Ciudad de México. Acelerado y continuo calentamiento del Ártico, pérdida de la biodiversidad y reducción de la superficie boscosa, son algunos efectos que se observarán en América del Norte en las próximas décadas. México será el país que perderá mayor superficie de bosques.
El estudio Perspectivas ambientales en América del Norte para 2030, elaborado por la Comisión de Cooperación Ambiental y divulgado ayer, sintetiza investigaciones recientes en la materia para México, Canadá y Estados Unidos.
En la región se perfila un incremento de las temperaturas promedio, sobre todo en latitudes altas y en invierno. Además, alteraciones en el patrón de precipitaciones, aunque su alcance continúa siendo incierto. Lo mismo sucede en el caso de los fenómenos meteorológicos extremos, indica el documento.
Señala: Los glaciares y el hielo marino están perdiendo masa más rápido de lo previsto, lo cual aumentará las probabilidades de que antes de mediados de este siglo el Ártico se vea desprovisto de hielo durante el verano.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) pronostica que en las próximas décadas habrá en Estados Unidos y Canadá un calentamiento de entre uno y tres grados centígrados, arriba del valor normal registrado en el periodo 1980-1999.
Agrega que estudios efectuados en Canadá dan cuenta de que los incrementos de la temperatura alcanzarán su nivel máximo en el alto Ártico y serán mayores en el centro del país que en las costas.
De acuerdo con los modelos climáticos, los cambios de la temperatura serán menos pronunciados en las latitudes bajas. El IPCC calcula que para 2020, en América Central y México, habrá incrementos de 0.4 a 1.1 grados centígrados en temporada seca, y de 0.5 a 1.1 grados en la de lluvias.
Para este siglo, agrega, se vaticina que las precipitaciones en América del Norte serán menos frecuentes, pero más intensas. Esta alza en la intensidad de las tormentas irá acompañada de olas de altura extrema en las costas.
Para Canadá, abunda, se pronostican mayores precipitaciones anuales, debido al incremento de la evapotranspiración, resultado de temperaturas elevadas.
Para Estados Unidos, en la mayor parte de los modelos climáticos se vaticinan más precipitaciones invernales en el norte y una disminución en algunas partes del suroeste. Las precipitaciones de verano se reducirán en el noroeste del territorio y aumentarán en Alaska.
El texto expone que para México persiste una gran incertidumbre. Se prevé una disminución en la media temporal de las precipitaciones, con sequías más frecuentes en todas las estaciones. Los pronósticos para la temporada seca hacia 2020 varían: de decrementos de 7 por ciento a incrementos en el mismo nivel.
Sobre los bosques refiere: actualmente cubren 45 por ciento del suelo de América del Norte, con 62, 32 y 23 por ciento en Canadá, Estados Unidos y México, respectivamente.
Diversos escenarios vaticinan que el subcontinente, en su totalidad, padecerá una pequeña reducción neta (de hasta 1.25 por ciento), pero se esperan cambios significativos en México, donde se adelanta una pérdida de bosques maduros: de poco menos de 10 por ciento a casi 60 por ciento. Además, se trata del único país para el que se considera una disminución neta de bosques secundarios.
En cuanto a la superficie destinada a cultivos, plantea que para México habrá una pequeña expansión de las tierras cultivables, sobre todo de superficie dedicada a pastizales y forraje, a expensas de los bosques.
En la región, para 2030, se puede dar una pérdida de entre 3 y 6 por ciento en las especies terrestres, mientras las marinas de regiones contiguas a las costas disminuirán en proporciones ligeramente mayores.
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