Red del Tercer Mundo, Viernes 28 de octubre de 2011, por Martin Khor
El Fondo Verde para el Clima, con cuyo apoyo los países en desarrollo cuentan para sus actividades contra el calentamiento global, sufrió un revés al no llegarse a un acuerdo sobre las recomendaciones a dar a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará este año en Durban, Sudáfrica.
El Comité de Transición del Fondo Verde para el Clima realizó su reunión final la semana pasada en Ciudad del Cabo. Los copresidentes del Comité elaboraron una versión preliminar del instrumento del Fondo Verde, conteniendo sus objetivos, estructuras y funciones rectoras, pero no fue aceptado por dos miembros: Estados Unidos y Arabia Saudita.
Varios de los cuarenta miembros del Comité de Transición también habían criticado partes del informe anteriormente, pero no rechazaron el documento.
La incapacidad del Comité de Transición para llegar a un consenso podría asestar un golpe a la Conferencia de Durban, que tendrá lugar del 28 de noviembre al 9 de diciembre. Se esperaba que el lanzamiento del Fondo Verde fuera uno de los máximos logros de la reunión, si no el único.
La conferencia de Durban necesita presentar algún éxito luego del desastre de Copenhague en 2009 y la recuperación apenas parcial de Cancún el año pasado. Pero persiste el desacuerdo sobre el tema principal: las acciones de los países para reducir o minimizar las emisiones que causan el calentamiento global.
Es posible que no sobreviva el Protocolo de Kioto –por el cual todos los países desarrollados salvo Estados Unidos tienen compromisos vinculantes para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero– porque algunos miembros clave, como Japón y Rusia, expresaron que no quieren continuarlo y pretenden, junto a Estados Unidos, reemplazarlo por un sistema de compromisos voluntarios para los países desarrollados, mientras se presiona a los países en desarrollo para que adopten nuevos compromisos, como brindar estricta información sobre las medidas adoptadas.
Esto provocó indignación entre los países en desarrollo, que intentan que el Protocolo de Kioto no sea enterrado en Durban.
Pero pocos son optimistas.
Si el régimen sobre el clima se desarticula, el consuelo sería el Fondo Verde, establecido el año pasado en Cancún. El Comité de Transición recibió la tarea de recomendar los objetivos, estructuras de gobierno, métodos de trabajo, fuentes y usos de los fondos, y se esperaba que la Conferencia de Durban, en la que participarán todos los miembros de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima, avalara el informe para que comenzara a funcionar a principios del año próximo. Por eso fue una gran desilusión que después de cuatro reuniones el comité no pudiera llegar a un acuerdo.
El copresidente del Comité de Transición para el Fondo Verde para el Clima, el ministro de Planificación de Sudáfrica, Trevor Manuel, presentó un informe preliminar hacia el final de la reunión, el 18 de octubre.
Los países en desarrollo quedaron en general conformes con algunos puntos del proyecto, en especial que el Fondo Verde tuviera su propia personería jurídica legal y una Secretaría independiente. Para estos países, un nuevo fondo tiene sentido si funciona por sí mismo, sin depender de la personería jurídica o la secretaría de otras organizaciones, como el Fondo para el Medio Ambiental Mundial (FMAM) o el Banco Mundial.
Pero países en desarrollo como Egipto, China, India y Filipinas discreparon en los siguientes puntos:
* El informe no estableció cómo se haría la votación en caso de que los miembros de la junta no lograran consenso en torno a un tema. Previamente había una versión que exigía la mayoría de votos, pero fue reemplazada. Algunos países desarrollados propusieron que el valor de los votos correspondiera a la cantidad de fondos aportados por los miembros, un principio al que los países en desarrollo se opusieron firmemente.
* El informe concedía escasa autoridad a la totalidad de los miembros del Fondo Verde, congregados en la Conferencia de las Partes, en la que los países en desarrollo tienen una amplia mayoría, y demasiada autoridad a la junta, en la que en general dominan los países desarrollados, si bien debe haber igual cantidad de miembros de países desarrollados y en desarrollo (doce y doce).
* Se crea un servicio financiero especial para financiar el sector privado, incluso a escala internacional. Esto podría desviar fondos destinados a los países en desarrollo y dirigirlos a empresas e instituciones financieras de países desarrollados, que podrían así tener acceso directo tanto a los fondos como a los países en desarrollo (eludiendo a los gobiernos).
Se esperaba que el Fondo Verde brindara principalmente donaciones a los países en desarrollo, complementadas con préstamos en condiciones favorables. Sin embargo, los países desarrollados también pretenden que se establezcan instrumentos como garantías para préstamos para un capital conjunto con empresas a efectos de “apalancar” los fondos del sector privado.
El Fondo Verde dispone, inicialmente, sólo de líneas para mitigación y adaptación, mientras que numerosos países en desarrollo también pretendían líneas para tecnología y creación de capacidad y los países desarrollados, con el apoyo de algunos países en desarrollo, también querían una línea para bosques.
Los países en desarrollo, salvo Arabia Saudita, no presentaron objeciones explícitamente cuando el copresidente del Comité de Transición del Fondo Verde para el Clima propuso que el proyecto preliminar fuera presentado por consenso a la Conferencia de Durban.
Pero Estados Unidos objetó claramente la propuesta.
Estados Unidos había señalado previamente varios desacuerdos con el proyecto del Fondo Verde, en especial que concediera demasiadas funciones a la generalidad de los miembros, recibiera dinero sólo de los países desarrollados (pretendía que los países en desarrollo también contribuyeran), restringiera la capacidad del sector privado para comprometerse y tuviera su propia personería jurídica.
Finalmente se acordó que la versión preliminar del informe sobre el Fondo Verde para el Clima se presente en Durban pero no como un documento consensuado.
Existe la posibilidad de que la Conferencia de las Partes lo “abra” y renegocie el texto.
Esto no es necesariamente malo, ya que la propuesta puede mejorarse. Sin embargo, si los cuarenta miembros del Comité de Transición del Fondo Verde no se ponen de acuerdo, sería aún más difícil que los casi doscientos miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático alcancen un consenso.
Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.
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