miércoles, septiembre 12, 2012

Los guerrilleros que aprendieron a cuidar sus bosques


Alberto Nájar, BBC Mundo, Ciudad de México,  Martes, 11 de septiembre de 2012
El Largo
Los propietarios de El Largo combinan la ecología con el desarrollo humano de las comunidades.
Es una de las reservas de bosques más grandes de México, donde ocurrió el primer ataque guerrillero en la historia reciente del país. Hoy los descendientes de ese movimiento se han convertido en ejemplo internacional en el manejo adecuado de recursos forestales.
Se trata del ejido El Largo, en el municipio de Madera, Chihuahua. En 1965 un grupo de estudiantes y profesores atacaron el cuartel militar de la zona. Uno de sus motivos fue el despojo de bosques comunitarios por parte de una empresa internacional que gozaba de la protección de las autoridades locales.
Tras el ataque al cuartel de Madera los campesinos y propietarios de bosques mantuvieron una intensa lucha social, que derivó en la expropiación de 261.000 hectáreas por parte del gobierno federal para crear un ejido forestal.
Un ejido es una forma de propiedad comunitaria que existe en México. En este caso, los terrenos de El Largo fueron repartidos entre los activistas, le dice a BBC Mundo el ex diputado Víctor Quintana.
"Indudablemente que el reparto se da como una respuesta indirecta a la acción guerrillera", explica.
"Eran otras condiciones de vida, había mucha pobreza, problemas con terratenientes, haciendas", completa Alfonso Domíguez, responsable del Ejido El Largo, en conversación con BBC Mundo.

Confianza

Más de cinco décadas después del ataque al cuartel de Madera, la situación es muy distinta.
Los actuales 1.723 propietarios de El Largo aprendieron a cuidar sus bosques de manera sustentable, a través de un método que combina la ecología con el desarrollo humano de las comunidades.
El Largo es uno de los pocos proyectos forestales de la región con certificación FSC.
Este sistema permite, por ejemplo, aprovechar la madera sin que se afecten las reservas, crear empresas pequeñas para ofrecer productos terminados, y combatir la tala inmoderada.
Gracias a este método obtuvieron la certificación FSC, una de las más exigentes a nivel internacional pues requiere de varias evaluaciones, no sólo técnicas, sino también sociales.
Es ante todo una prueba de confianza, explica Alfonso Domínguez. "La certificación da la seguridad a los consumidores de que los productos no provienen de un bosque mal manejado, sino de bosques sustentables de por vida, nunca se van a acabar", dice.
Así, añade, se crea un círculo virtuoso: quienes compran mercancía certificada permiten a los ejidatarios cuidar los bosques.
Un ejemplo que debería repetirse más a menudo, reconoce Domínguez. El Largo es uno de los pocos proyectos forestales en América Latina con este reconocimiento.

La otra cara

¿Cómo se transformó la lucha social, vinculada en ocasiones con acciones armadas, a un proyecto ecológico sustentable?
"Es un trabajo de crear conciencia, hemos invertido dinero, tiempo, esfuerzo. La gente tiene muy claro lo importante que es cuidar el bosque"
Alfonso Domínguez
"Es un trabajo de crear conciencia, hemos invertido dinero, tiempo, esfuerzo. La gente tiene muy claro lo importante que es cuidar el bosque", explica Domínguez.
En esto ayuda el ingreso económico. El Largo es el mayor productor de madera del país, y uno de los más importantes en Latinoamérica.
Pero no todo son buenas noticias. El ex parlamentario Víctor Quintana afirma que las condiciones de los centros de población en el ejido son "deplorables" por la falta de empleo.
"Por ejemplo muchos quieren tener camones de transporte de madera, eso hace que no haya trabajos suficientes. Hay que hacer un análisis más puntual de eso", advierte.

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