Por José Adán Silva
Nicaragua intenta revertir la pérdida de recursos hídricos con una masiva plantación de árboles, necesarios para captar la lluvia en áreas de recarga de ríos y lagunas.
MANAGUA, 13 ago (Tierramérica).- El gobierno de Nicaragua lanzó una campaña nacional para reforestar 60 mil hectáreas anuales de bosques y recuperar 18 ríos perdidos por la tala descontrolada de los últimos años.
La Campaña Nacional de Reforestación se lanzó oficialmente en junio y comenzó en julio en varios municipios de Managua, principalmente en las riberas de lagunas y ríos contaminados por basura y aguas servidas de la capital.
La meta de reforestar 60 mil hectáreas por año se extenderá hasta 2012 y contará con la ayuda de alcaldías, estudiantes de primaria y secundaria, voluntarios ambientalistas, miembros de la policía y del ejército de Nicaragua, explicó William Schwartz, director del estatal Instituto Nacional Forestal (Inafor).
Más de 210 especies se plantarán según zona, clima y tipo de suelo, señaló la Oficina de Fomento Municipal del Inafor. Por ejemplo, en el norte, más frío, se siembran pinares, y en el centro, más cálido, árboles latifoliados.
La "cruzada verde" se hará con el presupuesto asignado este año al Inafor, de unos ocho millones de dólares.
Cuenta con el respaldo pleno del presidente Daniel Ortega y con la cooperación de los ministerios de Agricultura y Ganadería, y de Ambiente y Recursos Naturales, el Instituto de Desarrollo Rural y la Comisión del Medio Ambiente de la Asamblea Nacional, señaló Schwartz.
Hasta agosto, la cifra de árboles plantados supera los 300 mil en la franja del Pacífico y centro de Nicaragua, según datos de la Oficina de Fomento Forestal.
Mario García, técnico de esa oficina, dijo que las zonas prioritarias son las nacientes de 18 ríos desaparecidos entre los occidentales departamentos de León, Chinandega, Matagalpa, Estelí y Jinotega.
Los bosques juegan un papel crucial en las zonas de recarga hídrica de ríos y lagos, pues captan la lluvia y la infiltran a napas subterráneas y acuíferos que alimentan los cuerpos superficiales de agua.
"Sembrar un árbol sólo por sembrarlo no es beneficioso si no va acompañado de otro propósito, como rescatar las fuentes de agua que tanto necesita la población nicaragüense", explicó García.
El funcionario detalló que esta campaña incluye otra, educativa, para que campesinos y ganaderos cambien sus métodos tradicionales de quema de bosques y riego de plantaciones por sistemas más sustentables.
El ecologista independiente Kamilo Lara dijo a Tierramérica que, aunque la cruzada es elogiable, el éxito dependerá del respaldo que el gobierno logre obtener de las 153 alcaldías del país, 58 de las cuales pertenecen a candidatos del opositor Partido Liberal Constitucionalista.
"Las alcaldías son un buen gancho para la efectividad de las campañas, pero si no se hace directamente con las comunidades, la campaña no va a obtener los resultados deseados", comentó Lara.
Según datos del Ministerio del Ambiente, en 1950 existían aproximadamente ocho millones de hectáreas de bosques en el territorio nacional. Actualmente la cobertura boscosa desciende a tres millones de hectáreas y baja cada año.
La cruzada nacional de reforestación "es una carrera contra el tiempo", advirtió Schwartz.
Según estadísticas del gobierno, cada año se talan de manera ilegal cerca de 70 mil hectáreas de bosques. "A ese ritmo, si no se busca cómo frenar esta actividad, en 40 años Nicaragua estará convertida en un desierto", advirtió Schwartz.
El presidente Ortega ordenó que el ejército aumente la vigilancia en carreteras que llegan a las zonas boscosas, principalmente de las áreas protegidas de Bosawa (norte) y de la Reserva Biológica Indio Maíz (sur). Según el mandatario, en esas zonas operan bandas de traficantes de maderas preciosas que las cortan y trasiegan ilegalmente dentro de Honduras y a Costa Rica.
En junio de 2006 el gobierno decretó una Ley de Veda Forestal para detener por 10 años la comercialización de cedro (Cedrela odorata), pochote (Bombacopsis quinata), pino (Pinaceae), mangle (Rhizophoraceae) y ceibo (Erythrina crista-galli).
El experto en manejo de recursos naturales Guillermo Bendaña García expresó a Tierramérica que la advertencia de Schwartz sobre el futuro "no es extremista" y "se encuentra más cerca de la realidad de lo que imaginamos".
Bendaña, autor del libro "Problemas ecológicos globales: ¿El principio del fin de la especie humana?", señaló que el ritmo de destrucción ambiental en América Central podría dejar sin agua al istmo en menos de 30 años.
Un control forestal independiente realizado entre agosto de 2006 y marzo de 2007 por la empresa Global Witness, sostiene que en Nicaragua se pierden entre 70 mil y 180 mil hectáreas de bosque cada año y con ello se deteriora el acceso a las fuentes de agua de consumo humano.
El Informe de Desarrollo Humano 2007, presentado en junio por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), establece que más de 70 por ciento de los 5,1 millones de nicaragüenses carecen de agua potable.
* El autor es colaborador de IPS.
martes, agosto 28, 2007
Satélites revelan caída de tala amazónica en Perú
Por Stephen Leahy
La deforestación peruana, intensa en las áreas cercanas a carreteras y explotaciones minerales, ha tenido escaso impacto en las selvas protegidas, afirman investigadores.
TORONTO, 13 ago (Tierramérica).- Las políticas de conservación de selvas redujeron el ritmo de la deforestación en la Amazonia peruana, afirma un nuevo estudio basado en detección satelital de alta precisión.
Aunque los bosques amazónicos de Brasil son los que concitan la mayor parte de la atención internacional, los 661 mil kilómetros cuadrados de selvas peruanas son reconocidos como un ecosistema único.
Pero los impactos de la actividad humana en toda la región han sido mal comprendidos hasta un estudio publicado el viernes 10 en la revista científica Science.
"Las reservas forestales y las áreas de conservación de Perú parecen estar funcionando bien", dijo Greg Asner, director del estadounidense Observatorio Aéreo de la Carnegie Institution of Washington, con sede en California.
La deforestación y otras alteraciones de las zonas boscosas --tala selectiva, exploración petrolera y minería-- aumentaron en un promedio de 127 mil 700 hectáreas por año entre 1999 y 2005. Pero apenas dos por ciento tuvo lugar en áreas protegidas, según el estudio de Asner y sus colegas.
En cambio, los cuatro millones de kilómetros cuadrados de la Amazonia brasileña pierden entre dos y 2,4 millones de hectáreas por año, y aproximadamente 10 por ciento de ellas están en áreas protegidas.
Las razones de la menor pérdida forestal peruana serían el aislamiento de las selvas y las políticas más eficaces en el uso de la tierra, dijo Asner a Tierramérica. Perú implementó hace mucho tiempo un sistema de permisos de tala, régimen que es muy reciente en Brasil, señaló.
Mediante un sistema satelital de detección de alteraciones forestales diseñado para medir la pérdida boscosa en Brasil, sumado a trabajo de campo, el estudio encontró que 86 por ciento de todas las pérdidas forestales se concentran en dos lugares: la zona maderera de Pucallpa, en el oriental departamento de Ucayali, y a lo largo de su red de carreteras.
Las imágenes revelan una gran "filtración" de la tala desde las áreas autorizadas hacia los bosques cercanos, señaló. Aunque es difícil saber con precisión qué está ocurriendo, Asner sospecha que cuando se permite deforestar una zona, los concesionarios u otros actores cortan también los árboles circundantes.
La investigación muestra también que la deforestación se debe a la construcción de la Autopista Interoceánica, directamente vinculada a 23 por ciento de los daños totales.
Quienes talan buscan árboles valiosos, como la caoba (Swietenia macrophylla) que todavía se encuentran en cantidades importantes en la Amazonia peruana, dijo David Hill, activista de la organización no gubernamental Survival, con sede en Gran Bretaña.
"El 'lavado' de árboles ilegales continúa. Se pretende de la caoba es talada dentro de las concesiones legales, cuando en realidad procede de fuera de ellas", dijo Hill a Tierramérica.
"Las concesiones de terrenos para tala legal facilitan las extracciones ilegales", agregó.
Hill tiene dudas de que los territorios indígenas concentren apenas 11 por ciento de las alteraciones forestales, como señala el estudio de Asner.
"Hay tala ilegal en cuatro de las cinco reservas autóctonas" de comunidades en aislamiento voluntario, dijo.
Estas tribus indígenas se niegan a mantener contacto con el mundo exterior. A menudo, un resfriado o una gripe resultan fatales para ellas, porque no han estado previamente expuestas a estas enfermedades. Los leñadores furtivos llevaron esos males a la comunidad nahua en los años 80, y más de la mitad de sus integrantes fallecieron, recordó Hill.
Aunque la tala es la amenaza más urgente para los pueblos aislados, la exploración petrolera y gasífera también son un problema significativo. El mes pasado, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana reclamó ante los tribunales la prohibición de la actividad petrolera en las áreas de la Amazonia habitadas por estas tribus.
Los indígenas obtendrían un gran avance si lograran derechos legales de propiedad sobre sus tierras, opinó Hill.
Pero mantener a raya a las industrias extractivas es un enorme desafío para cualquier país. Brasil quiso seguir ese camino durante décadas, sin mucho éxito.
"La tala es una industria multimillonaria en Brasil, y 80 por ciento es ilegal, según el gobierno", dijo el especialista en selvas Bill Laurance, del estadounidense Instituto de Investigaciones Tropicales del Smithsonian, con sede en Panamá.
La deforestación cayó en los últimos dos años por la baja en el precio internacional de la soja y la carne vacuna, así como por una ofensiva contra la tala ilegal, declaró Laurance a Tierramérica.
Esa ofensiva sobrevino luego del asesinato, en 2005, de la monja estadounidense Dorothy Stang, que apoyaba a campesinos opuestos a la tala en el norteño estado brasileño de Pará.
Fueron arrestadas más de 100 personas de una red multimillonaria de tala ilegal, entre ellas 40 que trabajaban para Ibama, la agencia federal brasileña de aplicación de la ley ambiental, recordó Laurance.
Pero "incluso Canadá y Estados Unidos tienen problemas para hacer respetar sus leyes sobre tala en áreas remotas", agregó.
Detener la deforestación en la Amazonia es un enorme desafío. El surgimiento de un mercado del carbono ofrece esperanzas reales, si un país como Brasil puede obtener pagos por no talar árboles y reducir por tanto la emisión de ese gas de efecto invernadero, dijo.
Brasil es el cuarto mayor emisor de gases invernadero por deforestación. Hace poco, el Banco Mundial anunció un fondo piloto de 250 millones de dólares para pagar a países tropicales por preservar sus bosques.
Evitar la deforestación es una manera barata y simple de mitigar el cambio climático, y genera beneficios que incluyen la preservación de los servicios ambientales y la biodiversidad.
Para que funcione ese sistema de compensaciones son cruciales los métodos de medición de bosques y de talas, y el equipo de Asner tiene la tecnología apropiada, dijo Laurance.
Datos satelitales y análisis realizados por el grupo ya habían revelado mayores proporciones de la deforestación en Brasil. Y aunque las regiones selváticas de Perú suelen estar cubiertas de nubes, las nuevas técnicas y supercomputadoras aportan soluciones.
Para 2008, funcionarios del gobierno, académicos y organizaciones no gubernamentales de Perú podrán actualizar el análisis de los cambios forestales desde computadoras personales, gracias a un plan de capacitación y a una versión comprimida del programa utilizado por Asner y su equipo.
El investigador cree que el programa puede ser adaptado a cualquier país tropical y lo presentará en la próxima fase de negociaciones del Protocolo de Kyoto sobre cambio climático, que se celebrará en diciembre en Indonesia.
"El estudio de Perú muestra que tenemos una herramienta definitiva para detectar la deforestación y el cambio", dijo Asner.
* El autor es corresponsal de IPS.
La deforestación peruana, intensa en las áreas cercanas a carreteras y explotaciones minerales, ha tenido escaso impacto en las selvas protegidas, afirman investigadores.
TORONTO, 13 ago (Tierramérica).- Las políticas de conservación de selvas redujeron el ritmo de la deforestación en la Amazonia peruana, afirma un nuevo estudio basado en detección satelital de alta precisión.
Aunque los bosques amazónicos de Brasil son los que concitan la mayor parte de la atención internacional, los 661 mil kilómetros cuadrados de selvas peruanas son reconocidos como un ecosistema único.
Pero los impactos de la actividad humana en toda la región han sido mal comprendidos hasta un estudio publicado el viernes 10 en la revista científica Science.
"Las reservas forestales y las áreas de conservación de Perú parecen estar funcionando bien", dijo Greg Asner, director del estadounidense Observatorio Aéreo de la Carnegie Institution of Washington, con sede en California.
La deforestación y otras alteraciones de las zonas boscosas --tala selectiva, exploración petrolera y minería-- aumentaron en un promedio de 127 mil 700 hectáreas por año entre 1999 y 2005. Pero apenas dos por ciento tuvo lugar en áreas protegidas, según el estudio de Asner y sus colegas.
En cambio, los cuatro millones de kilómetros cuadrados de la Amazonia brasileña pierden entre dos y 2,4 millones de hectáreas por año, y aproximadamente 10 por ciento de ellas están en áreas protegidas.
Las razones de la menor pérdida forestal peruana serían el aislamiento de las selvas y las políticas más eficaces en el uso de la tierra, dijo Asner a Tierramérica. Perú implementó hace mucho tiempo un sistema de permisos de tala, régimen que es muy reciente en Brasil, señaló.
Mediante un sistema satelital de detección de alteraciones forestales diseñado para medir la pérdida boscosa en Brasil, sumado a trabajo de campo, el estudio encontró que 86 por ciento de todas las pérdidas forestales se concentran en dos lugares: la zona maderera de Pucallpa, en el oriental departamento de Ucayali, y a lo largo de su red de carreteras.
Las imágenes revelan una gran "filtración" de la tala desde las áreas autorizadas hacia los bosques cercanos, señaló. Aunque es difícil saber con precisión qué está ocurriendo, Asner sospecha que cuando se permite deforestar una zona, los concesionarios u otros actores cortan también los árboles circundantes.
La investigación muestra también que la deforestación se debe a la construcción de la Autopista Interoceánica, directamente vinculada a 23 por ciento de los daños totales.
Quienes talan buscan árboles valiosos, como la caoba (Swietenia macrophylla) que todavía se encuentran en cantidades importantes en la Amazonia peruana, dijo David Hill, activista de la organización no gubernamental Survival, con sede en Gran Bretaña.
"El 'lavado' de árboles ilegales continúa. Se pretende de la caoba es talada dentro de las concesiones legales, cuando en realidad procede de fuera de ellas", dijo Hill a Tierramérica.
"Las concesiones de terrenos para tala legal facilitan las extracciones ilegales", agregó.
Hill tiene dudas de que los territorios indígenas concentren apenas 11 por ciento de las alteraciones forestales, como señala el estudio de Asner.
"Hay tala ilegal en cuatro de las cinco reservas autóctonas" de comunidades en aislamiento voluntario, dijo.
Estas tribus indígenas se niegan a mantener contacto con el mundo exterior. A menudo, un resfriado o una gripe resultan fatales para ellas, porque no han estado previamente expuestas a estas enfermedades. Los leñadores furtivos llevaron esos males a la comunidad nahua en los años 80, y más de la mitad de sus integrantes fallecieron, recordó Hill.
Aunque la tala es la amenaza más urgente para los pueblos aislados, la exploración petrolera y gasífera también son un problema significativo. El mes pasado, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana reclamó ante los tribunales la prohibición de la actividad petrolera en las áreas de la Amazonia habitadas por estas tribus.
Los indígenas obtendrían un gran avance si lograran derechos legales de propiedad sobre sus tierras, opinó Hill.
Pero mantener a raya a las industrias extractivas es un enorme desafío para cualquier país. Brasil quiso seguir ese camino durante décadas, sin mucho éxito.
"La tala es una industria multimillonaria en Brasil, y 80 por ciento es ilegal, según el gobierno", dijo el especialista en selvas Bill Laurance, del estadounidense Instituto de Investigaciones Tropicales del Smithsonian, con sede en Panamá.
La deforestación cayó en los últimos dos años por la baja en el precio internacional de la soja y la carne vacuna, así como por una ofensiva contra la tala ilegal, declaró Laurance a Tierramérica.
Esa ofensiva sobrevino luego del asesinato, en 2005, de la monja estadounidense Dorothy Stang, que apoyaba a campesinos opuestos a la tala en el norteño estado brasileño de Pará.
Fueron arrestadas más de 100 personas de una red multimillonaria de tala ilegal, entre ellas 40 que trabajaban para Ibama, la agencia federal brasileña de aplicación de la ley ambiental, recordó Laurance.
Pero "incluso Canadá y Estados Unidos tienen problemas para hacer respetar sus leyes sobre tala en áreas remotas", agregó.
Detener la deforestación en la Amazonia es un enorme desafío. El surgimiento de un mercado del carbono ofrece esperanzas reales, si un país como Brasil puede obtener pagos por no talar árboles y reducir por tanto la emisión de ese gas de efecto invernadero, dijo.
Brasil es el cuarto mayor emisor de gases invernadero por deforestación. Hace poco, el Banco Mundial anunció un fondo piloto de 250 millones de dólares para pagar a países tropicales por preservar sus bosques.
Evitar la deforestación es una manera barata y simple de mitigar el cambio climático, y genera beneficios que incluyen la preservación de los servicios ambientales y la biodiversidad.
Para que funcione ese sistema de compensaciones son cruciales los métodos de medición de bosques y de talas, y el equipo de Asner tiene la tecnología apropiada, dijo Laurance.
Datos satelitales y análisis realizados por el grupo ya habían revelado mayores proporciones de la deforestación en Brasil. Y aunque las regiones selváticas de Perú suelen estar cubiertas de nubes, las nuevas técnicas y supercomputadoras aportan soluciones.
Para 2008, funcionarios del gobierno, académicos y organizaciones no gubernamentales de Perú podrán actualizar el análisis de los cambios forestales desde computadoras personales, gracias a un plan de capacitación y a una versión comprimida del programa utilizado por Asner y su equipo.
El investigador cree que el programa puede ser adaptado a cualquier país tropical y lo presentará en la próxima fase de negociaciones del Protocolo de Kyoto sobre cambio climático, que se celebrará en diciembre en Indonesia.
"El estudio de Perú muestra que tenemos una herramienta definitiva para detectar la deforestación y el cambio", dijo Asner.
* El autor es corresponsal de IPS.
Reuniones en Winnipeg para fomentar la participación de comunidades indígenas en el trabajo de la CCA
Energía renovable y contaminantes y salud, los temas de la agenda
Reuniones en Winnipeg para fomentar la participación de comunidades indígenas en el trabajo de la CCA
Energía renovable y contaminantes y salud, los temas de la agenda
Montreal, a 13 de agosto de 2007. Lograr la participación de las comunidades indígenas de América del Norte a fin de conocer y analizar sus prioridades ambientales será el objetivo de dos reuniones públicas y una sesión de redes que se celebrarán en Winnipeg, Manitoba, del 24 al 26 de septiembre de 2007. Entre los principales temas que se abordarán destacan los de energía renovable y contaminantes y salud.
Organizadas por el Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) y el Comité Consultivo Público Conjunto (CCPC), las reuniones se llevarán a cabo a lo largo de tres días:
* Día 1: Foro de Comunidades Indígenas de América del Norte sobre Energía Renovable. Los temas incluirán costos de la energía y el acceso a ésta; alianzas y financiamiento para proyectos de energía; elaboración de proyectos de energía renovable, y desarrollo de la capacidad en el área energética mediante el intercambio de información.
* Día 2: Comunidades indígenas de América del Norte, contaminantes y salud: intercambio de experiencias; de la identificación a la resolución de problemas. En esta reunión se realizarán presentaciones sobre las acciones de las comunidades indígenas de América del Norte para hacer frente a los contaminantes en su medio ambiente, así como en torno al trabajo de la CCA en el marco del programa Manejo Adecuado de las Sustancias Químicas (MASQ) y el proyecto Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC).
* Día 3: Historias de éxito, cómo formar redes y debate sobre tema abierto. Luego de los trabajos de los dos días anteriores, el tercer día habrá una mesa sobre formación de redes y un foro abierto para que los participantes den a conocer sus preocupaciones y recomendaciones en relación con una amplia variedad de temas ambientales.
Con base en los resultados de estas reuniones el CCPC podrá brindar asesoría y recomendaciones al Consejo de la CCA, integrado por los ministros de medio ambiente, o equivalentes, de Canadá, Estados Unidos y México. Asimismo, las reuniones ayudarán a orientar los proyectos de energía renovable, MASQ y RETC de la CCA hacia las necesidades de las comunidades indígenas. Cabe señalar que la tercera sesión ordinaria del CCPC en 2007 tendrá lugar al final del tercer día.
El registro para los tres eventos es gratuito. Organizaciones sin fines de lucro y ciudadanos en lo individual pueden solicitar un apoyo financiero, limitado, a fin de asistir a las reuniones. Para obtener tal apoyo, restringido a una persona por organización, es preciso registrarse anticipadamente, antes del 24 de agosto.
Si desea mayor información sobre las reuniones, incluidos el formulario de registro y el orden del día preliminar, visite el sitio web de la CCA.
Reuniones en Winnipeg para fomentar la participación de comunidades indígenas en el trabajo de la CCA
Energía renovable y contaminantes y salud, los temas de la agenda
Montreal, a 13 de agosto de 2007. Lograr la participación de las comunidades indígenas de América del Norte a fin de conocer y analizar sus prioridades ambientales será el objetivo de dos reuniones públicas y una sesión de redes que se celebrarán en Winnipeg, Manitoba, del 24 al 26 de septiembre de 2007. Entre los principales temas que se abordarán destacan los de energía renovable y contaminantes y salud.
Organizadas por el Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) y el Comité Consultivo Público Conjunto (CCPC), las reuniones se llevarán a cabo a lo largo de tres días:
* Día 1: Foro de Comunidades Indígenas de América del Norte sobre Energía Renovable. Los temas incluirán costos de la energía y el acceso a ésta; alianzas y financiamiento para proyectos de energía; elaboración de proyectos de energía renovable, y desarrollo de la capacidad en el área energética mediante el intercambio de información.
* Día 2: Comunidades indígenas de América del Norte, contaminantes y salud: intercambio de experiencias; de la identificación a la resolución de problemas. En esta reunión se realizarán presentaciones sobre las acciones de las comunidades indígenas de América del Norte para hacer frente a los contaminantes en su medio ambiente, así como en torno al trabajo de la CCA en el marco del programa Manejo Adecuado de las Sustancias Químicas (MASQ) y el proyecto Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC).
* Día 3: Historias de éxito, cómo formar redes y debate sobre tema abierto. Luego de los trabajos de los dos días anteriores, el tercer día habrá una mesa sobre formación de redes y un foro abierto para que los participantes den a conocer sus preocupaciones y recomendaciones en relación con una amplia variedad de temas ambientales.
Con base en los resultados de estas reuniones el CCPC podrá brindar asesoría y recomendaciones al Consejo de la CCA, integrado por los ministros de medio ambiente, o equivalentes, de Canadá, Estados Unidos y México. Asimismo, las reuniones ayudarán a orientar los proyectos de energía renovable, MASQ y RETC de la CCA hacia las necesidades de las comunidades indígenas. Cabe señalar que la tercera sesión ordinaria del CCPC en 2007 tendrá lugar al final del tercer día.
El registro para los tres eventos es gratuito. Organizaciones sin fines de lucro y ciudadanos en lo individual pueden solicitar un apoyo financiero, limitado, a fin de asistir a las reuniones. Para obtener tal apoyo, restringido a una persona por organización, es preciso registrarse anticipadamente, antes del 24 de agosto.
Si desea mayor información sobre las reuniones, incluidos el formulario de registro y el orden del día preliminar, visite el sitio web de la CCA.
lunes, agosto 27, 2007
Argentina quiere ampliar su frontera marítima
Por Marcela Valente* - IPS/IFEJ
Las profundidades de la plataforma continental sudamericana alojan grandes riquezas energéticas, minerales y genéticas. Argentina reclamará su parte.
BUENOS AIRES, 30 jul (Tierramérica).- Argentina puede a empujar su límite geográfico hacia el este e incorporar un vasto territorio con recursos energéticos y naturales de valor estratégico bajo el océano Atlántico. Para ello debe demostrar que su plataforma continental supera las 200 millas náuticas.
El suelo de un área de al menos 700 mil kilómetros cuadrados --un tercio de la superficie del territorio continental-- aloja petróleo, gas, minerales y recursos genéticos de alto valor para la industria, reveló en una entrevista un académico que sigue de cerca los estudios técnicos y pidió reserva de su nombre.
Para elaborar una propuesta definitiva de sus fronteras, Argentina creó en 1997 la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), un equipo técnico intergubernamental que ya recogió 90 por ciento de la información necesaria para demostrar dónde termina exactamente el territorio cubierto por el océano.
Los países ribereños tienen derecho soberano sobre el suelo y el subsuelo del territorio sumergido hasta las 200 millas náuticas, lo que se conoce como zona económica exclusiva, o hasta donde termine su plataforma continental, incluyendo el talud, hasta un máximo de 350 millas. Eso incluye los recursos naturales de la plataforma, no del agua que la cubre.
Los datos obtenidos en laboratorios y campañas marítimas deberán ser presentados antes de mayo de 2009 a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, órgano técnico de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), que dará legitimidad a la nueva demarcación.
Argentina es uno de los 119 países que en 1982 firmaron la Convemar, considerada una carta constitucional para los océanos, y a la que se adhirieron hasta ahora 155 Estados. Los firmantes resolvieron otorgar un plazo de 10 años a los que quieran presentar sus propuestas de fijación de límites de la plataforma continental, contando desde 1999.
Según los estudios preliminares en Argentina, el margen continental de este país se extiende hasta las 350 millas náuticas en algunas áreas, y en otras superaría ese límite. "La pretensión va a ser aprobada sin perjuicio de que se pueda discutir si se fija el límite cinco millas más allá o más acá", confió la fuente.
Entrevistado para este artículo, el geólogo marino Salvador Aliotta, investigador del Instituto Argentino de Oceanografía, explicó que las 200 millas estipuladas para la soberanía de los países ribereños sobre el mar "constituyen un límite geográfico, no geológico".
"El hecho de que haya una capa de agua sobre el terreno marca apenas un instante en la historia geológica, pero el continente se prolonga bajo el mar y todo lo que hay en el suelo y el subsuelo del territorio continental puede hallarse también bajo el suelo marítimo", añadió Aliotta.
El experto recordó que varias empresas petrolíferas ya explotan cuencas de hidrocarburos en aguas argentinas, de las que extraen petróleo y gas, y anticipó que se explora también la posibilidad de extraer gas metano congelado, un combustible localizado a más de mil metros de profundidad.
Pero en las profundidades marítimas hay también otros minerales: hierro, zinc y otros de uso industrial estratégico, como nódulos polimetálicos de manganeso, costras de cobalto o sulfuros, cuya explotación se hace más posible a medida que se desarrolla la tecnología, dijo.
La nueva jurisdicción no incorporará la columna de agua y, por lo tanto, tampoco los recursos pesqueros de la zona. Sin embargo, hay recursos vivos que forman parte del lecho marino.
En algunas zonas no muy profundas hay especies que viven en contacto con el lecho, como los mejillones (Mytilidae) o las vieiras (Pectinidae). Pero también hay áreas de recursos genéticos con un gran potencial de aprovechamiento en la industria farmacéutica, explicó la fuente cercana al informe.
Es necesario ser muy cautos con estas especies "extremadamente poco conocidas", dijo al ser entrevistado el médico Claudio Campagna, del Centro Nacional Patagónico, y director ejecutivo del proyecto Modelo del Mar, de conservación sustentable del mar Patagónico.
"Los ambientes bentónicos --sobre el lecho-- más allá de las 200 millas son desconocidos desde la perspectiva de la biodiversidad, pero se espera que justamente por ello tengan un profundo valor para la biología", alertó Campagna, biólogo doctorado en la Universidad de California.
"En el talud existen cañones transversales que unen la plataforma con la cuenca oceánica, que requieren ser evaluados desde la perspectiva de la diversidad y la conservación", ejemplificó.
Pero para el experto, colocar estos recursos bajo jurisdicción argentina puede ponerles un marco administrativo más estricto al que tienen hoy como parte de las aguas internacionales.
"El estado actual de las cosas no facilita el control. En cambio, en el marco de los intereses soberanos se logran avances que son más difíciles en el difuso escenario de las aguas internacionales", explicó.
"Esto podría ser beneficioso sólo si sobre estos recursos se opera privilegiando la relevancia biológica", pero "como éste no ha sido el caso hasta ahora en el mundo, el resultado seguirá siendo incierto", opinó.
Igual que Argentina, otros países ribereños preparan sus presentaciones ante la Convemar. Uno de ellos es Gran Bretaña, que no sólo planteará su pretensión de extensión de límites sobre la plataforma que rodea a sus islas, sino también en torno al archipiélago de Malvinas, en disputa de soberanía con Argentina.
Las islas que Argentina reivindica como propias están ocupadas por Gran Bretaña desde el siglo XIX. Según los estudios técnicos, las Malvinas están dentro de la plataforma continental argentina. El informe de la Copla no se pronunciará respecto de este asunto.
La comisión, integrada por funcionarios de la cancillería, el Ministerio de Economía y el Servicio de Hidrografía Naval, se limita a un trabajo técnico, pero sus informes y la respuesta internacional no podrán eludir el conflicto de soberanía.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
Las profundidades de la plataforma continental sudamericana alojan grandes riquezas energéticas, minerales y genéticas. Argentina reclamará su parte.
BUENOS AIRES, 30 jul (Tierramérica).- Argentina puede a empujar su límite geográfico hacia el este e incorporar un vasto territorio con recursos energéticos y naturales de valor estratégico bajo el océano Atlántico. Para ello debe demostrar que su plataforma continental supera las 200 millas náuticas.
El suelo de un área de al menos 700 mil kilómetros cuadrados --un tercio de la superficie del territorio continental-- aloja petróleo, gas, minerales y recursos genéticos de alto valor para la industria, reveló en una entrevista un académico que sigue de cerca los estudios técnicos y pidió reserva de su nombre.
Para elaborar una propuesta definitiva de sus fronteras, Argentina creó en 1997 la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), un equipo técnico intergubernamental que ya recogió 90 por ciento de la información necesaria para demostrar dónde termina exactamente el territorio cubierto por el océano.
Los países ribereños tienen derecho soberano sobre el suelo y el subsuelo del territorio sumergido hasta las 200 millas náuticas, lo que se conoce como zona económica exclusiva, o hasta donde termine su plataforma continental, incluyendo el talud, hasta un máximo de 350 millas. Eso incluye los recursos naturales de la plataforma, no del agua que la cubre.
Los datos obtenidos en laboratorios y campañas marítimas deberán ser presentados antes de mayo de 2009 a la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, órgano técnico de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), que dará legitimidad a la nueva demarcación.
Argentina es uno de los 119 países que en 1982 firmaron la Convemar, considerada una carta constitucional para los océanos, y a la que se adhirieron hasta ahora 155 Estados. Los firmantes resolvieron otorgar un plazo de 10 años a los que quieran presentar sus propuestas de fijación de límites de la plataforma continental, contando desde 1999.
Según los estudios preliminares en Argentina, el margen continental de este país se extiende hasta las 350 millas náuticas en algunas áreas, y en otras superaría ese límite. "La pretensión va a ser aprobada sin perjuicio de que se pueda discutir si se fija el límite cinco millas más allá o más acá", confió la fuente.
Entrevistado para este artículo, el geólogo marino Salvador Aliotta, investigador del Instituto Argentino de Oceanografía, explicó que las 200 millas estipuladas para la soberanía de los países ribereños sobre el mar "constituyen un límite geográfico, no geológico".
"El hecho de que haya una capa de agua sobre el terreno marca apenas un instante en la historia geológica, pero el continente se prolonga bajo el mar y todo lo que hay en el suelo y el subsuelo del territorio continental puede hallarse también bajo el suelo marítimo", añadió Aliotta.
El experto recordó que varias empresas petrolíferas ya explotan cuencas de hidrocarburos en aguas argentinas, de las que extraen petróleo y gas, y anticipó que se explora también la posibilidad de extraer gas metano congelado, un combustible localizado a más de mil metros de profundidad.
Pero en las profundidades marítimas hay también otros minerales: hierro, zinc y otros de uso industrial estratégico, como nódulos polimetálicos de manganeso, costras de cobalto o sulfuros, cuya explotación se hace más posible a medida que se desarrolla la tecnología, dijo.
La nueva jurisdicción no incorporará la columna de agua y, por lo tanto, tampoco los recursos pesqueros de la zona. Sin embargo, hay recursos vivos que forman parte del lecho marino.
En algunas zonas no muy profundas hay especies que viven en contacto con el lecho, como los mejillones (Mytilidae) o las vieiras (Pectinidae). Pero también hay áreas de recursos genéticos con un gran potencial de aprovechamiento en la industria farmacéutica, explicó la fuente cercana al informe.
Es necesario ser muy cautos con estas especies "extremadamente poco conocidas", dijo al ser entrevistado el médico Claudio Campagna, del Centro Nacional Patagónico, y director ejecutivo del proyecto Modelo del Mar, de conservación sustentable del mar Patagónico.
"Los ambientes bentónicos --sobre el lecho-- más allá de las 200 millas son desconocidos desde la perspectiva de la biodiversidad, pero se espera que justamente por ello tengan un profundo valor para la biología", alertó Campagna, biólogo doctorado en la Universidad de California.
"En el talud existen cañones transversales que unen la plataforma con la cuenca oceánica, que requieren ser evaluados desde la perspectiva de la diversidad y la conservación", ejemplificó.
Pero para el experto, colocar estos recursos bajo jurisdicción argentina puede ponerles un marco administrativo más estricto al que tienen hoy como parte de las aguas internacionales.
"El estado actual de las cosas no facilita el control. En cambio, en el marco de los intereses soberanos se logran avances que son más difíciles en el difuso escenario de las aguas internacionales", explicó.
"Esto podría ser beneficioso sólo si sobre estos recursos se opera privilegiando la relevancia biológica", pero "como éste no ha sido el caso hasta ahora en el mundo, el resultado seguirá siendo incierto", opinó.
Igual que Argentina, otros países ribereños preparan sus presentaciones ante la Convemar. Uno de ellos es Gran Bretaña, que no sólo planteará su pretensión de extensión de límites sobre la plataforma que rodea a sus islas, sino también en torno al archipiélago de Malvinas, en disputa de soberanía con Argentina.
Las islas que Argentina reivindica como propias están ocupadas por Gran Bretaña desde el siglo XIX. Según los estudios técnicos, las Malvinas están dentro de la plataforma continental argentina. El informe de la Copla no se pronunciará respecto de este asunto.
La comisión, integrada por funcionarios de la cancillería, el Ministerio de Economía y el Servicio de Hidrografía Naval, se limita a un trabajo técnico, pero sus informes y la respuesta internacional no podrán eludir el conflicto de soberanía.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
Los bosques, actividad rentable en ecoturismo
Los parques ecoturísticos y el pago por servicios ambientales convierten a los bosques en una actividad rentable, un negocio que no necesita del todo la transformación de la madera para producir dinero
El Universal
Jueves 12 de julio de 2007
Los parques ecoturísticos y el pago por servicios ambientales convierten a los bosques en una actividad rentable, un negocio que no necesita del todo la transformación de la madera para producir dinero.
Por la generación de agua, tierra y oxígeno, la captura de carbono, la protección a la biodiversidad, facilitar espacios para cultivos bajo sombra o, simplemente, por habilitar áreas de esparcimiento, los propietarios de bosques pueden beneficiarse de recursos económicos al tiempo que esperan los plazos para la tala responsable de sus árboles.
En febrero pasado, durante la presentación del programa forestal ProÁrbol, el presidente Felipe Calderón Hinojosa se pronunció en favor del aprovechamiento sustentable de los bosques.
En Huimanguillo, Tabasco, externó el interés del gobierno federal por impulsar el sector forestal del país y convertirlo en una fuente de ingresos para los más de 400 mil indígenas que, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), viven en los bosques y selvas de México.
ProÁrbol agrupa los programas de planeación y organización forestal, producción, productividad, infraestructura, conservación y restauración de bosques que en años pasados operaban de forma aislada a través de la Semarnat.
Hoy, con motivo del Día del Árbol, el jefe del Ejecutivo federal dará el banderazo de salida de la campaña nacional de reforestación en el paraje Agua Bendita, comunidad de San Juan Atzingo, Ocuilan, en el estado de México.
La meta para este año, según el compromiso del gobierno con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, es de 250 millones de árboles, un cuarto del esfuerzo de reforestación mundial, en el que 100 millones de éstos árboles se destinarán a plantaciones forestales comerciales.
En entrevista, Víctor Sosa Cedillo, coordinador de Producción y Productividad de la Conafor, expuso que en este tipo de plantaciones la generación de recursos por extracción de madera se incrementa 10 veces, comparado con bosques y selvas naturales. Sin embargo, el pago por servicios ambientales es igualmente redituable en ambos casos.
Humberto Adame Castillo, subgerente de la Conafor en Morelos, comentó que un bosque debe considerarse una fábrica de agua y oxígeno.
Por el pago de servicios ambientales relacionados con la recarga de mantos freáticos, el apoyo de la Comisión va de 328 pesos hasta 430 pesos por hectárea al año y en la captura de carbono el pago es de 4 mil pesos por hectárea en extensiones de 500 a máximo 3 mil hectáreas.
El Universal
Jueves 12 de julio de 2007
Los parques ecoturísticos y el pago por servicios ambientales convierten a los bosques en una actividad rentable, un negocio que no necesita del todo la transformación de la madera para producir dinero.
Por la generación de agua, tierra y oxígeno, la captura de carbono, la protección a la biodiversidad, facilitar espacios para cultivos bajo sombra o, simplemente, por habilitar áreas de esparcimiento, los propietarios de bosques pueden beneficiarse de recursos económicos al tiempo que esperan los plazos para la tala responsable de sus árboles.
En febrero pasado, durante la presentación del programa forestal ProÁrbol, el presidente Felipe Calderón Hinojosa se pronunció en favor del aprovechamiento sustentable de los bosques.
En Huimanguillo, Tabasco, externó el interés del gobierno federal por impulsar el sector forestal del país y convertirlo en una fuente de ingresos para los más de 400 mil indígenas que, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), viven en los bosques y selvas de México.
ProÁrbol agrupa los programas de planeación y organización forestal, producción, productividad, infraestructura, conservación y restauración de bosques que en años pasados operaban de forma aislada a través de la Semarnat.
Hoy, con motivo del Día del Árbol, el jefe del Ejecutivo federal dará el banderazo de salida de la campaña nacional de reforestación en el paraje Agua Bendita, comunidad de San Juan Atzingo, Ocuilan, en el estado de México.
La meta para este año, según el compromiso del gobierno con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, es de 250 millones de árboles, un cuarto del esfuerzo de reforestación mundial, en el que 100 millones de éstos árboles se destinarán a plantaciones forestales comerciales.
En entrevista, Víctor Sosa Cedillo, coordinador de Producción y Productividad de la Conafor, expuso que en este tipo de plantaciones la generación de recursos por extracción de madera se incrementa 10 veces, comparado con bosques y selvas naturales. Sin embargo, el pago por servicios ambientales es igualmente redituable en ambos casos.
Humberto Adame Castillo, subgerente de la Conafor en Morelos, comentó que un bosque debe considerarse una fábrica de agua y oxígeno.
Por el pago de servicios ambientales relacionados con la recarga de mantos freáticos, el apoyo de la Comisión va de 328 pesos hasta 430 pesos por hectárea al año y en la captura de carbono el pago es de 4 mil pesos por hectárea en extensiones de 500 a máximo 3 mil hectáreas.
sábado, agosto 25, 2007
Expertos de América del Norte buscan fomentar los mercados de energía renovable
Comisión para la cooperación ambiental
Energía solar, eólica y por biomasa, temas de reunión en México
Zacatecas, Mexico, 4/06/2007 – Expertos en energía renovable y funcionarios de gobierno se reunirán en Zacatecas, México, a fin de analizar formas para que las energías renovables —incluida la solar— representen un mayor porcentaje de la producción de electricidad en México.
Como parte de la Semana Internacional para el Fomento de la Energía Fotovoltaica en México, que se celebrará del 4 al 8 de junio, la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) y destacados expertos se reunirán con objeto de identificar oportunidades para desarrollar la capacidad en relación con la energía renovable en México y el resto de América del Norte.
“La conciencia ambiental aumenta al ritmo de las emisiones de gases de efecto invernadero y los precios de los combustibles fósiles, de manera que existe una demanda cada vez mayor de fuentes de energía alternativas”, señaló el director ejecutivo de la CCA, Adrián Vázquez Gálvez. “Estamos trabajando para ayudar a nuestros países a expandir sus mercados de energía renovable, como respuesta rentable y respetuosa del medio ambiente para satisfacer las necesidades de electricidad de América del Norte.”
La reunión de la CCA dará inicio con un debate sobre la situación de los mercados de energía renovable en México e incluirá mesas redondas sobre tres fuentes: el viento, la biomasa y el sol. Expertos de dependencias de gobierno federales, organizaciones no gubernamentales —entre otras, la Red de Bionergía— y asociaciones industriales —como la Asociación Mexicana de Energía Eólica y la Asociación Nacional de Energía Solar— concluirán la reunión identificando formas colectivas de avanzar en la agenda sobre energía renovable.
En los eventos de la semana también estarán presentes la gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina; la secretaria de Energía de México, Georgina Kessel, y otros importantes funcionarios. Una de las principales actividades será un simposio sobre energía solar auspiciado por la Secretaría de Energía, el estado de Zacatecas y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial.
En Zacatecas, la CCA también presentará un nuevo documento titulado Fomento de los mercados de electricidad renovable en América del Norte, en el que se identifican oportunidades específicas para Canadá, México y Estados Unidos a fin de fomentar tanto la producción como la adquisición de electricidad renovable. Entre las conclusiones de este documento se menciona que los mandatos normativos, las adquisiciones voluntarias, el autoabasto y los incentivos financieros son en la actualidad los impulsores más importantes para un mercado de electricidad renovable en América del Norte.
Energía solar, eólica y por biomasa, temas de reunión en México
Zacatecas, Mexico, 4/06/2007 – Expertos en energía renovable y funcionarios de gobierno se reunirán en Zacatecas, México, a fin de analizar formas para que las energías renovables —incluida la solar— representen un mayor porcentaje de la producción de electricidad en México.
Como parte de la Semana Internacional para el Fomento de la Energía Fotovoltaica en México, que se celebrará del 4 al 8 de junio, la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) y destacados expertos se reunirán con objeto de identificar oportunidades para desarrollar la capacidad en relación con la energía renovable en México y el resto de América del Norte.
“La conciencia ambiental aumenta al ritmo de las emisiones de gases de efecto invernadero y los precios de los combustibles fósiles, de manera que existe una demanda cada vez mayor de fuentes de energía alternativas”, señaló el director ejecutivo de la CCA, Adrián Vázquez Gálvez. “Estamos trabajando para ayudar a nuestros países a expandir sus mercados de energía renovable, como respuesta rentable y respetuosa del medio ambiente para satisfacer las necesidades de electricidad de América del Norte.”
La reunión de la CCA dará inicio con un debate sobre la situación de los mercados de energía renovable en México e incluirá mesas redondas sobre tres fuentes: el viento, la biomasa y el sol. Expertos de dependencias de gobierno federales, organizaciones no gubernamentales —entre otras, la Red de Bionergía— y asociaciones industriales —como la Asociación Mexicana de Energía Eólica y la Asociación Nacional de Energía Solar— concluirán la reunión identificando formas colectivas de avanzar en la agenda sobre energía renovable.
En los eventos de la semana también estarán presentes la gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina; la secretaria de Energía de México, Georgina Kessel, y otros importantes funcionarios. Una de las principales actividades será un simposio sobre energía solar auspiciado por la Secretaría de Energía, el estado de Zacatecas y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial.
En Zacatecas, la CCA también presentará un nuevo documento titulado Fomento de los mercados de electricidad renovable en América del Norte, en el que se identifican oportunidades específicas para Canadá, México y Estados Unidos a fin de fomentar tanto la producción como la adquisición de electricidad renovable. Entre las conclusiones de este documento se menciona que los mandatos normativos, las adquisiciones voluntarias, el autoabasto y los incentivos financieros son en la actualidad los impulsores más importantes para un mercado de electricidad renovable en América del Norte.
Se construirán ocho plantas de etanol en México
Nacional - Viernes 4 de mayo (12:05 hrs.)
El Financiero en línea
México, 4 de mayo.- La Comisión de Agricultura y Ganadería informó que en el segundo semestre de este año se construirán plantas para la producción de etanol en los estados de Sinaloa, Chiapas, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas, Morelos, Jalisco y Monterrey.
De esta manera se impulsará y desarrollará la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, dijo el presidente de la Comisión el diputado priista, Héctor Padilla Gutiérrez.
Explicó que en Sinaloa están en proceso de construcción cuatro plantas de etanol, en Chiapas una de etanol y dos de biodiesel, en Michoacán dos, y en Veracruz una de etanol. En el resto de los estados están en la espera de que salga el marco jurídico para iniciar su proceso.
En conferencia de prensa, el legislador dijo que en Monterrey se encuentra funcionando la primera planta para transformar desechos cárnicos y del rastro en biodiesel.
"Será necesaria la aprobación de presupuestos con el diseño de las normas de operación, lo cual es facultad del Ejecutivo, por lo que solicitamos al gobierno autorice los recursos para que puedan llegar a su destino", apuntó.
Padilla Gutiérrez dijo que en las zonas del Sur-Sureste se podrían cultivar, yuca, palma de aceite y jatropha; en las zonas cálidas y tropicales, caña; en el Noreste, la remolacha, jatropha, sorgo dulce y restrojos; en el Bajío y Centro, rostrojos agrícola, higuerilla y jatropha; y en las zonas forestales, desechos de ramas y trozos.
Consideró que con la ley de Bioenergéticos se reducirá, de manera paulatina, las importaciones de gasolina, las cuales tendrían un gran impacto en la balanza comercial del país.
"Esta ley es un instrumento de desarrollo rural y de combate en la pobreza del campo. Es el instrumento para impulsar la producción de cultivos para biocombustibles, con lo que se contará con un mercado seguro y permanente", señaló.
Destacó que el impacto hacia los productores rurales será benéfico y se verá reflejado en sus ingresos con la creación de empleos y la ampliación del financiamiento.
Además, dijo, el Estado se compromete a promover el uso de biocombustibles y evitar invadir competencias entre las dependencias. La Comisión Intersecretarial para el Desarrollo Rural Sustentable será la que instrumente y opere los programas para el desarrollo y promoción de los bioenergéticos. (Con información de Finsat/Edgar Amigón/MCH)
- La producción del bioenerético se realizará en Sinaloa, Chiapas, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas, Morelos, Jalisco y Monterrey
- Algunos diputados consideran que el impacto será benéfico para los productores rurales
El Financiero en línea
México, 4 de mayo.- La Comisión de Agricultura y Ganadería informó que en el segundo semestre de este año se construirán plantas para la producción de etanol en los estados de Sinaloa, Chiapas, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas, Morelos, Jalisco y Monterrey.
De esta manera se impulsará y desarrollará la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, dijo el presidente de la Comisión el diputado priista, Héctor Padilla Gutiérrez.
Explicó que en Sinaloa están en proceso de construcción cuatro plantas de etanol, en Chiapas una de etanol y dos de biodiesel, en Michoacán dos, y en Veracruz una de etanol. En el resto de los estados están en la espera de que salga el marco jurídico para iniciar su proceso.
En conferencia de prensa, el legislador dijo que en Monterrey se encuentra funcionando la primera planta para transformar desechos cárnicos y del rastro en biodiesel.
"Será necesaria la aprobación de presupuestos con el diseño de las normas de operación, lo cual es facultad del Ejecutivo, por lo que solicitamos al gobierno autorice los recursos para que puedan llegar a su destino", apuntó.
Padilla Gutiérrez dijo que en las zonas del Sur-Sureste se podrían cultivar, yuca, palma de aceite y jatropha; en las zonas cálidas y tropicales, caña; en el Noreste, la remolacha, jatropha, sorgo dulce y restrojos; en el Bajío y Centro, rostrojos agrícola, higuerilla y jatropha; y en las zonas forestales, desechos de ramas y trozos.
Consideró que con la ley de Bioenergéticos se reducirá, de manera paulatina, las importaciones de gasolina, las cuales tendrían un gran impacto en la balanza comercial del país.
"Esta ley es un instrumento de desarrollo rural y de combate en la pobreza del campo. Es el instrumento para impulsar la producción de cultivos para biocombustibles, con lo que se contará con un mercado seguro y permanente", señaló.
Destacó que el impacto hacia los productores rurales será benéfico y se verá reflejado en sus ingresos con la creación de empleos y la ampliación del financiamiento.
Además, dijo, el Estado se compromete a promover el uso de biocombustibles y evitar invadir competencias entre las dependencias. La Comisión Intersecretarial para el Desarrollo Rural Sustentable será la que instrumente y opere los programas para el desarrollo y promoción de los bioenergéticos. (Con información de Finsat/Edgar Amigón/MCH)
viernes, agosto 17, 2007
Diversidad del maíz, en riesgo por pobreza en el campo
MATILDE PÉREZ U.
La jornada
De no tomarse las medidas oportunas para proteger al maíz y sus razas, su diversidad estará en riesgo, advirtió Major Goodman, integrante de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, quien sostuvo que las perspectivas de supervivencia de los campesinos que dependen de este cultivo son pocas ante las actuales presiones económicas hacia el grano.
En el seminario Desarrollo rural sustentable en México: agricultura orgánica y conservación de la diversidad del maíz, que organizó la asociación civil Fomento Cultural y Educativo, comentó que los pequeños agricultores han sostenido la diversidad del maíz en México, pero el costo de producción es más elevado que el de los agricultores de Estados Unidos, además de que no reciben el mismo nivel de subsidios.
Cerca de dos millones de campesinos se dedican al cultivo de maíz, de los cuales 85 por ciento lo hacen en parcelas menores a cinco hectáreas y las razas criollas son sembradas por 25 por ciento de los agricultores, particularmente los de escasos recursos, según información de la Sagarpa.
"La diversidad del grano depende de la viabilidad económica de los productores en pequeña escala, ya que ellos cultivan, consumen y conservan las variedades nativas", dijo Goodman. Agregó que la demanda de germoplasma ex situ se incrementará debido a las constantes investigaciones para hacer variedades de maíz más resistentes, por lo que apremió al gobierno a respaldar a los científicos y a los agricultores para proteger el germoplasma de la gramínea en el campo y en los bancos ya establecidos.
Norman C. Ellstrand, profesor de genética en la Universidad de Riverside, California, comentó que de liberarse las semillas de maíz genéticamente modificadas, será imposible impedir el flujo genético de dichas variedades a otras locales y a poblaciones de teocintle. El escenario más preocupante, apuntó, es la infiltración de semillas de variedades de maíz para fármacos y para usos industriales a las variedades de la cadena alimenticia.
La jornada
De no tomarse las medidas oportunas para proteger al maíz y sus razas, su diversidad estará en riesgo, advirtió Major Goodman, integrante de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, quien sostuvo que las perspectivas de supervivencia de los campesinos que dependen de este cultivo son pocas ante las actuales presiones económicas hacia el grano.
En el seminario Desarrollo rural sustentable en México: agricultura orgánica y conservación de la diversidad del maíz, que organizó la asociación civil Fomento Cultural y Educativo, comentó que los pequeños agricultores han sostenido la diversidad del maíz en México, pero el costo de producción es más elevado que el de los agricultores de Estados Unidos, además de que no reciben el mismo nivel de subsidios.
Cerca de dos millones de campesinos se dedican al cultivo de maíz, de los cuales 85 por ciento lo hacen en parcelas menores a cinco hectáreas y las razas criollas son sembradas por 25 por ciento de los agricultores, particularmente los de escasos recursos, según información de la Sagarpa.
"La diversidad del grano depende de la viabilidad económica de los productores en pequeña escala, ya que ellos cultivan, consumen y conservan las variedades nativas", dijo Goodman. Agregó que la demanda de germoplasma ex situ se incrementará debido a las constantes investigaciones para hacer variedades de maíz más resistentes, por lo que apremió al gobierno a respaldar a los científicos y a los agricultores para proteger el germoplasma de la gramínea en el campo y en los bancos ya establecidos.
Norman C. Ellstrand, profesor de genética en la Universidad de Riverside, California, comentó que de liberarse las semillas de maíz genéticamente modificadas, será imposible impedir el flujo genético de dichas variedades a otras locales y a poblaciones de teocintle. El escenario más preocupante, apuntó, es la infiltración de semillas de variedades de maíz para fármacos y para usos industriales a las variedades de la cadena alimenticia.
Reserva de Sierra Gorda vapuleada por cambio climático
Por Diego Cevallos
Menos lluvias y más calor parecen ser las causas de las persistentes plagas que enferman los árboles de la excepcional reserva mexicana de Sierra Gorda.
SIERRA GORDA, México, 21 may (Tierramérica).- En la Reserva de la Biosfera de Sierra Gorda, la de mayor diversidad biológica de México, miles de árboles agonizan por el ataque de plagas contra las que no hay armas viables. La escasez de lluvias es la culpable. El gusano descortezador (Dendroctonus adjuntus), el muérdago (Viscum album) y la larva barrenadora atacan con virulencia los bosques de Sierra Gorda, una zona de montes, lomas y cañones de caprichosas formas que se extiende entre los 350 y tres mil 100 metros sobre el nivel del mar, en el estado de Querétaro, centro oriente del país.
Algunos de los 50 mil habitantes de la reserva, de 384 mil hectáreas y a unas siete horas de automóvil de la capital, creen que las plagas llegaron por voluntad divina. Otros dicen que simplemente "el clima se volvió loco".
Según autoridades y expertos, el ataque que se registra desde hace cinco años tiene que ver con alteraciones en el régimen de lluvias vinculadas al cambio climático.
El fenómeno amenaza seriamente a toda la zona, protegida por el gobierno mexicano, que la declaró en 1997 reserva de biosfera, y por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que la proclamó en 2001 Reserva de la Biosfera Mundial.
La campesina Esther Martínez, de Epazotes Grandes, una de las 600 comunidades de la reserva, la mayoría de no más de 500 habitantes, ve el problema con la sabiduría de quien siempre vivió en el campo.
"Los bosques están débiles y por eso el gusano es más fuerte. Esto es porque las lluvias bajaron y ahora todo es más seco", afirma Martínez mientras cava una zanja en un predio comunitario de marcada pendiente para evitar que las lluvias arrastren los nutrientes del suelo.
En cambio, Patricia Balderas, del pueblo de Tilazo, cree que los árboles mueren por el "designio de Dios". No hay datos exactos de cuántos encinos (Quercus), enebros (Juniperus) y pinos (Pinus), que cubren 35 por ciento de la superficie boscosa, están comprometidos. Pero incluso el visitante puede ver los manchones amarillentos de los bosques desde los serpenteantes caminos de ingreso a la reserva.
"Hay una gran afectación, es un problema creciente. Ya es parte del escenario y no podemos controlarlo", lamenta Víctor Ildefonso, subdirector de la reserva.
En el pasado, las plagas surgían durante las sequías, pero con el invierno desaparecían. "Ahora las tenemos todo el año y en todas partes, ahí vemos la relación con el cambio climático", dice el funcionario a Tierramérica.
Los registros meteorológicos indican que las sequías y el calor aumentan progresivamente y hay menos lluvias cada año, aseguró en abril el entonces delegado en Querétaro de la Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente de México, Enrique Urribarren.
El cambio climático es una realidad palpable en Querétaro, y en los próximos 13 años se espera que las precipitaciones en la zona central del país disminuyan entre cinco y 10 por ciento, agregó Urribarren en declaraciones al diario El Universal.
"Esto de las plagas es claramente un efecto del cambio climático, hasta la gente de aquí lo dice: con menos lluvia los bosques se han debilitado", señala a Tierramérica Martha Ruiz, directora de la reserva. "No sabemos qué hacer", reconoce.
Este tipo de problemas causados por el cambio climático en la fauna y la flora son el tema central del Día Internacional para la Diversidad Biológica, que se celebra el martes 22 de mayo.
Mientras, las únicas alternativas contra las plagas de Sierra Gorda son podar los árboles afectados, quemarlos o usar pesticidas. El primer método es impracticable por la gran cantidad de ejemplares involucrados, unos 400 por hectárea, y los otros dos fueron descartados por sus consecuencias contaminantes.
Para buscar soluciones, las autoridades de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda celebrarán en agosto una reunión internacional de expertos en su sede, la ciudad de Jalpan de Serra, de 25 mil habitantes. Los representantes del Servicio Forestal de Estados Unidos estarán entre los principales participantes.
De momento, el gusano descortezador sigue avanzando. Construye pequeñas cámaras que llegan hasta los lugares donde circula la savia de los árboles, sobre todo pinos. Así corta la circulación de nutrientes, por lo que el árbol comienza a secarse y finalmente muere.
El muérdago, otro enemigo, es un tipo de parásito vegetal que se adhiere a los árboles, especialmente encinos y enebros, hasta destruirlos.
La larva barrenadora, en cambio, consume las semillas del pino piñonero (Pinus pinea, L.), afectando su reproducción. Las cinco mil hectáreas que hay de esta especie en la reserva están afectadas. No sólo los árboles serán destruidos, habrá consecuencias directas sobre la rica fauna de Sierra Gorda, pues se perderá parte de su hábitat y se reducirán los volúmenes de captación de agua de los suelos.
En la reserva, donde 30 por ciento del territorio es propiedad comunal y el resto pertenece a dueños privados, habitan 360 especies de aves, 130 de mamíferos, 71 de reptiles y 23 de anfibios, además de decenas de otras aún no estudiadas. La riqueza de fauna y flora es tal que en Sierra Gorda hay, por ejemplo, más especies de mariposas que en Estados Unidos y Canadá juntos.
Por eso es catalogada como la reserva de más diversidad biológica de México. Allí confluyen vegetaciones de semidesierto, bosque de niebla, bosque templado y selvas bajas, en una topografía con profundas cavernas.
Hasta los años 80, la ganadería, la agricultura y la explotación maderera estuvieron fuera del control en la zona, una situación que comenzó a cambiar cuando, en 1989, habitantes locales constituyeron el no gubernamental Grupo Ecológico Sierra Gorda.
Esa organización, una de cuyas fundadoras fue la actual directora Ruiz, desplegó programas de educación ambiental, de reforestación, de protección y regeneración de la cubierta vegetal, de mejoramiento comunitario y de manejo de residuos sólidos.
Tales esfuerzos se vieron coronados con la declaratoria de reserva y la llegada de apoyos internacionales, entre ellos uno del Fondo para el Medio Ambiente Mundial que, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, aportó 6,5 millones de dólares entre 2001 y este año.
Gracias a la combinación de esfuerzos públicos, no gubernamentales y de agencias internacionales, la fauna y la flora de Sierra Gorda empezaron a recuperarse.
Pero el ataque de las plagas pone en riesgo gran parte de lo conquistado.
* Corresponsal de IPS.
Menos lluvias y más calor parecen ser las causas de las persistentes plagas que enferman los árboles de la excepcional reserva mexicana de Sierra Gorda.
SIERRA GORDA, México, 21 may (Tierramérica).- En la Reserva de la Biosfera de Sierra Gorda, la de mayor diversidad biológica de México, miles de árboles agonizan por el ataque de plagas contra las que no hay armas viables. La escasez de lluvias es la culpable. El gusano descortezador (Dendroctonus adjuntus), el muérdago (Viscum album) y la larva barrenadora atacan con virulencia los bosques de Sierra Gorda, una zona de montes, lomas y cañones de caprichosas formas que se extiende entre los 350 y tres mil 100 metros sobre el nivel del mar, en el estado de Querétaro, centro oriente del país.
Algunos de los 50 mil habitantes de la reserva, de 384 mil hectáreas y a unas siete horas de automóvil de la capital, creen que las plagas llegaron por voluntad divina. Otros dicen que simplemente "el clima se volvió loco".
Según autoridades y expertos, el ataque que se registra desde hace cinco años tiene que ver con alteraciones en el régimen de lluvias vinculadas al cambio climático.
El fenómeno amenaza seriamente a toda la zona, protegida por el gobierno mexicano, que la declaró en 1997 reserva de biosfera, y por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que la proclamó en 2001 Reserva de la Biosfera Mundial.
La campesina Esther Martínez, de Epazotes Grandes, una de las 600 comunidades de la reserva, la mayoría de no más de 500 habitantes, ve el problema con la sabiduría de quien siempre vivió en el campo.
"Los bosques están débiles y por eso el gusano es más fuerte. Esto es porque las lluvias bajaron y ahora todo es más seco", afirma Martínez mientras cava una zanja en un predio comunitario de marcada pendiente para evitar que las lluvias arrastren los nutrientes del suelo.
En cambio, Patricia Balderas, del pueblo de Tilazo, cree que los árboles mueren por el "designio de Dios". No hay datos exactos de cuántos encinos (Quercus), enebros (Juniperus) y pinos (Pinus), que cubren 35 por ciento de la superficie boscosa, están comprometidos. Pero incluso el visitante puede ver los manchones amarillentos de los bosques desde los serpenteantes caminos de ingreso a la reserva.
"Hay una gran afectación, es un problema creciente. Ya es parte del escenario y no podemos controlarlo", lamenta Víctor Ildefonso, subdirector de la reserva.
En el pasado, las plagas surgían durante las sequías, pero con el invierno desaparecían. "Ahora las tenemos todo el año y en todas partes, ahí vemos la relación con el cambio climático", dice el funcionario a Tierramérica.
Los registros meteorológicos indican que las sequías y el calor aumentan progresivamente y hay menos lluvias cada año, aseguró en abril el entonces delegado en Querétaro de la Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente de México, Enrique Urribarren.
El cambio climático es una realidad palpable en Querétaro, y en los próximos 13 años se espera que las precipitaciones en la zona central del país disminuyan entre cinco y 10 por ciento, agregó Urribarren en declaraciones al diario El Universal.
"Esto de las plagas es claramente un efecto del cambio climático, hasta la gente de aquí lo dice: con menos lluvia los bosques se han debilitado", señala a Tierramérica Martha Ruiz, directora de la reserva. "No sabemos qué hacer", reconoce.
Este tipo de problemas causados por el cambio climático en la fauna y la flora son el tema central del Día Internacional para la Diversidad Biológica, que se celebra el martes 22 de mayo.
Mientras, las únicas alternativas contra las plagas de Sierra Gorda son podar los árboles afectados, quemarlos o usar pesticidas. El primer método es impracticable por la gran cantidad de ejemplares involucrados, unos 400 por hectárea, y los otros dos fueron descartados por sus consecuencias contaminantes.
Para buscar soluciones, las autoridades de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda celebrarán en agosto una reunión internacional de expertos en su sede, la ciudad de Jalpan de Serra, de 25 mil habitantes. Los representantes del Servicio Forestal de Estados Unidos estarán entre los principales participantes.
De momento, el gusano descortezador sigue avanzando. Construye pequeñas cámaras que llegan hasta los lugares donde circula la savia de los árboles, sobre todo pinos. Así corta la circulación de nutrientes, por lo que el árbol comienza a secarse y finalmente muere.
El muérdago, otro enemigo, es un tipo de parásito vegetal que se adhiere a los árboles, especialmente encinos y enebros, hasta destruirlos.
La larva barrenadora, en cambio, consume las semillas del pino piñonero (Pinus pinea, L.), afectando su reproducción. Las cinco mil hectáreas que hay de esta especie en la reserva están afectadas. No sólo los árboles serán destruidos, habrá consecuencias directas sobre la rica fauna de Sierra Gorda, pues se perderá parte de su hábitat y se reducirán los volúmenes de captación de agua de los suelos.
En la reserva, donde 30 por ciento del territorio es propiedad comunal y el resto pertenece a dueños privados, habitan 360 especies de aves, 130 de mamíferos, 71 de reptiles y 23 de anfibios, además de decenas de otras aún no estudiadas. La riqueza de fauna y flora es tal que en Sierra Gorda hay, por ejemplo, más especies de mariposas que en Estados Unidos y Canadá juntos.
Por eso es catalogada como la reserva de más diversidad biológica de México. Allí confluyen vegetaciones de semidesierto, bosque de niebla, bosque templado y selvas bajas, en una topografía con profundas cavernas.
Hasta los años 80, la ganadería, la agricultura y la explotación maderera estuvieron fuera del control en la zona, una situación que comenzó a cambiar cuando, en 1989, habitantes locales constituyeron el no gubernamental Grupo Ecológico Sierra Gorda.
Esa organización, una de cuyas fundadoras fue la actual directora Ruiz, desplegó programas de educación ambiental, de reforestación, de protección y regeneración de la cubierta vegetal, de mejoramiento comunitario y de manejo de residuos sólidos.
Tales esfuerzos se vieron coronados con la declaratoria de reserva y la llegada de apoyos internacionales, entre ellos uno del Fondo para el Medio Ambiente Mundial que, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, aportó 6,5 millones de dólares entre 2001 y este año.
Gracias a la combinación de esfuerzos públicos, no gubernamentales y de agencias internacionales, la fauna y la flora de Sierra Gorda empezaron a recuperarse.
Pero el ataque de las plagas pone en riesgo gran parte de lo conquistado.
* Corresponsal de IPS.
martes, agosto 14, 2007
En defensa de los bosques
El universal
Sergio Madrid
28 de abril de 2007
Mientras decenas de países en el mundo ya han perdido la totalidad de sus bosques naturales, México aún conserva cerca de 56 millones de hectáreas de bosques y selvas más otro tanto similar de terrenos con vegetación forestal como los manglares y desiertos. Además, en las regiones forestales viven cerca de 10 millones de personas, y miles de comunidades y ejidos desarrollan sus actividades económicas y culturales. Por ello para México resulta de gran importancia una iniciativa internacional como la del Foro de Bosques de Naciones Unidas (FBNU).
Esta semana se llevó a cabo la séptima sesión de este foro en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, con la participación de 500 delegados de casi todos los países del mundo. Este foro fue constituido en el año 2000 a partir de un acuerdo del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas con el objeto de promover el manejo, conservación y desarrollo sustentable de los bosques y fortalecer compromisos de largo plazo.
En la agenda de esta séptima sesión destaca la iniciativa para concluir y aprobar el "instrumento jurídicamente no vinculante sobre todos los tipos de bosques", el cual se espera sea el "vehículo para transformar las políticas del foro en acciones concretas". Algunas organizaciones han lamentado la decisión de avanzar hacia la integración de un documento no vinculante, ya que al no ser obligatorio su cumplimiento no podrán esperarse compromisos cuantitativos por país, ni mecanismos de monitoreo externo que garanticen el cumplimiento de metas como la reducción de la deforestación, el aumento del área bajo manejo o el decremento del mercado de madera ilegal. Se ha planteado que "los pilares fundamentales de un instrumento vinculante deberían ser: objetivos creíbles, obligaciones, medios de implementación, un régimen de cumplimiento y vínculos claramente definidos con otros instrumentos internacionales".
Sin embargo, otras organizaciones y gobiernos lograron el acuerdo de avanzar por la vía no vinculante debido al temor de crear un instrumento que atente contra la soberanía de los países, y al temor también a que se obligue a desarrollar acciones que no concuerden con sus intereses comerciales en el ámbito maderero. Así, Estados Unidos, entre otros países, fue uno de los principales opositores a la propuesta de creación de un instrumento vinculante.
Hoy día el Foro de Bosques ha recibido múltiples críticas que cuestionan su eficacia para revertir la grave crisis en que se encuentran los bosques del mundo. Se critica incluso su rigidez que no le ha permitido atender los temas emergentes como el combate de actividades ilegales y su comercio asociado, el tema de bosques y árboles genéticamente modificados, bosques y agua, bosques y cambio climático, bosques y energía y tenencia de la tierra.
Dejando de lado la polémica discusión de las ventajas y desventajas del instrumento vinculante, vale la pena destacar que México, como miembro del foro, ha apoyado el establecimiento y aprobación de los Cuatro Objetivos Mundiales en materia de bosques, los cuales giran alrededor del manejo sostenible de los recursos forestales y el incremento en los apoyos financieros para aumentar la superficie bajo protección o manejo.
Desde esta perspectiva, los terrenos forestales de nuestro país tienen un enorme potencial para desarrollar proyectos extractivos, ecoturísticos y de servicios ambientales mediante esquemas de manejo forestal sostenible. Sin embargo, muy poco se ha avanzado en este sentido ya que en los últimos 10 años, de acuerdo con datos proporcionados por la evaluación a la gestión forestal que realizó la FAO en México, la superficie bajo manejo forestal disminuyó en los últimos seis años, al pasar de 8.4 millones de hectáreas a 6.8 millones.
La política gubernamental durante los últimos años ha puesto el énfasis en los programas de reforestación, el desarrollo de plantaciones forestales comerciales, el pago de estímulos para no deforestar y el control de los incendios, descuidando los esfuerzos para avanzar en el manejo sostenible de los bosques naturales. Hoy día, ante los graves problemas que enfrentan las regiones forestales, es imprescindible impulsar acciones concretas que permitan incrementar la superficie bajo esquemas de manejo sostenible. Para lograrlo no es necesario encontrar el hilo negro ya que varios cientos de comunidades y ejidos han puesto la muestra demostrando cómo es posible desarrollar el manejo de sus bosques comunes con prácticas sostenibles e instrumentos como el desarrollo de empresas comunitarias, el ordenamiento territorial y el desarrollo de reglamentos internos.
Estas comunidades han demostrado que el manejo del bosque bajo la administración comunitaria es la mejor estrategia para generar ingresos en las zonas rurales, evitar la migración, conservar la diversidad biológica asociada a estos ecosistemas y promover un desarrollo social basado en la participación democrática local.
A pesar del poco interés gubernamental en el tema, durante los últimos años el manejo comunitario de los bosques en México cuenta con un nivel de desarrollo único en el mundo que ha logrado la certificación internacional (FSC) de 75 empresas comunitarias que cumplen estándares ambientales y económicos equiparables a los observados por empresas en países como Noruega, Finlandia o Canadá.
Para los organizadores de esta séptima sesión del Foro de Bosques de Naciones Unidas, el destino de los bosques del planeta está indisolublemente unido al destino de las comunidades locales, ya que gran parte de los ecosistemas forestales del mundo se encuentran habitados con poblaciones que dependen de manera importante de los recursos que ahí se encuentran.
Esta dimensión social de los recursos forestales es precisamente la que hace necesario fortalecer la acción colectiva por los bosques en las comunidades en todo el mundo, México incluido. De esta manera se pueden establecer acuerdos y reglas de conservación, aprovechamiento y comercio que permitan hacer un uso sostenible del recurso, para revertir lo que podría ser un proceso que comprometa seriamente el futuro de nuestra sociedad y del planeta.
Director ejecutivo del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible
Sergio Madrid
28 de abril de 2007
Mientras decenas de países en el mundo ya han perdido la totalidad de sus bosques naturales, México aún conserva cerca de 56 millones de hectáreas de bosques y selvas más otro tanto similar de terrenos con vegetación forestal como los manglares y desiertos. Además, en las regiones forestales viven cerca de 10 millones de personas, y miles de comunidades y ejidos desarrollan sus actividades económicas y culturales. Por ello para México resulta de gran importancia una iniciativa internacional como la del Foro de Bosques de Naciones Unidas (FBNU).
Esta semana se llevó a cabo la séptima sesión de este foro en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, con la participación de 500 delegados de casi todos los países del mundo. Este foro fue constituido en el año 2000 a partir de un acuerdo del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas con el objeto de promover el manejo, conservación y desarrollo sustentable de los bosques y fortalecer compromisos de largo plazo.
En la agenda de esta séptima sesión destaca la iniciativa para concluir y aprobar el "instrumento jurídicamente no vinculante sobre todos los tipos de bosques", el cual se espera sea el "vehículo para transformar las políticas del foro en acciones concretas". Algunas organizaciones han lamentado la decisión de avanzar hacia la integración de un documento no vinculante, ya que al no ser obligatorio su cumplimiento no podrán esperarse compromisos cuantitativos por país, ni mecanismos de monitoreo externo que garanticen el cumplimiento de metas como la reducción de la deforestación, el aumento del área bajo manejo o el decremento del mercado de madera ilegal. Se ha planteado que "los pilares fundamentales de un instrumento vinculante deberían ser: objetivos creíbles, obligaciones, medios de implementación, un régimen de cumplimiento y vínculos claramente definidos con otros instrumentos internacionales".
Sin embargo, otras organizaciones y gobiernos lograron el acuerdo de avanzar por la vía no vinculante debido al temor de crear un instrumento que atente contra la soberanía de los países, y al temor también a que se obligue a desarrollar acciones que no concuerden con sus intereses comerciales en el ámbito maderero. Así, Estados Unidos, entre otros países, fue uno de los principales opositores a la propuesta de creación de un instrumento vinculante.
Hoy día el Foro de Bosques ha recibido múltiples críticas que cuestionan su eficacia para revertir la grave crisis en que se encuentran los bosques del mundo. Se critica incluso su rigidez que no le ha permitido atender los temas emergentes como el combate de actividades ilegales y su comercio asociado, el tema de bosques y árboles genéticamente modificados, bosques y agua, bosques y cambio climático, bosques y energía y tenencia de la tierra.
Dejando de lado la polémica discusión de las ventajas y desventajas del instrumento vinculante, vale la pena destacar que México, como miembro del foro, ha apoyado el establecimiento y aprobación de los Cuatro Objetivos Mundiales en materia de bosques, los cuales giran alrededor del manejo sostenible de los recursos forestales y el incremento en los apoyos financieros para aumentar la superficie bajo protección o manejo.
Desde esta perspectiva, los terrenos forestales de nuestro país tienen un enorme potencial para desarrollar proyectos extractivos, ecoturísticos y de servicios ambientales mediante esquemas de manejo forestal sostenible. Sin embargo, muy poco se ha avanzado en este sentido ya que en los últimos 10 años, de acuerdo con datos proporcionados por la evaluación a la gestión forestal que realizó la FAO en México, la superficie bajo manejo forestal disminuyó en los últimos seis años, al pasar de 8.4 millones de hectáreas a 6.8 millones.
La política gubernamental durante los últimos años ha puesto el énfasis en los programas de reforestación, el desarrollo de plantaciones forestales comerciales, el pago de estímulos para no deforestar y el control de los incendios, descuidando los esfuerzos para avanzar en el manejo sostenible de los bosques naturales. Hoy día, ante los graves problemas que enfrentan las regiones forestales, es imprescindible impulsar acciones concretas que permitan incrementar la superficie bajo esquemas de manejo sostenible. Para lograrlo no es necesario encontrar el hilo negro ya que varios cientos de comunidades y ejidos han puesto la muestra demostrando cómo es posible desarrollar el manejo de sus bosques comunes con prácticas sostenibles e instrumentos como el desarrollo de empresas comunitarias, el ordenamiento territorial y el desarrollo de reglamentos internos.
Estas comunidades han demostrado que el manejo del bosque bajo la administración comunitaria es la mejor estrategia para generar ingresos en las zonas rurales, evitar la migración, conservar la diversidad biológica asociada a estos ecosistemas y promover un desarrollo social basado en la participación democrática local.
A pesar del poco interés gubernamental en el tema, durante los últimos años el manejo comunitario de los bosques en México cuenta con un nivel de desarrollo único en el mundo que ha logrado la certificación internacional (FSC) de 75 empresas comunitarias que cumplen estándares ambientales y económicos equiparables a los observados por empresas en países como Noruega, Finlandia o Canadá.
Para los organizadores de esta séptima sesión del Foro de Bosques de Naciones Unidas, el destino de los bosques del planeta está indisolublemente unido al destino de las comunidades locales, ya que gran parte de los ecosistemas forestales del mundo se encuentran habitados con poblaciones que dependen de manera importante de los recursos que ahí se encuentran.
Esta dimensión social de los recursos forestales es precisamente la que hace necesario fortalecer la acción colectiva por los bosques en las comunidades en todo el mundo, México incluido. De esta manera se pueden establecer acuerdos y reglas de conservación, aprovechamiento y comercio que permitan hacer un uso sostenible del recurso, para revertir lo que podría ser un proceso que comprometa seriamente el futuro de nuestra sociedad y del planeta.
Director ejecutivo del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible
sábado, agosto 11, 2007
Edificaciones “neutras” en carbono: nuevos trabajos de investigación dan ruta a seguir
Comisión para la cooperación ambiental
Seattle, 1/05/2007 – En un simposio internacional celebrado por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), organización creada por el acuerdo paralelo en materia ambiental del TLCAN, expertos en edificación sustentable presentaron este día nuevas investigaciones que muestran el potencial del sector de la construcción para reducir considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero en América del Norte.
Los resultados preliminares de un estudio confirman que cumplir con el “Desafío 2030” es técnicamente posible. El Desafío 2030, un ambicioso conjunto de metas adoptadas por el Instituto Estadounidense de Arquitectos (American Institute of Architects, AIA) y el Instituto Real de Arquitectura de Canadá (Royal Architecture Institute of Canada, RAIC), proyecta para el año 2030 un escenario en el que todas las nuevas edificaciones sean neutras en emisiones de carbono. Los autores reconocen, sin embargo, que “cambiar realmente las prácticas de la actualidad exigirá un considerable esfuerzo en la formulación de políticas programas”.
“La edificación sustentable ha demostrado sus beneficios en materia ambiental, de salud y de productividad en toda América del Norte, pero necesitamos hacer un mejor trabajo para promover su adopción”, explicó el director ejecutivo de la CCA, Adrián Vázquez. “Nuestro enfoque consiste en lograr la participación de todos los sectores interesados —arquitectos, constructores, promotores inmobiliarios, expertos en políticas, académicos y ciudadanía en general—, así como elaborar recomendaciones concretas para la toma de decisiones.”
En otro de los trabajos de investigación presentados durante el simposio se analizó cómo los gobiernos de todos los niveles pueden influir en la adopción de la edificación sustentable mediante el uso integrado de códigos de construcción, reglamentos de zonificación, incentivos fiscales, traslado de impuestos, trato preferencial para promotores de proyectos ecológicos (por ejemplo, trámites expeditos para la obtención de permisos), programas de compensación de demanda, compras preferenciales, y programas educativos, de investigación y desarrollo con apoyo gubernamental.
Otro estudio que se presentó en la reunión de Seattle se centra en las oportunidades y retos para cubrir las necesidades de vivienda asequible —particularmente críticas en México— mediante enfoques de edificación sustentable.
El simposio significa un paso clave en la elaboración del informe Edificación sustentable en América del Norte: oportunidades y retos, que el Secretariado de la CCA entregará a los ministros de medio ambiente, o equivalentes, de Canadá, Estados Unidos y México. Los documentos de referencia presentados el día de hoy se discutirán también mañana en el Hotel Mónaco. La asistencia es libre.
Seattle, 1/05/2007 – En un simposio internacional celebrado por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), organización creada por el acuerdo paralelo en materia ambiental del TLCAN, expertos en edificación sustentable presentaron este día nuevas investigaciones que muestran el potencial del sector de la construcción para reducir considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero en América del Norte.
Los resultados preliminares de un estudio confirman que cumplir con el “Desafío 2030” es técnicamente posible. El Desafío 2030, un ambicioso conjunto de metas adoptadas por el Instituto Estadounidense de Arquitectos (American Institute of Architects, AIA) y el Instituto Real de Arquitectura de Canadá (Royal Architecture Institute of Canada, RAIC), proyecta para el año 2030 un escenario en el que todas las nuevas edificaciones sean neutras en emisiones de carbono. Los autores reconocen, sin embargo, que “cambiar realmente las prácticas de la actualidad exigirá un considerable esfuerzo en la formulación de políticas programas”.
“La edificación sustentable ha demostrado sus beneficios en materia ambiental, de salud y de productividad en toda América del Norte, pero necesitamos hacer un mejor trabajo para promover su adopción”, explicó el director ejecutivo de la CCA, Adrián Vázquez. “Nuestro enfoque consiste en lograr la participación de todos los sectores interesados —arquitectos, constructores, promotores inmobiliarios, expertos en políticas, académicos y ciudadanía en general—, así como elaborar recomendaciones concretas para la toma de decisiones.”
En otro de los trabajos de investigación presentados durante el simposio se analizó cómo los gobiernos de todos los niveles pueden influir en la adopción de la edificación sustentable mediante el uso integrado de códigos de construcción, reglamentos de zonificación, incentivos fiscales, traslado de impuestos, trato preferencial para promotores de proyectos ecológicos (por ejemplo, trámites expeditos para la obtención de permisos), programas de compensación de demanda, compras preferenciales, y programas educativos, de investigación y desarrollo con apoyo gubernamental.
Otro estudio que se presentó en la reunión de Seattle se centra en las oportunidades y retos para cubrir las necesidades de vivienda asequible —particularmente críticas en México— mediante enfoques de edificación sustentable.
El simposio significa un paso clave en la elaboración del informe Edificación sustentable en América del Norte: oportunidades y retos, que el Secretariado de la CCA entregará a los ministros de medio ambiente, o equivalentes, de Canadá, Estados Unidos y México. Los documentos de referencia presentados el día de hoy se discutirán también mañana en el Hotel Mónaco. La asistencia es libre.
Justicia comercial muestra sus frutos
Tierramérica
Por Inés Benítez*
El comercio justo se afianza como opción para miles de productores pobres de Guatemala que huyen de las distorsiones del mercado internacional.
GUATEMALA, 30 abr (IPS/IFEJ) Las condiciones de vida y trabajo de miles de pequeños productores guatemaltecos mejoraron con el comercio justo, que establece nuevas reglas de juego y de mercado.
"Antes teníamos mucha necesidad. La asociación ayudó a nuestro pueblo a exportar productos y en capacitación", dice Francisco Ijón, auxiliar de comercialización de la Asociación Chajulense, entidad que abrazó los criterios del comercio justo para sus mil 800 caficultores de las occidentales regiones indígenas de Quiché y Huehuetenango, donde la pobreza reina.
Certificada por la Fairtrade Labelling Organizations International (FLO), la Asociación Chajulense exporta café a Europa y Estados Unidos y comenzó a diversificar su producción con la oferta de miel y cardamomo. En 2006 exportó 675 mil kilogramos de café orgánico, cultivado sin productos agroquímicos.
Según datos oficiales, 56 por ciento de los 12,7 millones de habitantes de Guatemala viven en la pobreza, y ocho de cada 10 pobres están en áreas rurales. Aunque el sector agrícola genera 75 por ciento de los empleos, aporta apenas 23 por ciento del producto interno bruto.
Las reglas del comercio justo son diferentes a las que rigen el intercambio internacional actual y a las que proclaman los defensores del libre comercio.
La FLO otorga el sello de comercio justo Fairtrade tras fiscalizar que las organizaciones de productores cumplan con una serie de criterios, como el pago de un salario digno y condiciones de trabajo saludables, respeto al ambiente, erradicación del trabajo infantil, equidad de género y reinversión en el desarrollo de las comunidades.
Uno de sus beneficios fue acercar el transporte automotor a los cafetales: el trabajo era duro hasta los años 90, cuando "los productores que no tenían bestias cargaban el café a pura espalda y debían caminar mucho. Ahora los vehículos llegan a mitad de camino", relata Ijón.
Veintitrés organizaciones de Guatemala exportan con el sello Fairtrade, la mayoría pequeños productores de café y en menor medida de miel. Se asegura un precio mínimo garantizado que cubre los costos de producción, aspecto clave para la devaluada caficultura centroamericana: 1,26 dólares por libra (450 gramos) de café tradicional certificado y 1,41 dólares para las variedades orgánicas.
A ese precio se añade un pago adicional --cinco centavos de dólar por libra para el café tradicional y 10 centavos para el orgánico-- destinado al desarrollo de las organizaciones, sus miembros y comunidades, explica Verónica Pérez, encargada local de Comunicación de FLO, entrevistada para este artículo.
El salario mínimo mensual es de 178 dólares en la actividad agrícola y de 183 dólares en otros sectores. Los productores de la Asociación Chajulense cobran alrededor de 90 dólares por quintal (43,3 kilos) y entregan entre 10 y 25 cada mes, precisó Ijón.
"El comercio justo abrió el mercado a los pequeños productores, algo que no ocurre con el convencional", subraya Baltazar Francisco Miguel, gerente general de la Asociación Barrillense de Agricultores, integrada por 580 caficultores orgánicos de Huehuetenango y Quiché que exportan a Canadá, Europa, Japón y Estados Unidos.
Según Miguel, sus afiliados pueden lograr entre 25 y 100 por ciento más ingresos que en el mercado convencional y, además, reciben créditos de los compradores, algo muy difícil de obtener en la banca privada nacional.
"Los pequeños productores quieren una compensación por su trabajo. La gente es humilde, pobre y analfabeta, pero produce algo que se llama café, y quiere ganar para vivir decentemente", recalca Gerardo Alberto de León, gerente de la Federación de Cooperativas de Café de Guatemala (Fedecocagua), con más de 20 mil miembros en el país, 65 por ciento de ellos adheridos al comercio justo.
Fedecocagua fue la primera organización que en 1973 exportó café en la dinámica del comercio justo a Holanda y Alemania.
En Guatemala, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá hay ya 90 organizaciones certificadas por FLO que exportan café, miel, ajonjolí (sésamo), azúcar, banano, cacao, fruta deshidratada, maní y marañón (anacardo), informa Kieran Durnien, encargado de enlace de FLO en América Central.
Para Ron Van Meer, consultor empresarial para América Latina de Fairtrade Original, organización que abastece a Holanda de productos del mercado justo, el intercambio convencional "distorsiona las relaciones entre productores y consumidores".
"No se trata de optimizar las ganancias, sino de un tipo de comercio que tome en cuenta factores como el ser humano, el ambiente, el no uso del trabajo infantil, es decir, un comercio con justicia, sostenible en el tiempo", dice Van Meer al ser entrevistado.
Las ventas en este tipo de mercado crecieron 32 por ciento entre 2004 y 2005, según estadísticas de FLO, que certificó 586 organizaciones de productores en 50 países de África, Asia y América Latina.
En Guatemala, el comercio justo se desarrolló más en la agricultura, pero también funciona en la artesanía popular, donde es mayoritaria la participación femenina.
Mayan Hands (Manos Mayas) agrupa a unas 230 mujeres indígenas de 11 comunidades en las sureñas regiones de Xela, Sololá, Chimaltenango y Baja Verapaz, que elaboran productos textiles para exportar a Estados Unidos.
Mayan Hands tiene ventas anuales de un millón de quetzales, 131 mil 578 dólares. Nació en 1989, por iniciativa de la antropóloga Brenda Rosenbaum.
"Pagamos probablemente tres veces más que el mercado convencional", subraya su directora, Deborah Chandler. La asociación garantiza el trabajo, aporta los materiales y cada enero entrega una bolsa de útiles escolares para los hijos de las artesanas, que ganan entre 32 y 197 dólares mensuales, según las horas de labor y el tipo de telar.
"Las mujeres dicen siempre que aún más importante que el dinero es que saben que van a tener trabajo todos los meses", recalca Chandler en una entrevista.
La situación del sector artesanal es más difícil que la del agrícola, pues ofrece productos que no son de consumo diario, y afronta la competencia de las baratas y abundantes artesanías asiáticas.
Mayan Hands es miembro de la estadounidense Federación de Comercio Justo, y sus productos se venden en tiendas solidarias, iglesias, asociaciones de tejedoras y grupos de paz y justicia.
"Necesitamos mercados que se rijan por otros criterios. No queremos limosnas, sino precios justos. Es preciso concientizar a los consumidores", afirma la alemana Harriet Gottlob en La Casa del Amaranto, una tienda solidaria que dirige en el centro de Guatemala.
En los estantes se ofrecen coloridas mermeladas de mango y mandarina del Quiché, miel de Petén y amaranto molido por familias del altiplano, café orgánico y semillas de chan, jabones vegetales, champú de linaza y aceites esenciales de tomillo y pino.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
Por Inés Benítez*
El comercio justo se afianza como opción para miles de productores pobres de Guatemala que huyen de las distorsiones del mercado internacional.
GUATEMALA, 30 abr (IPS/IFEJ) Las condiciones de vida y trabajo de miles de pequeños productores guatemaltecos mejoraron con el comercio justo, que establece nuevas reglas de juego y de mercado.
"Antes teníamos mucha necesidad. La asociación ayudó a nuestro pueblo a exportar productos y en capacitación", dice Francisco Ijón, auxiliar de comercialización de la Asociación Chajulense, entidad que abrazó los criterios del comercio justo para sus mil 800 caficultores de las occidentales regiones indígenas de Quiché y Huehuetenango, donde la pobreza reina.
Certificada por la Fairtrade Labelling Organizations International (FLO), la Asociación Chajulense exporta café a Europa y Estados Unidos y comenzó a diversificar su producción con la oferta de miel y cardamomo. En 2006 exportó 675 mil kilogramos de café orgánico, cultivado sin productos agroquímicos.
Según datos oficiales, 56 por ciento de los 12,7 millones de habitantes de Guatemala viven en la pobreza, y ocho de cada 10 pobres están en áreas rurales. Aunque el sector agrícola genera 75 por ciento de los empleos, aporta apenas 23 por ciento del producto interno bruto.
Las reglas del comercio justo son diferentes a las que rigen el intercambio internacional actual y a las que proclaman los defensores del libre comercio.
La FLO otorga el sello de comercio justo Fairtrade tras fiscalizar que las organizaciones de productores cumplan con una serie de criterios, como el pago de un salario digno y condiciones de trabajo saludables, respeto al ambiente, erradicación del trabajo infantil, equidad de género y reinversión en el desarrollo de las comunidades.
Uno de sus beneficios fue acercar el transporte automotor a los cafetales: el trabajo era duro hasta los años 90, cuando "los productores que no tenían bestias cargaban el café a pura espalda y debían caminar mucho. Ahora los vehículos llegan a mitad de camino", relata Ijón.
Veintitrés organizaciones de Guatemala exportan con el sello Fairtrade, la mayoría pequeños productores de café y en menor medida de miel. Se asegura un precio mínimo garantizado que cubre los costos de producción, aspecto clave para la devaluada caficultura centroamericana: 1,26 dólares por libra (450 gramos) de café tradicional certificado y 1,41 dólares para las variedades orgánicas.
A ese precio se añade un pago adicional --cinco centavos de dólar por libra para el café tradicional y 10 centavos para el orgánico-- destinado al desarrollo de las organizaciones, sus miembros y comunidades, explica Verónica Pérez, encargada local de Comunicación de FLO, entrevistada para este artículo.
El salario mínimo mensual es de 178 dólares en la actividad agrícola y de 183 dólares en otros sectores. Los productores de la Asociación Chajulense cobran alrededor de 90 dólares por quintal (43,3 kilos) y entregan entre 10 y 25 cada mes, precisó Ijón.
"El comercio justo abrió el mercado a los pequeños productores, algo que no ocurre con el convencional", subraya Baltazar Francisco Miguel, gerente general de la Asociación Barrillense de Agricultores, integrada por 580 caficultores orgánicos de Huehuetenango y Quiché que exportan a Canadá, Europa, Japón y Estados Unidos.
Según Miguel, sus afiliados pueden lograr entre 25 y 100 por ciento más ingresos que en el mercado convencional y, además, reciben créditos de los compradores, algo muy difícil de obtener en la banca privada nacional.
"Los pequeños productores quieren una compensación por su trabajo. La gente es humilde, pobre y analfabeta, pero produce algo que se llama café, y quiere ganar para vivir decentemente", recalca Gerardo Alberto de León, gerente de la Federación de Cooperativas de Café de Guatemala (Fedecocagua), con más de 20 mil miembros en el país, 65 por ciento de ellos adheridos al comercio justo.
Fedecocagua fue la primera organización que en 1973 exportó café en la dinámica del comercio justo a Holanda y Alemania.
En Guatemala, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá hay ya 90 organizaciones certificadas por FLO que exportan café, miel, ajonjolí (sésamo), azúcar, banano, cacao, fruta deshidratada, maní y marañón (anacardo), informa Kieran Durnien, encargado de enlace de FLO en América Central.
Para Ron Van Meer, consultor empresarial para América Latina de Fairtrade Original, organización que abastece a Holanda de productos del mercado justo, el intercambio convencional "distorsiona las relaciones entre productores y consumidores".
"No se trata de optimizar las ganancias, sino de un tipo de comercio que tome en cuenta factores como el ser humano, el ambiente, el no uso del trabajo infantil, es decir, un comercio con justicia, sostenible en el tiempo", dice Van Meer al ser entrevistado.
Las ventas en este tipo de mercado crecieron 32 por ciento entre 2004 y 2005, según estadísticas de FLO, que certificó 586 organizaciones de productores en 50 países de África, Asia y América Latina.
En Guatemala, el comercio justo se desarrolló más en la agricultura, pero también funciona en la artesanía popular, donde es mayoritaria la participación femenina.
Mayan Hands (Manos Mayas) agrupa a unas 230 mujeres indígenas de 11 comunidades en las sureñas regiones de Xela, Sololá, Chimaltenango y Baja Verapaz, que elaboran productos textiles para exportar a Estados Unidos.
Mayan Hands tiene ventas anuales de un millón de quetzales, 131 mil 578 dólares. Nació en 1989, por iniciativa de la antropóloga Brenda Rosenbaum.
"Pagamos probablemente tres veces más que el mercado convencional", subraya su directora, Deborah Chandler. La asociación garantiza el trabajo, aporta los materiales y cada enero entrega una bolsa de útiles escolares para los hijos de las artesanas, que ganan entre 32 y 197 dólares mensuales, según las horas de labor y el tipo de telar.
"Las mujeres dicen siempre que aún más importante que el dinero es que saben que van a tener trabajo todos los meses", recalca Chandler en una entrevista.
La situación del sector artesanal es más difícil que la del agrícola, pues ofrece productos que no son de consumo diario, y afronta la competencia de las baratas y abundantes artesanías asiáticas.
Mayan Hands es miembro de la estadounidense Federación de Comercio Justo, y sus productos se venden en tiendas solidarias, iglesias, asociaciones de tejedoras y grupos de paz y justicia.
"Necesitamos mercados que se rijan por otros criterios. No queremos limosnas, sino precios justos. Es preciso concientizar a los consumidores", afirma la alemana Harriet Gottlob en La Casa del Amaranto, una tienda solidaria que dirige en el centro de Guatemala.
En los estantes se ofrecen coloridas mermeladas de mango y mandarina del Quiché, miel de Petén y amaranto molido por familias del altiplano, café orgánico y semillas de chan, jabones vegetales, champú de linaza y aceites esenciales de tomillo y pino.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
miércoles, agosto 08, 2007
E. U. Plantará la mayor superficie de maíz desde la segunda guerra mundial.
Alana Herro –9 de Abril de 2007— 4:00 am
Shark
El departamento de agricultura de E.U. predice que los agricultores plantarán 90.5 millones de acres de maíz en 2007.
Según el New York Times, como este año surgió la demanda de utilizar maíz para producir etanol, se espera que los agricultores de Estados Unidos cultiven la mayor cantidad de maíz desde 1944. En un reporte del departamento de agricultura de Estados Unidos (USDA) publicado en marzo, se estima que los agricultores sembrarán 90.5 millones de acres (36.6 millones de hectáreas) de maíz en 2007, con un incremento del 15% en comparación con el año anterior. Debido a los altos precios que esta cosecha puede traer, los agricultores están sembrando maíz de “pared a pared”, dijo Webb Bozeman un agricultor de Mississippi.
El reporte del USDA, menciona que el hecho de sembrar mayor cantidad de maíz, significará una menor cantidad de tierra empleada para la siembra de algodón, arroz y soya. “El maíz es provechoso. El algodón es más probable que no funcione incluso en el mejor de los casos” dijo Bozeman. Los precios de lo terrenos de cultivo también están aumentando como producto del auge del etanol: Por primera vez en 30 años los precios de las tierras para sembrar maíz desde Iowa hasta Argentina, aumentan más rápido que los precios de departamentos en Manhattan y Londres.
David Driscoll, una analista de Citigroup, menciona que el estimado del USDA significa que habrá suficiente maíz para cubrir las necesidades tanto de comida como de combustible, aunque estipula que la cosecha de maíz en última instancia depende del clima. El incremento esperado en el suministro de maíz, también representa una preocupación en cuanto al aumento de los precios de la comida, por lo menos en Estados Unidos. Brian Halweil menciona que “justo ahora, los precios son altos, así que los agricultores plantan más, lo cual tiende a llevar los precios hacia abajo”.
Este artículo fue producido por Eye on Herat, un proyecto conjunto del Worldwatch Institute y el blue moon fund.
Shark
El departamento de agricultura de E.U. predice que los agricultores plantarán 90.5 millones de acres de maíz en 2007.
Según el New York Times, como este año surgió la demanda de utilizar maíz para producir etanol, se espera que los agricultores de Estados Unidos cultiven la mayor cantidad de maíz desde 1944. En un reporte del departamento de agricultura de Estados Unidos (USDA) publicado en marzo, se estima que los agricultores sembrarán 90.5 millones de acres (36.6 millones de hectáreas) de maíz en 2007, con un incremento del 15% en comparación con el año anterior. Debido a los altos precios que esta cosecha puede traer, los agricultores están sembrando maíz de “pared a pared”, dijo Webb Bozeman un agricultor de Mississippi.
El reporte del USDA, menciona que el hecho de sembrar mayor cantidad de maíz, significará una menor cantidad de tierra empleada para la siembra de algodón, arroz y soya. “El maíz es provechoso. El algodón es más probable que no funcione incluso en el mejor de los casos” dijo Bozeman. Los precios de lo terrenos de cultivo también están aumentando como producto del auge del etanol: Por primera vez en 30 años los precios de las tierras para sembrar maíz desde Iowa hasta Argentina, aumentan más rápido que los precios de departamentos en Manhattan y Londres.
David Driscoll, una analista de Citigroup, menciona que el estimado del USDA significa que habrá suficiente maíz para cubrir las necesidades tanto de comida como de combustible, aunque estipula que la cosecha de maíz en última instancia depende del clima. El incremento esperado en el suministro de maíz, también representa una preocupación en cuanto al aumento de los precios de la comida, por lo menos en Estados Unidos. Brian Halweil menciona que “justo ahora, los precios son altos, así que los agricultores plantan más, lo cual tiende a llevar los precios hacia abajo”.
Este artículo fue producido por Eye on Herat, un proyecto conjunto del Worldwatch Institute y el blue moon fund.
Deforestación puede evitar calentamiento
Contrariamente a lo que se piensa, la deforestación, en algunas partes del mundo, puede ayudar a luchar contra el calentamiento climático, según un estudio publicado en EE.UU.
La deforestación libera dióxido de carbono (CO2), principal gas con efecto invernadero, y contribuye al recalentamiento climático, pero en algunas latitudes, como en Siberia, en el norte de Europa y Canadá, donde reina el bosque boreal, los árboles pueden contribuir al calentamiento climático al absorber más radiaciones solares, estima este estudio publicado por la Academia de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).
La deforestación controlada del bosque boreal y su remplazo por pasturas y arbustos puede contribuir a invertir el calentamiento climático, añade el estudio.
Por el contrario, la deforestación del bosque tropical juega un rol importante en el calentamiento climático.
Científicos de Carnegie, un instituto privado de investigación y del Laboratorio nacional estadounidense Lawrence Livermore en California (oeste), simularon en una computadora los efectos de una vasta deforestación en el globo y estudiaron los efectos negativos y positivos en diferentes latitudes.
"Una estrategia de reforestación para luchar contra el calentamiento de la Tierra debe tener en cuenta no solamente el hecho de que los árboles absorben el CO2 sino también su capacidad, según la latitud, de crear -por evaporación del agua que retienen- nubes que contribuyen a reflejar el calor, o a absorberlo haciendo sombra en las zonas más frías, donde hay nueve", explicó Ken Caldeira, uno de los responsables del estudio.
Los investigadores subrayaron que no estaban defendiendo una deforestación de las zonas más frías.
La deforestación libera dióxido de carbono (CO2), principal gas con efecto invernadero, y contribuye al recalentamiento climático, pero en algunas latitudes, como en Siberia, en el norte de Europa y Canadá, donde reina el bosque boreal, los árboles pueden contribuir al calentamiento climático al absorber más radiaciones solares, estima este estudio publicado por la Academia de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).
La deforestación controlada del bosque boreal y su remplazo por pasturas y arbustos puede contribuir a invertir el calentamiento climático, añade el estudio.
Por el contrario, la deforestación del bosque tropical juega un rol importante en el calentamiento climático.
Científicos de Carnegie, un instituto privado de investigación y del Laboratorio nacional estadounidense Lawrence Livermore en California (oeste), simularon en una computadora los efectos de una vasta deforestación en el globo y estudiaron los efectos negativos y positivos en diferentes latitudes.
"Una estrategia de reforestación para luchar contra el calentamiento de la Tierra debe tener en cuenta no solamente el hecho de que los árboles absorben el CO2 sino también su capacidad, según la latitud, de crear -por evaporación del agua que retienen- nubes que contribuyen a reflejar el calor, o a absorberlo haciendo sombra en las zonas más frías, donde hay nueve", explicó Ken Caldeira, uno de los responsables del estudio.
Los investigadores subrayaron que no estaban defendiendo una deforestación de las zonas más frías.
lunes, agosto 06, 2007
Amazonia puede convertirse en inmensa sabana
Tierramérica
Por Mario Osava *
El recalentamiento global ampliará los efectos de la deforestación, que puede convertir en sabanas hasta 60 por ciento de la Amazonia en este siglo, afirma el IPCC.
RÍO DE JANEIRO, 9 abr (IPS/IFEJ) Una Amazonia cada vez menos exuberante, de selvas sustituidas por sabanas, es la imagen diseñada por los últimos informes científicos en los que ganan protagonismo los meteorólogos, agravando las peores advertencias de los ecologistas.
De mantenerse la tendencia actual, la deforestación, que en los últimos 30 años llegó a casi 600 mil kilómetros cuadrados sólo en la Amazonia brasileña --un área equivalente a Alemania e Italia sumadas--, habrá destruido más de 30 por ciento de los bosques amazónicos en 2050, señala el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Ese proceso puede "convertir en sabanas" (praderas cubiertas de pastos) hasta 60 por ciento de la Amazonia en este siglo, según un estudio realizado en 2003 por Carlos Nobre y Marcos Oyama, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
El recalentamiento planetario "ampliará mucho" tales efectos, señala el IPCC en el segundo volumen de su informe 2007, titulado "Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad" y publicado el viernes 6 en Bruselas.
El informe del IPCC, del cual Nobre es uno de sus autores, enfatiza en la urgencia de contener la deforestación amazónica, responsable de 75 por ciento de las emisiones brasileñas de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático.
"Brasil sólo puede ganar con eso", porque protegería una enorme riqueza futura y lideraría las discusiones sobre cambio climático, dijo en una entrevista Antonio Ocimar Manzi, gerente ejecutivo del Experimento de Gran Escala de la Biosfera-Atmósfera en la Amazonia, programa de estudios que involucra a científicos brasileños y extranjeros.
La temperatura amazónica podría subir en promedio ocho grados hacia el final del siglo si se mantienen los factores que recalientan la Tierra, destacó el meteorólogo José Antonio Marengo, en un informe presentado al Ministerio de Ambiente a fines de febrero.
En algunas áreas, la temperatura puede aumentar hasta 12 grados, observó Philip Fearnside, ecólogo estadounidense y estudioso amazónico desde hace tres décadas en el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (INPA). Pero eso ocurrirá si no se hace nada para contener la deforestación ni los cambios climáticos globales, agregó.
Las temperaturas más elevadas hacen que los árboles consuman más agua para ejecutar la fotosíntesis, por eso afectan los bosques. Pero la gran amenaza del cambio climático es la de generar un fenómeno permanente de El Niño (el calentamiento periódico de las aguas del océano Pacífico), que se manifiesta en más calor y largos periodos de lluvias escasas al norte del río Amazonas, dijo Fearnside, otro de los autores del informe del IPCC.
Eso ocurrió en 1997-1998, cuando la sequía provocó incendios devastadores en el septentrional estado de Roraima. Y en 2006, un moderado Niño redujo mucho las lluvias a lo largo del río Negro, gran afluente del Amazonas.
El recalentamiento global actual, ligero en relación al que se espera, se ha visto acompañado de un aumento de la frecuencia de El Niño desde 1976.
El Niño será "más frecuente y más intenso" si la humanidad no actúa para contener el efecto invernadero, sostuvo Fearnside en una entrevista para este artículo.
Al sur del río Amazonas también hay sequías, al calentarse las aguas atlánticas. En 2005 hubo incendios incontrolables en el occidental estado de Acre, que desarrolla una reconocida política de conservación forestal. Los incendios son el gran factor de la conversión de las selvas en sabanas.
Otra razón para estar "al borde de la sabanización de la Amazonia" es la existencia de partes propensas a ese proceso, como Santarém, en el este de esa región, con bosques tropicales pero lluvias casi equivalentes a las de Brasilia, ubicada en el Cerrado, el bioma brasileño de sabanas, explicó Fearnside.
Una voz aislada, la del respetado geógrafo brasileño Aziz Ab'Saber, de 83 años, se levantó contra tales pronósticos, previendo al contrario una mayor densidad de los bosques amazónicos y de otros biomas de este país con el recalentamiento global.
El calor aumentará la evaporación en el Atlántico, y la humedad llegará al continente, incrementando las lluvias, razonó en varias entrevistas concedidas después de publicado en febrero el primer volumen del informe del IPCC.
Ab'Saber, quien aplicó la Teoría de los Refugios para explicar la formación de los bosques amazónicos, recuerda que hace seis mil años el planeta vivió un "optimum climático", con un recalentamiento que elevó el nivel de los oceános después de la era glacial y provocó más lluvias y la "retropicalización" de Brasil.
Las corrientes calientes del Atlántico se mantendrán y no fueron consideradas por el IPCC, criticó Ab'Saber.
Los demás investigadores evitan la polémica, pero recuerdan que los actuales estudios se basan en complejos modelos matemáticos que consideran todas las variables, como experiencias pasadas y corrientes marítimas.
"Los resultados son consistentes" y quizás evalúan mejor el "ciclo del agua", de conocimiento más reciente y poco considerado por Ab'Saber, dijo Gilvan Sampaio, investigador del INPE.
Casi la mitad de las lluvias amazónicas son producto de la reevaporación a través de los bosques. La deforestación reducirá la humedad, y también el centro-sur de Brasil y partes de Argentina, Bolivia y Paraguay sufrirán los efectos, añadió Sampaio en una entrevista.
"Por lo menos 30 por ciento de las lluvias en el sudeste brasileño provienen de la Amazonia", por donde pasan los aires húmedos del este que la Cordillera de los Andes desvía hacia el sur, explicó.
Pero la cuestión de las lluvias en la Amazonia aún presenta "incertidumbres", matizó Manzi. La mayoría de las evaluaciones también indican más lluvias en el occidente amazónico, cerca de los Andes, y por tanto bosques más densos.
Pero en la Amazonia oriental hay dudas sobre las previsiones de reducción de las lluvias. En general, los modelos matemáticos apuntan a "climas más secos que la realidad", pero prevén correctamente la evolución, reconoció.
No se puede descartar efectos menos trágicos que los anunciados, pero dependen de que se adopten medidas, como reducir rápidamente la deforestación amazónica, agregó.
Desde los años 70 se intensifican los fenómenos extremos, como la sequía de 2005 en el sudoeste amazónico.
Fearnside destacó la sinergia entre sequías provocadas por El Niño y el calentamiento de las aguas atlánticas, la tala por el avance agrícola y maderero y los incendios provocados por actividades humanas, secas y calor, que queman sobre todo los árboles mayores, vitales para mantener el microclima forestal. Todo contribuye a la deforestación.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
Por Mario Osava *
El recalentamiento global ampliará los efectos de la deforestación, que puede convertir en sabanas hasta 60 por ciento de la Amazonia en este siglo, afirma el IPCC.
RÍO DE JANEIRO, 9 abr (IPS/IFEJ) Una Amazonia cada vez menos exuberante, de selvas sustituidas por sabanas, es la imagen diseñada por los últimos informes científicos en los que ganan protagonismo los meteorólogos, agravando las peores advertencias de los ecologistas.
De mantenerse la tendencia actual, la deforestación, que en los últimos 30 años llegó a casi 600 mil kilómetros cuadrados sólo en la Amazonia brasileña --un área equivalente a Alemania e Italia sumadas--, habrá destruido más de 30 por ciento de los bosques amazónicos en 2050, señala el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Ese proceso puede "convertir en sabanas" (praderas cubiertas de pastos) hasta 60 por ciento de la Amazonia en este siglo, según un estudio realizado en 2003 por Carlos Nobre y Marcos Oyama, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
El recalentamiento planetario "ampliará mucho" tales efectos, señala el IPCC en el segundo volumen de su informe 2007, titulado "Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad" y publicado el viernes 6 en Bruselas.
El informe del IPCC, del cual Nobre es uno de sus autores, enfatiza en la urgencia de contener la deforestación amazónica, responsable de 75 por ciento de las emisiones brasileñas de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático.
"Brasil sólo puede ganar con eso", porque protegería una enorme riqueza futura y lideraría las discusiones sobre cambio climático, dijo en una entrevista Antonio Ocimar Manzi, gerente ejecutivo del Experimento de Gran Escala de la Biosfera-Atmósfera en la Amazonia, programa de estudios que involucra a científicos brasileños y extranjeros.
La temperatura amazónica podría subir en promedio ocho grados hacia el final del siglo si se mantienen los factores que recalientan la Tierra, destacó el meteorólogo José Antonio Marengo, en un informe presentado al Ministerio de Ambiente a fines de febrero.
En algunas áreas, la temperatura puede aumentar hasta 12 grados, observó Philip Fearnside, ecólogo estadounidense y estudioso amazónico desde hace tres décadas en el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (INPA). Pero eso ocurrirá si no se hace nada para contener la deforestación ni los cambios climáticos globales, agregó.
Las temperaturas más elevadas hacen que los árboles consuman más agua para ejecutar la fotosíntesis, por eso afectan los bosques. Pero la gran amenaza del cambio climático es la de generar un fenómeno permanente de El Niño (el calentamiento periódico de las aguas del océano Pacífico), que se manifiesta en más calor y largos periodos de lluvias escasas al norte del río Amazonas, dijo Fearnside, otro de los autores del informe del IPCC.
Eso ocurrió en 1997-1998, cuando la sequía provocó incendios devastadores en el septentrional estado de Roraima. Y en 2006, un moderado Niño redujo mucho las lluvias a lo largo del río Negro, gran afluente del Amazonas.
El recalentamiento global actual, ligero en relación al que se espera, se ha visto acompañado de un aumento de la frecuencia de El Niño desde 1976.
El Niño será "más frecuente y más intenso" si la humanidad no actúa para contener el efecto invernadero, sostuvo Fearnside en una entrevista para este artículo.
Al sur del río Amazonas también hay sequías, al calentarse las aguas atlánticas. En 2005 hubo incendios incontrolables en el occidental estado de Acre, que desarrolla una reconocida política de conservación forestal. Los incendios son el gran factor de la conversión de las selvas en sabanas.
Otra razón para estar "al borde de la sabanización de la Amazonia" es la existencia de partes propensas a ese proceso, como Santarém, en el este de esa región, con bosques tropicales pero lluvias casi equivalentes a las de Brasilia, ubicada en el Cerrado, el bioma brasileño de sabanas, explicó Fearnside.
Una voz aislada, la del respetado geógrafo brasileño Aziz Ab'Saber, de 83 años, se levantó contra tales pronósticos, previendo al contrario una mayor densidad de los bosques amazónicos y de otros biomas de este país con el recalentamiento global.
El calor aumentará la evaporación en el Atlántico, y la humedad llegará al continente, incrementando las lluvias, razonó en varias entrevistas concedidas después de publicado en febrero el primer volumen del informe del IPCC.
Ab'Saber, quien aplicó la Teoría de los Refugios para explicar la formación de los bosques amazónicos, recuerda que hace seis mil años el planeta vivió un "optimum climático", con un recalentamiento que elevó el nivel de los oceános después de la era glacial y provocó más lluvias y la "retropicalización" de Brasil.
Las corrientes calientes del Atlántico se mantendrán y no fueron consideradas por el IPCC, criticó Ab'Saber.
Los demás investigadores evitan la polémica, pero recuerdan que los actuales estudios se basan en complejos modelos matemáticos que consideran todas las variables, como experiencias pasadas y corrientes marítimas.
"Los resultados son consistentes" y quizás evalúan mejor el "ciclo del agua", de conocimiento más reciente y poco considerado por Ab'Saber, dijo Gilvan Sampaio, investigador del INPE.
Casi la mitad de las lluvias amazónicas son producto de la reevaporación a través de los bosques. La deforestación reducirá la humedad, y también el centro-sur de Brasil y partes de Argentina, Bolivia y Paraguay sufrirán los efectos, añadió Sampaio en una entrevista.
"Por lo menos 30 por ciento de las lluvias en el sudeste brasileño provienen de la Amazonia", por donde pasan los aires húmedos del este que la Cordillera de los Andes desvía hacia el sur, explicó.
Pero la cuestión de las lluvias en la Amazonia aún presenta "incertidumbres", matizó Manzi. La mayoría de las evaluaciones también indican más lluvias en el occidente amazónico, cerca de los Andes, y por tanto bosques más densos.
Pero en la Amazonia oriental hay dudas sobre las previsiones de reducción de las lluvias. En general, los modelos matemáticos apuntan a "climas más secos que la realidad", pero prevén correctamente la evolución, reconoció.
No se puede descartar efectos menos trágicos que los anunciados, pero dependen de que se adopten medidas, como reducir rápidamente la deforestación amazónica, agregó.
Desde los años 70 se intensifican los fenómenos extremos, como la sequía de 2005 en el sudoeste amazónico.
Fearnside destacó la sinergia entre sequías provocadas por El Niño y el calentamiento de las aguas atlánticas, la tala por el avance agrícola y maderero y los incendios provocados por actividades humanas, secas y calor, que queman sobre todo los árboles mayores, vitales para mantener el microclima forestal. Todo contribuye a la deforestación.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
Edificación ecológica va cuesta arriba
Tierramérica
Por Diego Cevallos*
Los edificios de América del Norte liberan abundantes gases invernadero, aguas servidas y residuos, mientras asoma apenas la construcción ecológica en México, con cinco mil viviendas populares erigidas.
MÉXICO, 2 abr (IPS/IFEJ) La clase de edificio donde uno vive o trabaja y el uso que le da generan buena parte de los cambios climáticos que preocupan a los científicos. La energía consumida allí se traduce en gases contaminantes, el agua en desechos y los materiales de construcción en basura.
En América del Norte, entre 11 y 30 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del recalentamiento global, provienen de las edificaciones, que gastan gran parte de la electricidad disponible, el agua y las materias primas, entre ellas maderas preciosas extraídas muchas veces de manera ilegal, y compuestos plásticos como el policloruro de vinilo o PVC, perjudiciales para la salud.
Solamente en Estados Unidos, generador de casi un tercio de los gases invernadero mundiales, las edificaciones consumen alrededor de 65 por ciento de toda la electricidad, 40 por ciento de las materias primas y 12 por ciento del abasto de agua.
En México, que emite dos por ciento de esos gases, los edificios gastan 20 por ciento de la electricidad, 80 por ciento de la cual se produce mediante quema de combustibles.
Esos dos países, que junto con Canadá integran la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), buscan disminuir el impacto de este sector en el cambio climático que, según la mayoría de científicos se produce por la acumulación atmosférica de gases procedentes sobre todo de la quema de combustibles fósiles.
Expertos de los tres países analizan el asunto desde inicios de año y ofrecen para septiembre un amplio informe que incluirá recomendaciones a los gobiernos.
El objetivo es acotar las construcciones contaminantes y dar cauce a las sustentables, que se integran al ambiente de forma amigable, consumen poca electricidad e, idealmente, procesan el agua y la basura que desechan, además de brindar particular confort a sus habitantes.
Pero la meta está cuesta arriba. "El desarrollo de la edificación verde es incipiente y no hay una política eje de los gobiernos en la materia", dijo David Morillón, experto de la Universidad Nacional Autónoma de México y uno de quienes redactarán el informe final de la CCA.
No obstante, ya hay algunos planes en marcha, y decenas de arquitectos, ingenieros e investigadores de América del Norte y del Sur intercambian información mediante redes virtuales, organizando a veces seminarios sobre construcción "verde".
En los últimos seis años, Canadá y Estados Unidos desarrollaron nuevas normativas ambientales para las edificaciones, firmas privadas crearon certificados para las constructoras de edificios sustentables y emergió un marginal servicio de hipotecas "verdes", que presta dinero bajo consideraciones ambientales.
Aun así, el porcentaje de edificios ecológicos en esos países no supera 10 por ciento del total.
En México, el gobierno patrocina un plan de construcción sustentable para sectores de bajos ingresos gestionado por el sector privado. Así se erigieron unas cinco mil viviendas, la mayoría de entre 40 y 70 metros cuadrados y ya casi terminadas.
Para un país donde la demanda de vivienda supera el millón de unidades por año --aunque en los últimos seis solamente se levantaron 500 mil anuales-- el proyecto es apenas un pequeño paso.
Las construcciones mexicanas apuntan especialmente a bajar el consumo de electricidad y agua, pero no incluyen equipos de energía solar ni de tratamiento de aguas servidas, que son los ideales para ese tipo de edificaciones.
"Este es un paso experimental" y apunta a generar información y hechos comprobables para que sea el mercado "el que finalmente imponga la necesidad de caminar hacia las construcciones sustentables", señaló Evangelina Hirata, directora de la estatal Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda.
Pero no se puede asegurar que en seis años más México construya todas las viviendas con características sustentables, "lo que ahora no sucede en ninguna parte del mundo", continuó.
El 29 de marzo entró en vigor en España el Código Técnico de Edificación, que obliga a incluir fuentes renovables de energía para obtener agua caliente y electricidad en todos los edificios que se empiecen a construir o a rehabilitar desde esa fecha.
Según la nueva norma, habrá límites para el consumo energético de los edificios en función de sus características, se impulsará el mejor rendimiento de los sistemas térmicos y de iluminación y se impondrá un porcentaje obligatorio de fuentes limpias: energía solar directa y paneles solares.
Mientras, en México se está sembrando una semilla. "Espero que en un año el sistema financiero mexicano comience a ofrecer hipotecas verdes", tras comprobar que, "a la larga", cualquier edificación sustentable resulta más barata y beneficiosa para usuario y comunidad, agregó.
Según Morillón, construir un edificio sustentable puede llegar a costar entre tres y 20 por ciento más que uno tradicional. Pero confía en que el mercado las abarate cuando se generalicen.
Eso podría tardar muchos años, y el tiempo apremia, lamentó.
En México, las construcciones tradicionales tienen una vida útil de 30 a 40 años, pero en 10 o 12 años más el país podría quedarse sin petróleo, lo que dificultaría la oferta de electricidad para esas edificaciones.
El tiempo presiona también por el lado del cambio climático. Si el consumo de combustibles fósiles y el proceso de deterioro ambiental continúan como hasta ahora, a finales del siglo la temperatura planetaria promedio podría aumentar entre 1,8 y 6,4 grados y el nivel del mar entre 18 y 59 centímetros, según diversos pronósticos.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
Por Diego Cevallos*
Los edificios de América del Norte liberan abundantes gases invernadero, aguas servidas y residuos, mientras asoma apenas la construcción ecológica en México, con cinco mil viviendas populares erigidas.
MÉXICO, 2 abr (IPS/IFEJ) La clase de edificio donde uno vive o trabaja y el uso que le da generan buena parte de los cambios climáticos que preocupan a los científicos. La energía consumida allí se traduce en gases contaminantes, el agua en desechos y los materiales de construcción en basura.
En América del Norte, entre 11 y 30 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del recalentamiento global, provienen de las edificaciones, que gastan gran parte de la electricidad disponible, el agua y las materias primas, entre ellas maderas preciosas extraídas muchas veces de manera ilegal, y compuestos plásticos como el policloruro de vinilo o PVC, perjudiciales para la salud.
Solamente en Estados Unidos, generador de casi un tercio de los gases invernadero mundiales, las edificaciones consumen alrededor de 65 por ciento de toda la electricidad, 40 por ciento de las materias primas y 12 por ciento del abasto de agua.
En México, que emite dos por ciento de esos gases, los edificios gastan 20 por ciento de la electricidad, 80 por ciento de la cual se produce mediante quema de combustibles.
Esos dos países, que junto con Canadá integran la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), buscan disminuir el impacto de este sector en el cambio climático que, según la mayoría de científicos se produce por la acumulación atmosférica de gases procedentes sobre todo de la quema de combustibles fósiles.
Expertos de los tres países analizan el asunto desde inicios de año y ofrecen para septiembre un amplio informe que incluirá recomendaciones a los gobiernos.
El objetivo es acotar las construcciones contaminantes y dar cauce a las sustentables, que se integran al ambiente de forma amigable, consumen poca electricidad e, idealmente, procesan el agua y la basura que desechan, además de brindar particular confort a sus habitantes.
Pero la meta está cuesta arriba. "El desarrollo de la edificación verde es incipiente y no hay una política eje de los gobiernos en la materia", dijo David Morillón, experto de la Universidad Nacional Autónoma de México y uno de quienes redactarán el informe final de la CCA.
No obstante, ya hay algunos planes en marcha, y decenas de arquitectos, ingenieros e investigadores de América del Norte y del Sur intercambian información mediante redes virtuales, organizando a veces seminarios sobre construcción "verde".
En los últimos seis años, Canadá y Estados Unidos desarrollaron nuevas normativas ambientales para las edificaciones, firmas privadas crearon certificados para las constructoras de edificios sustentables y emergió un marginal servicio de hipotecas "verdes", que presta dinero bajo consideraciones ambientales.
Aun así, el porcentaje de edificios ecológicos en esos países no supera 10 por ciento del total.
En México, el gobierno patrocina un plan de construcción sustentable para sectores de bajos ingresos gestionado por el sector privado. Así se erigieron unas cinco mil viviendas, la mayoría de entre 40 y 70 metros cuadrados y ya casi terminadas.
Para un país donde la demanda de vivienda supera el millón de unidades por año --aunque en los últimos seis solamente se levantaron 500 mil anuales-- el proyecto es apenas un pequeño paso.
Las construcciones mexicanas apuntan especialmente a bajar el consumo de electricidad y agua, pero no incluyen equipos de energía solar ni de tratamiento de aguas servidas, que son los ideales para ese tipo de edificaciones.
"Este es un paso experimental" y apunta a generar información y hechos comprobables para que sea el mercado "el que finalmente imponga la necesidad de caminar hacia las construcciones sustentables", señaló Evangelina Hirata, directora de la estatal Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda.
Pero no se puede asegurar que en seis años más México construya todas las viviendas con características sustentables, "lo que ahora no sucede en ninguna parte del mundo", continuó.
El 29 de marzo entró en vigor en España el Código Técnico de Edificación, que obliga a incluir fuentes renovables de energía para obtener agua caliente y electricidad en todos los edificios que se empiecen a construir o a rehabilitar desde esa fecha.
Según la nueva norma, habrá límites para el consumo energético de los edificios en función de sus características, se impulsará el mejor rendimiento de los sistemas térmicos y de iluminación y se impondrá un porcentaje obligatorio de fuentes limpias: energía solar directa y paneles solares.
Mientras, en México se está sembrando una semilla. "Espero que en un año el sistema financiero mexicano comience a ofrecer hipotecas verdes", tras comprobar que, "a la larga", cualquier edificación sustentable resulta más barata y beneficiosa para usuario y comunidad, agregó.
Según Morillón, construir un edificio sustentable puede llegar a costar entre tres y 20 por ciento más que uno tradicional. Pero confía en que el mercado las abarate cuando se generalicen.
Eso podría tardar muchos años, y el tiempo apremia, lamentó.
En México, las construcciones tradicionales tienen una vida útil de 30 a 40 años, pero en 10 o 12 años más el país podría quedarse sin petróleo, lo que dificultaría la oferta de electricidad para esas edificaciones.
El tiempo presiona también por el lado del cambio climático. Si el consumo de combustibles fósiles y el proceso de deterioro ambiental continúan como hasta ahora, a finales del siglo la temperatura planetaria promedio podría aumentar entre 1,8 y 6,4 grados y el nivel del mar entre 18 y 59 centímetros, según diversos pronósticos.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).
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