a nivel de los países y las iniciativas regionales existentes, como el Programa integral de desarrollo agrícola de África, para identificar las oportunidades y restricciones relativas a la aplicación del MAA en el terreno. Se centra la atención en 27 países menos adelantados y más vulnerables, 22 de los cuales están recibiendo apoyo a través del GFRP del Banco.
Hechos y números relativos a la crisis de los alimentos
1.100 millones de personas subsistían con menos de US$1 al día y 923 millones estaban desnutridas, aún antes de producirse las crisis de los alimentos y los combustibles y la crisis financiera.
Se mantiene la volatilidad del precio de los alimentos. Los precios locales de los alimentos en muchos países no han bajado, aunque los precios internacionales de los alimentos sí lo han hecho. Si bien ha bajado en comparación con sus niveles máximos de 2008, el precio de los principales cereales alimentarios se mantiene por encima del promedio.
El maíz es el 50% más caro que su precio promedio del período 2003- 06, en tanto que el precio del arroz es 100% más alto.
Cuando el precio de los alimentos es alto, los pobres comen menos o bien sustituyen los alimentos por otros más baratos y de menor calidad o se abstienen de gastar en salud y educación.
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