El Financiero, 2 de Junio de 2010, p. 13a.
Luis Pruneda
A finales del año pasado, y en prevención dé la reactivación de la actividad económica en México, el gobierno federal decidió reanudar la política de deslizamiento de los precios de las gasolinas y el díesel durante 2010, con lo que se estimó que se podría reducir en casi 1,0 por ciento el costo del subsidio por dicho concepto y el cual ascenderá a 60 mil millones de pesos, importe que equivale a 0.47 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) del país, similar al presupuesto del Programa Oportunidades que beneficia a más de 26 millones de mexicanos, y a tres veces el presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Para fundamentar la restauración de esta política, la autoridad hacendaria, responsable de las finanzas públicas, hizo las siguientes tres reflexiones:
Evolución reciente de los precios de la gasolina y el diesel en México
Pesos por litro
Año Magna Premium Diesel Ingresos adicionales (millones de pesos)
2009 7.80 9.57 8.16
2010
Enero 7.88 9.66 8.24 414.6
Febrero 7.96 9.60 8.32 863.3
Marzo 8.04 9.74 8.40 1368.3
Abril 8.12 9.78 8.48 1716.5
Mayo 8.20 9.82 8.56 n.d.
Ingresos 2928.0 172.5 1262.6 4636.1
adicionales
A) Cerca del 40% de las gasolinas se importan actualmente, con lo que tener un precio inferior al internacional significa una transferencia importante de recursos públicos y divisas hacia el exterior.
b) Este apoyo es sumamente regresivo, ya que el 20 por ciento de la población de mayores ingresos concentra poco más de la mitad del monto del apoyo debido a que son éstos los que más concentran el consumo de las gasolinas.
C) De mantener el precio de las gasolinas artificialmente bajo, se aceleraría aún más el de por sí alto consumo interno, ya que la evidencia demuestra que las distorsiones de precios generan incentivos perversos para incrementar desproporcionadamente el consumo de un producto no renovable y que además contamina el ambiente.
Así, por ejemplo, el volumen de venta de la gasolina Magna creció 3.0 por ciento en el periodo enero-noviembre de 2009, a pesar de la severa contracción en la actividad económica.
De esta forma, se ha observado que de enero a mayo los precios para la gasolina Magna y el dísel han sido de 40 centavos por litro, lo que significa un crecimiento de 5.1 y 4.9 por ciento con respecto al precio vigente en el último mes de 2009; por su parte, la gasolina Premium mostró un incremento de 2.6 por ciento.
Dado que los aumentos realizados por Pemex han sido prácticamente constantes, al término del año se podría esperar que los precios de venta al público alcancen 8.76 pesos para la Magna, de 10.10 pesos para la Premiun y de 9.12 pesos por litro para el dísel.
Al comparar el comportamiento de los precios de estos combustibles respecto del índice Nacional de Precios al Consumidor, se observa que el restablecimiento de la política de desliz en los precios de estos energéticos ha sido un factor importante por el impacto que tiene en su evolución, aunque el Banco de México ya lo había previsto, situando la inflación general para abril de este año en 4.27 por ciento, promedio anual, indicador que tuvo una reducción de 0.32 por ciento.
Política de precios seguida
Como resultado de la política de precios seguida, el estimado de ingresos públicos adicionales, de acuerdo con el comportamiento de las ventas internas de esos mismos combustibles al concluir el mes de abril, resulta ser de cuatro mil 363 millones de pesos, y de continuar esta tendencia por lo que resta del año, el importe adicional resultaría ser de 33 mil 415 millones de pesos, considerando que el volumen mensual de ventas promedio de los tres combustibles fuera de tres mil 625 millones de litros mensuales.
En efecto, vale la pena señalar que durante 2009 se comercializaron casi 64 mil 201 millones de litros de gasolinas y dísel, de los cuales 66.4 por ciento corresponde a la del tipo Magna o popular, el 5.2 por ciento a la Premiun y el restante 28.4 por ciento a la venta de dísel.
El manejo de la política de precios y tarifas continuó orientado a propiciar avances en el saneamiento y fortalecimiento financiero de los organismos y empresas públicos, a fomentar el uso racional de los bienes y servicios que ofrecen, y a garantizar el abasto suficiente y oportuno de insumos estratégicos.
Como antecedentes históricos, vale la pena recordar que durante casi todo el periodo que media entre 1992 y hasta 2005, la gasolina en México estuvo por encima del precio en Estados Unidos, e incluso se ubicó 50 por ciento arriba por periodos sostenidos.
Por el contrario, a partir de 2005 el precio de los combustibles en nuestro país se encontró por debajo del de Estados Unidos, y salvo un breve periodo en 2009, la gasolina en México resultó ser más barata en el país que en Estados Unidos.
Así, al cierre de 2009 los precios en México se ubicaron 12 por ciento por debajo de los observados en la economía estadounidense. En el caso de ambos combustibles (gasolina y dísel), y también resultan ser de los menores en el mundo. Por ejemplo, el precio de la gasolina en Costa Rica es casi dos veces mayor de lo que cuesta en México; en Brasil y en España es más de dos veces, y en el Reino Unido es casi tres veces el precio de la gasolina en nuestro país.
En suma, de no haberse adoptado esta política de actualización paulatina en los precios de estos combustibles, el importe del subsidio en 2010 habría sido equivalente a 0.47 puntos porcentuales del PIB del país, y con los ajustes promedio por mes que viene aplicado el gobierno federal, se espera reducir su proporción respecto del Producto en 0.21 puntos para situarlo a fin de año en 0.26 por ciento.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario